Ni los puertos, ni los camiones: el transporte trata de salvar el ‘Black Friday’ y Navidad

Atasco, atasco y atasco. Todo el sector maneja esta palabra en las últimas semanas. Si primero los problemas llegaron en Reino Unido como consecuencia del Brexit, estos se han extendido por todo el planeta como puerta de entrada a las dos fechas claves del sector logísico: el Black Friday y la Navidad. La solución no es fácil, pero todas las empresas -fabricantes, transportistas y distribuidores- trabajan para tratar de solventar este problema sobrevenido y evitar que la que se espera sea la mayor campaña de Navidad de los últimos años lleve a un titular en el que se lea que los productos no han llegado a los clientes finales en tiempo y forma.

¿Cómo solucionarlo y evitar estos problemas? He ahí el quid de la cuestión. Los puertos llevan incluso meses en los que los atascos son la realidad del día a día y los precios de los fletes siguen al alza ante la falta de contenedores y barcos que los transporten. La carretera, por su parte, tampoco está en una situación mucho mejor. Está escasa de conductores, como se muestra en las páginas de esta revista digital elEconomista Transporte y Movilidad, y eso hace que los costes para las empresas no paren de subir desde hace meses. Las compañías, sobre todo las pequeñas y medianas, ya no pueden mantener durante más tiempo los precios y están al borde del colapso ante unos márgenes que cada vez menguan más.

A corto plazo, la solución es complicada. La opción de poner en el mercado más contenedores y barcos o más conductores que puedan mover los camiones para que los productos lleguen a tiempo para el Black Friday o Navidad no está cerca. Este movimiento requiere de un plan a largo plazo para evitar una rotura en la cadena de suministro que durante meses se ha mostrado como clave para hacer frente a los estragos del Covid-19. Las soluciones deben ser reposadas y tener una vocación de permanencia, evitar parches que hagan que el problema vuelva a estar presente en tan solo unos meses.

La tecnología es clave para poner pie en pared con ambos problemas y ya han sido muchas las empresas que han empezado a poner en práctica algunas de estas soluciones. Por un lado, permitirá mayor rapidez para mover los contenedores y un aumento de la eficacia en estos cambios de posición, lo que agilizará el mercado. Por otro, el transporte por carretera también necesita soluciones. Es necesario un plan que lleve a la formación y a mejorar las condiciones del mercado de trabajo, incrementando el atractivo para los jóvenes y aportando una clave para desembalsar la demanda. Pero también deben entrar terceros factores, como la mejora de la intermodalidad, que ayudará a descongestionar el sector y facilitar la llegada de las mercancías, tanto a los intermediarios como a los clientes finales en todo el mundo.