El transporte de mercancías por carretera, al borde del colapso

La falta de conductores de camiones está afectando al transporte de mercancías por carretera y puede suponer a corto y medio plazo una ruptura en las cadenas de suministro cuando están próximas las fiestas navideñas que demandan más actividad comercial y de distribución

En Europa en general, y en España, en particular, se está detectando en el último año la falta de conductores de camiones, hasta el punto de que uno de los anuncios que más se repiten en las ofertas de trabajo es precisamente éste. La falta de conductores se ha convertido en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta un sector que durante la pandemia ha demostrado su importancia como un elemento esencial a la hora de abastecer a la población cuando se tenía restringida la movilidad y se acentuaba el confinamiento.

Según las diferentes patronales y organizaciones del sector del transporte por carretera, hacen falta en el país cerca de 15.000 camioneros para los próximos años, mientras que para Europa la media oscila entre 30.000 y 50.000 hasta el año 2025, según el país del que se trate. De acuerdo con las cifras que ofrece Trnsport Intelligence, en España se reafirma la cifra de 15.000; mientras que para el Reino Unido, que se ha visto fuertemente afectado por el brexit, se habla de unos 60.000; más en la media se encuentran Alemania con 45.000 y Francia con 43.000.

Tal y como han señalado a elEconomista Transporte y Movilidad, los principales responsables del sector, hay una falta de atención a este sector estratégico para la economía, que se resume en el escaso impulso que se ha dado al relevo generacional, lo que ha provocado en los últimos años un envejecimiento de los profesionales y un rechazo de partida de los jóvenes que no ven en ese trabajo una salida laboral.

Según los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en España existen 253.000 conductores que cuentan con las licencias oportunas para desarrollar el servicio (C,C+E), pero de ellos hay más de 32.000 que tienen entre 60 y 64 años; unos 40.000 que forman parte de la horquilla de 55 a 59 años; y, otros 42.000 que van desde los 50 a los 54 años. Eso quiere decir que prácticamente un 75% de los profesionales están en la franja superior a los 50 años.

Desde la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), su director general, Ramón Valdivia, clarifica la situación y pone el dedo en la llaga cuando afirma que “como a corto plazo el transporte por carretera nunca ha dejado de funcionar, nadie se ha puesto a abordar el problema de la falta de renovación generacional, algo que nosotros llevamos ya más de una década anunciando”. De hecho, Valdivia añade que se avanza “hacia una jubilación de un tercio de nuestros profesionales en los próximos años, sin que sus puestos se cubran con nuevas incorporaciones”. Y aporta alguna de las razones que se están dando para que se mantenga esta situación, como es que “no se ha favorecido, ni laboral, ni fiscal, ni societariamente que el tejido empresarial gane músculo”, y eso se nota en lo que está sucediendo en la actualidad.

Por su parte, José María Quijano, secretario general de la Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM), va más allá, y valora algunos factores más que perjudican a ese relevo generacional, como es “lo costoso que resulta sacarse el carné y los cursos necesarios para conducir un camión”.

Para Quijano, deben de ser las administraciones, “tal y como se lo hemos solicitado” las que valoren la puesta en marcha de ayudas para obtener los permisos, una medida que ya ha establecido Castilla y León”. -esta comunidad ha lanzado ayudas para la formación de conductores que financia el 75% de lo que cuesta acceder a los permisos C,D+E y CAP-.

Los sindicatos no creen que “falten conductores”, que faltan, sino que lo que faltan son “condiciones de trabajo dignas”. según CCOO, el mercado de trabajo es precario, y si bien el sector se revalorizó al comienzo de la crisis sanitaria, con los camioneros trabajando duramente para abastecer de productos esenciales, ese reconocimiento no se ha trasladado a una mejora de las condiciones laborales. Para estos representantes de los trabajadores, se han registrado “bajadas de sueldo”, “contratos basura”, y la entrada de “falsos autónomos”, lo que ha creado “un entorno de trabajo y condiciones que no son las idóneas para atraer a nuevos trabajadores y solucionar la escasez de conductores. Y a ello añaden que tampoco facilita “el trato que se da por parte de los cargadores”.

¿Peligra el abastecimiento a corto plazo?

Uno de los grandes riesgos que se contemplan a medio plazo, que no a corto, es el riesgo de entrar en un proceso que complique el abastecimiento, porque la situación está tensando la cadena logística y de suministro. Y aunque aún no parece que sea inmediato, las diferentes organizaciones y patronales muestran su preocupación por lo que puede ocurrir si en un futuro próximo no se encuentra una solución para que esta profesión se revalorice y atraiga a nuevos trabajadores.

Según Francisco Aranda, presidente de UNO (Organización Empresarial de Logística y Transporte), “la falta de personal que conduzca vehículos pesados amenaza ya el abastecimiento de tiendas y superficies comerciales, en un momento en el que la logística y el transporte han adquirido un papel esencial”, ya que se trata “de un sector clave para la economía nacional”.

Por su parte, el secretario general de la Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM), José Luis Quijano, va un poco más allá, porque considera que “a corto plazo la escasez de conductores puede afectar a la ruptura en las cadenas de suministro”, y apoya la tesis de que si la escasez de camioneros continúa aumentando, “las consecuencias pueden ser demoledoras”, sobre todo para picos como los que se producen en Navidad. Que además puede traer otro problema añadido, el que “las empresas de transporte de mercancías tengan que cesar de prestar los servicios a sus clientes ante la imposibilidad de hacer frente al incremento descontrolado de los costes de explotación y sus dificultades para trasladarlo al mercado”.

¿La solución? Pues para estos expertos es complicada. Y todos ellos reivindican que las administraciones actúen en consecuencia, mejorando, no sólo, las condiciones laborables, sino también los servicios que se precisan en ruta, tales como áreas de estacionamiento seguras y protegidas. Que se respeten los tiempos de descanso, que haya planes formativos de FP y de desempleados, no sólo formalmente, sino de hecho... Y que además se favorezca también el acceso de las mujeres a este mercado laboral, dado que tan sólo un 3% de estos profesionales son mujeres, creándose un desequilibrio enorme.