Un año de pandemia, cinco lecciones aprendidas

Las cadenas de valor globales facilitan dos tercios del comercio mundial en una economía globalizada como la nuestra, según la OCDE, lo que significa que los productos cruzan al menos una frontera antes del ensamblaje final o de su venta. El Covid-19 hizo su primera aparición hace poco más de un año, interrumpiendo las cadenas de suministro internacionales con cierres de fronteras nacionales sin precedentes y cambios impredecibles en la oferta y la demanda. Haciendo retrospectiva, puedo comprobar que la crisis sanitaria nos ha hecho innovar como negocio, reforzando nuestros valores y también adquiriendo algunas lecciones muy importantes.

Primero la agilidad y flexibilidad, claves para el éxito. Los patrones de consumo han cambiado y seguirán cambiando a un ritmo que no habíamos visto antes. Ante la demanda fluctuante, los fabricantes, productores y las cadenas de distribución han necesitado una respuesta rápida de sus proveedores. Fortalecer nuestra planificación y lograr una mayor integración de nuestros procesos con los de nuestros clientes y socios ha contribuido a asegurar la continuidad de las cadenas de suministro. Medidas como aumentar la frecuencia de la planificación de la demanda y la creación de planes de contingencia nos han ayudado a mantener, e incluso mejorar, el servicio brindado a nuestros clientes en tiempos tan difíciles. Debido al cierre de las fronteras, muchos países tuvieron que centrarse en sus propias cadenas de suministro locales. Esto significó que algunas marcas cambiaron sus procesos de fabricación de producción global a producción local, de esta manera, han surgido más micro cadenas de suministro en las ciudades, ayudadas por el crecimiento del comercio electrónico. Los procesos internos de las empresas también se han visto desafiados por la pandemia. La digitalización ha sido un aliado fundamental para ser más ágiles, adaptarse al trabajo remoto, automatizar los procesos o desarrollar herramientas en línea para garantizar un trabajo eficiente cuando la presencia física no estaba permitida.

En segundo lugar, la colaboración en la cadena de suministro es más importante que nunca. En CHEP siempre hemos estado convencidos de que el futuro de la gestión de la cadena de suministro pasa por una mayor colaboración, y la pandemia nos ha brindado un escenario real en el que demostrar esta premisa.

Creo que la colaboración en la cadena de valor es fundamental, y va desde los proveedores hasta los clientes finales. Es esta colaboración la que nos permite desarrollar una oferta de servicios común, garantizar aún más la resiliencia de las cadenas de suministro en tiempos de crisis y alcanzar nuestros objetivos de sostenibilidad comunes. El transporte colaborativo es una de las mejores formas que tenemos para ayudar a nuestras empresas a ser más eficaces, al tiempo que contribuye de forma proactiva a reducir los kilómetros de transporte vacíos y las emisiones de carbono. Gracias a nuestra sólida red a escala local e internacional, CHEP tiene una visibilidad inigualable de los flujos de productos y transporte en Europa, lo que, combinado con el poder del Big Data, nos permite identificar sinergias y oportunidades para compartir el transporte tanto entre nuestros clientes como con CHEP.

La comunicación es un “must”, es un tercer factor. La crisis del Covid-19 nos ha afectado a todos a nivel individual. Para nosotros, era de suma importancia tener una comunicación adecuada y fluida con nuestros empleados. Mantenerlos actualizados y garantizar que tuvieran las herramientas idóneas para hacer su trabajo de manera segura ha sido una prioridad en CHEP. Conscientes del costo personal que la pandemia puede haber tenido para muchos, hemos realizado varias encuestas de bienestar a nivel europeo y español para garantizar que las necesidades y preocupaciones de nuestros empleados son tenidas en cuenta, y que sigan estando seguros, cómodos y saludables donde quiera que trabajen. A nivel externo, hemos mantenido una estrecha comunicación con clientes, autoridades, minoristas, proveedores y transportistas. A través de nuestro Comité Europeo Multifuncional Covid-19, nuestros socios externos han sido informados periódicamente sobre nuestros planes de contingencia, las medidas de salud y seguridad en nuestras plantas y cualquier nueva restricción que afectara a nuestras instalaciones.

La cuarta lección aprendida es que el éxito se basa en poner a las personas en el centro. Proteger a nuestro personal ha sido siempre nuestra prioridad número uno. Durante la pandemia, esto incluyó garantizar la máxima seguridad en nuestras plantas, proporcionando equipos de protección personal (EPP), estableciendo procesos de limpieza adecuados y extendiendo las medidas de seguridad a nuestros transportistas y proveedores. Por otro lado, alentamos el trabajo remoto de nuestros empleados de oficina siempre que fuese posible. También analizamos las consecuencias psicológicas de la pandemia, tales como el estrés, la depresión, la ansiedad o el miedo. El papel que como empleadores podemos desempeñar en el apoyo a la salud mental y el bienestar de nuestro personal es más importante que nunca. Permitir horarios flexibles para lograr un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida familiar, ofrecer asistencia y orientación psicológica, mostrar empatía por los problemas individuales y escuchar, son algunas de las formas en las que podemos ayudar a nuestros empleados y contribuir a crear un equipo fuerte y motivado.

El Covid-19 seguirá transformando nuestra forma de trabajar. La pandemia no solo ha cambiado lo que los consumidores compran, sino también cómo lo hacen. El e-commerce se ha convertido en el principal canal de compra para muchos consumidores y en un colchón económico para muchos productores y fabricantes. Las tecnologías digitales no solo ofrecen nuevas formas de comprar, sino también soluciones innovadoras para las operaciones de las empresas, como la automatización de procesos, que en CHEP hemos implementado en la mayoría de nuestras plantas, o nuevas soluciones de trabajo que han permitido a nuestros empleados trabajar de forma remota. Sin duda, esta pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la cadena de suministro y de la logística, pero sobre todo, de las personas involucradas en ellas: Ahora es el momento de observar, escuchar y aprender. Y lo más importante, de continuar lo que hemos estado haciendo bien hasta ahora, y de aplicar las muchas lecciones aprendidas.