Aviación: de la transformación a los ‘hubs’ de innovación digital

El Plan de Recuperación para Europa, también conocido como NextGeneration EU, señala la digitalización de las empresas como una de las claves para España. La industria de la aviación española tiene un nivel de madurez digital desigual, y mientras algunas empresas tienen mucho camino por recorrer, otras nacieron ya digitales. Pero cuando oímos hablar de transformación digital en el mundo de la aviación, frecuentemente nos vemos envueltos en discursos sobre las bondades de determinadas soluciones tecnológicas, y como éstas pueden mejorar la eficiencia de las organizaciones y la experiencia de los clientes. Estas actuaciones sitúan las ambiciones dominantes en un nivel de madurez 3.0.

Hay que ir más allá, esta es una visión parcial y limitada del concepto de digitalización, que no nos ayuda en un momento determinante para el sector y para el desarrollo económico de la sociedad post-Covid. La transformación digital es más que eso e impacta de manera fundamental en todos los aspectos del negocio y forma parte de la estrategia de más alto nivel. En primer lugar, se trata de crear valor en las nuevas fronteras del negocio. Esto puede implicar el desarrollo de un nuevo modelo de negocio en sectores adyacentes o identificar nuevas fuentes de valor en el ámbito actual de operación.

En segundo lugar, mejorar y personalizar la experiencia del pasajero no es suficiente, se trata de recoger los datos que nos permitan hacer un análisis detallado y en tiempo real de comportamientos, así como buscar maneras de modificar las interacciones que se producen. En tercer lugar, mejorar la eficiencia no aporta mayor competitividad si no se institucionaliza una mentalidad digital que permita la colaboración entre departamentos y funciones, eliminando silos, aplanando jerarquías y desarrollando ambientes que permiten generar ideas. Pero uno de los aspectos clave de la transformación digital 4.0 es la capacidad de crear valor compartiendo información de manera abierta y colaborativa.

Para que la revolución digital vaya más allá de algunas empresas y se produzca a lo largo de toda la cadena de valor hay que asegurarse que todas las compañías puedan hacer el salto, pues no hay que olvidar que hoy la competición no es entre empresas, sino entre cadenas de valor. En realidad, la necesidad de colaborar no es nueva, la innovación disruptiva siempre ha requerido de apertura.

Por varias razones, el sector de la aviación ha tendido históricamente a promover la innovación en laboratorios corporativos tradicionales donde la confidencialidad domina. Incluso cuando hay apertura y se colabora con startups, las relaciones siguen siendo muchas veces verticales. Pero el momento actual es altamente complejo y crítico para el futuro del sector, está en juego su sostenibilidad económica, ambiental y social. La pandemia ha fortalecido algunos de los problemas del sector y ha hecho aflorar algunos que eran ignorados de manera activa. Aquellas organizaciones que sean honestas respecto a su futuro no tendrán más remedio que centrarse en la sostenibilidad, como única vía para ser más fuertes, resilientes y adaptativas.

La sostenibilidad ya no es un simple aspecto de responsabilidad corporativa, es una obligación para la supervivencia del planeta, las personas y la propia empresa. En este sentido, el nivel de energía, esfuerzo y capital requerido para hacer sostenible la aviación solo será posible con un enfoque colaborativo que permita que aflore la innovación disruptiva. La transformación digital 4.0 como contribuidora al avance en sostenibilidad ambiental, financiera, pero también en ciberseguridad y bioseguridad, no puede ser confiada únicamente a la investigación interna, pues en un mundo complejo el conocimiento está muy disperso. Se requiere de un salto radical que solo podrá llevarse a cabo si las empresas líderes se abren de manera real.

Impulsar la innovación digital disruptiva no es un trabajo fácil, requiere de un cambio de mentalidad en el sector y, además, las condiciones del mercado son dinámicas, la competencia es feroz y el objetivo es cambiante y evoluciona. Una de las herramientas que parece funcionar y que promueve la Comisión Europea son los hubs de innovación digital. Estos ayudan a que distintos tipos de compañías puedan aprovechar las oportunidades de la transformación digital. En primer lugar, promueven la generación de un ecosistema de innovación en el que las empresas, universidades y sector público se encuentren, se conozcan e intercambien conocimiento facilitando y desarrollando redes de relaciones.

En segundo lugar, disponen de una infraestructura física donde las empresas pueden colaborar para experimentar y realizar pruebas antes de escalar e invertir en las propuestas innovadoras. En tercer lugar, proporcionan y canalizan el desarrollo del talento y las competencias mediante un abanico amplio y adaptado de formación necesaria para llevar a cabo la transformación digital, pero también con soporte técnico y asesoramiento.

En la innovación abierta, la densidad de las relaciones es esencial y del mismo modo que el conocimiento está disperso entre muchos actores y empresas, también lo está en el territorio. Así, por ejemplo, mientras que la industria de la aviación está mayormente concentrada en Madrid, el ecosistema de innovación digital más maduro se encuentra en Barcelona. Esto no puede ser ignorado y nos vuelve a remitir a las recomendaciones de la Comisión Europa de la necesidad de desarrollar los hubs de innovación digital como una red colaborativa donde todos suman.

En resumen, para llegar a la transformación digital 4.0 de la aviación española y asegurarse la sostenibilidad a largo plazo se requiere de un salto cualitativo. Hay que superar determinadas visiones tradicionales y trabajar para una innovación más abierta que sume los esfuerzos de todos los actores, empresas y territorios. El desarrollo de una red de hubs de innovación digital en aviación que aproveche las fortalezas de todos los territorios puede ser un punto de inflexión en la transformación que requiere el sector para su supervivencia a largo plazo.