El tren reclama su papel como transporte sostenible

La declaración del 2021 como Año Europeo del Ferrocarril, por parte de la Unión Europea, no hace sino remarcar el protagonismo que quiere y debe alcanzar el tren ante el cambio climático

Este año, la Comisión Europea lo ha marcado en su calendario como el destinado a dar un fuerte impulso a uno de los medios de transporte, tanto de personas como de mercancías, más sostenibles, como es el ferrocarril, y por eso se ha declarado desde Bruselas, el 2021 como el Año Europeo del Ferrocarril. La razón de que sea este año y no otro, viene dada por la puesta en marcha en el 2019 del Pacto Verde Europeo, y por la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente aprobada en diciembre de 2020 por la Comisión, que tiene como finalidad alcanzar una neutralidad climática hacia el 2050.

La declaración es también una forma de llamar la atención de los ciudadanos europeos sobre el uso del tren para su movilidad; así como la de los fabricantes para que busquen nuevas formas de uso de energías renovables con las que propulsar los convoyes, abandonando cada vez más el diésel, y usando la electricidad, las pilas de hidrógeno, el gas natural licuado. Con todo ello se quiere alcanzar un debate europeo que presente los beneficios que tiene el transporte ferroviario y se aborden los retos pendientes.

Hay que tener en cuenta que la red europea cuenta con 201.000 kilómetros de vías ferroviarias y que no llegan al 80% las infraestructuras que están electrificadas, lo que supone un uso mayoritario del empleo de convoyes arrastrados por cabezas tractoras que usan para propulsarse diésel. Por ello se habla de la necesidad de impulsar a los fabricantes a buscar soluciones, focalizadas, fundamentalmente, en las pilas de hidrógeno, por ejemplo.

Los datos que se barajan en Bruselas, indican que sólo un 7% de las personas que se mueven por los Estados miembros de la UE emplean para sus desplazamientos el tren; y que en el caso de las mercancías, es el 11%. El último informe Hope on the train: a rail renaissance for Europe, realizado por Europe on Rail, recoge las cifras de España, Alemania, Francia, Bélgica y Polonia, e indica en sus conclusiones que el tren es únicamente el 8% del transporte de pasajeros, no estando los servicios internacionales desarrollados, y apunta a que de las 365 líneas transfronterizas que llegaron a existir en Europa, en el año 2018 sólo operaban 149.

La aprobación del “cuarto paquete ferroviario” hace dos años, se ve ahora refrendado con esta iniciativa que quiere que se contemple al ferrocarril como uno de los elementos fundamentales para llevar a buen puerto el proyecto de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), y el futuro de los nueve Corredores Europeos transnacionales de movilidad de mercancías y personas que se van a ir implantando en el futuro hasta lograr construir un sistema mallado entre los países de la UE que permita una mejor comunicación y desarrollo sostenible; así como una integración del ferrocarril tanto en las ciudades como en las otras infraestructuras de transporte, dotando a los países de un sistema intermodal de movilidad, fundamental para las conexiones portuarias.

Aunque desde la Comisión se está diseñando una serie de iniciativas, son los Estados miembros los que deben encargarse de organizar, en cada uno de sus territorios, las actividades que crean oportunas para esta conmemoración, que cuenta con una inversión global de 8 millones de euros.