Tres deseos para 2021: digitalización, sostenibilidad y eficiencia

E l Tras un 2020 especialmente convulso, esperábamos un nuevo año con más ilusión que nunca, pues aunque nada cambia en realidad por estrenar nuevo calendario, el hecho de cerrar un ciclo y comenzar otro siempre ayuda a renovar los ánimos. Lo cierto es que 2021 no ha empezado con las mejores condiciones para los transportistas, pero el refranero español asegura que “Año de nieves, año de bienes” así que tendremos que mantener el optimismo y las buenas perspectivas, que la sabiduría popular rara vez se equivoca.

Para abrirnos camino en el año que empieza, desde el sector del transporte de mercancías por carretera debemos tener claro que vamos a tener que hacer un gran esfuerzo de transformación. El escenario económico al que nos enfrentamos es complicado y no será posible salir adelante aplicando esquemas obsoletos que no tengan en cuenta la sostenibilidad del sistema y que solo contemplen el crecimiento a costa de “quitar negocio” a un tercero.

El sector debe empezar a verse a sí mismo como un sector moderno, sostenible, de futuro y rentable. Con esas premisas como base será posible encarar el futuro con mejores garantías. Por nuestra parte, a 2021 le pedimos tres deseos: digitalización, sostenibilidad y eficiencia.

Se ha hablado mucho en los últimos años de transformación digital, pero con frecuencia haciendo referencia a cambios más estéticos que estratégicos. Algunos se han limitado a añadir correos electrónicos a sus habituales albaranes y facturas impresas, y poco más. Es importante que todo el sector del transporte y la logística en su conjunto entienda y sepa aprovechar las ventajas de la digitalización, y que no solo disfruten de sus beneficios los grandes operadores. La tecnología debe integrarse en la estrategia del negocio, especialmente de los más pequeños, si quieren sobrevivir en un futuro incierto, cambiante y cada vez más competitivo.

Ahora es el momento de dar el salto, entre otras muchas razones porque los Presupuestos Generales del Estado contemplan más de 100 millones de euros en ayudas a las empresas de transporte para la digitalización, sostenibilidad e innovación, y otros tantos para que comunidades autónomas y entidades del sector público impulsen esos cambios. Si el sector quiere aprovechar bien esos recursos, deberá focalizarse no en tapar los agujeros de la crisis, sino en definir un plan de acción consistente que impulse un crecimiento sólido, sostenido en el tiempo y sin fisuras.

Por mucho que la pandemia haya trastocado nuestro presente en todos sus ángulos y eclipsado casi cualquier otro tema de interés, no podemos olvidar que, además, vivimos en un estado de emergencia climática, y que no basta con sobrevivir al virus, también es necesario cuidar el planeta en el que vivimos. Por ello, si el sector del transporte por carretera quiere crecer no puede dar la espalda al medio ambiente. Ninguna empresa que permanezca ajena a la realidad medioambiental en la que nos encontramos y no tome medidas para contribuir al desarrollo sostenible podrá ser competitiva el día de mañana.

Por ello, aunque en un año marcado por el descenso de actividad y, por tanto, de los ingresos, la principal preocupación de las empresas del sector haya sido sostenerse en pie, sigue existiendo una necesidad acuciante de mantener y acelerar la renovación de flotas, apostando por vehículos más sostenibles. Y también, hilándolo con el deseo anterior, necesitamos servirnos de la tecnología para optimizar los recursos y las rutas, y reducir también de este modo el impacto ambiental de nuestras empresas, desde la más grande hasta la más pequeña. El objetivo de neutralidad en carbono de cara a 2050 que se plantea la Unión Europea es alcanzable, sí, pero solo si se planifica teniendo en cuenta a todas las partes implicadas.

Por último, y también conectado con lo anterior, para poder cuadrar este círculo en el que para poder sobrevivir hace falta invertir, la pieza clave es incrementar la eficiencia. Este es, sin duda, el aspecto más importante en el que el transporte de mercancías por carretera tiene que trabajar con urgencia. No porque hasta ahora no haya hecho las cosas bien, sino porque hacerlo aún mejor es la única forma de salir adelante. Los últimos datos de los observatorios del transporte del MITMA indican que los kilómetros totales recorridos en vacío han seguido aumentando en 2019 y 2020. Es una tendencia que no deberíamos permitir hoy en día con las herramientas disponibles a nuestro alcance.

Reducir esos kilómetros en vacío es la manera más rápida y económica de ser sostenibles, y es también el resultado de la eficiencia del sector. Para lograrlo, existen herramientas tecnológicas a disposición de las compañías de todos los tamaños. No es necesaria una gran inversión ni ser una multinacional que opere con grandes volúmenes para aprovechar las ventajas de la digitalización del negocio. De hecho, las plataformas de Big Data e Inteligencia Artificial dan un potencial enorme a transportistas autónomos y pequeñas flotas, que tienen mayor flexibilidad, adaptabilidad en la toma de decisiones, y cuentan con una agilidad y una rapidez en determinados aspectos que no pueden ofrecer las grandes corporaciones. La tecnología nos ofrece una nueva manera de hacer las cosas que se traduce en una mayor eficiencia no solo en lo que respecta al negocio y al servicio que prestamos a nuestros clientes, sino también al impacto que dejamos con nuestra actividad en el mundo en que vivimos. Por tanto, nuestros tres deseos son, en definitiva, tres factores comunes de una estrategia de futuro en la que todos ganamos.

Esta crisis ha servido para acelerar un proceso que había comenzado hace muchos años, pero que no tantos en el sector se habían tomado realmente todo lo en serio que deberían. Ahora, la renovación y digitalización del sector no se cuestiona. Y si queremos, además de sobrevivir, salir reforzados de toda la experiencia vivida, debemos poner toda la carne en el asador para que en 2021 se cumplan nuestros tres deseos. Solo depende de nosotros.