Renfe avanza en su plan de internacionalizar su negocio

El operador ferroviario español, Renfe, mantiene su intención de mejorar sus ingresos a través de llevar a cabo una internacionalización de sus negocios, con la presencia, en países como Estados Unidos o México, en los que ya está presente, sin olvidarse de la zona báltica europea

El Plan Estratégico de Renfe para el periodo 2019-2023, que ha tenido que ser revisado por el efecto que ha causado la pandemia del Covid-19 en el transporte en general y en el ferrocarril en particular, mantiene, no obstante, su planteamiento inicial de centrarse, tras la liberalización del transporte de viajeros aprobada por la Unión Europea y en vigor desde el 14 de diciembre pasado, en la expansión internacional, y buscar de esta forma nuevas oportunidades de negocio.

La compañía cuenta con alcanzar unos ingresos internacionales superiores a los 223 millones de euros en el horizonte 2024, y que el negocio fuera de España suponga un 15% de la facturación total del grupo en el 2028. Se trata, con ello, de rebajar la dependencia que tiene la empresa ferroviaria en el país, y más ahora que ya se ha anunciado la entrada de dos operadores privados para hacerle competencia en el transporte de viajeros, un consorcio encabezado por Trenitalia y otro por SCNF.

El presidente de Renfe, Isaías Táboas, considera fundamental poder entrar en nuevos mercados, y posicionarse como un referente más allá del mercado nacional. Se quiere aprovechar la experiencia que se tiene como gestor de servicios comerciales y la explotación de redes de cercanías y trenes regionales, además de la alta velocidad. De ahí que se haya revisado dentro de su plan estratégico, los ingresos a alcanzar por los negocios internacionales, que inicialmente se calculaban en el entorno del 10% de la facturación total del Grupo, y tras el efecto negativo de la pandemia, se calcula en el 15% para el año 2028.

Recientemente se ha conocido que tras el precontrato de adjudicación de la supervisión de la fase de construcción del Ave entre Dallas y Houston, el primer tren de alta velocidad, programa en el que además Renfe es asesor y encargado de la gestión del transporte de viajeros hasta el año 2024, y que puede reportar un negocio del orden de los 4.950 millones de euros, ha entrado en México, en el Tren Maya.

Junto a la ingeniería pública española Ineco, y a la rama de ingeniería de la alemana Deutche Bahn, Renfe se ha adjudicado el contrato de “operador en la sombra”, del principal proyecto ferroviario de América Latina.

El acuerdo alcanzado con la empresa estatal mexicana Fonatur, es de una asesoría por espacio de tres años, sobre la construcción de la línea y la elección de los trenes. Durante ese periodo, los servicios prestados supondrán unos 13,5 millones de euros, para una inversión total prevista del entorno de los 6.500 millones de euros.

El consorcio liderado por Renfe va a llevar a cabo actuaciones sobre el diseño de los operadores de la línea, y del mantenimiento. Otra de las labores importantes que debe llevar a cabo es la elección del material rodante. Se requieren trenes que tengan una propulsión mixta, diésel-eléctrica, y que puedan desarrollar una velocidad comercial entre los 120 y los 160 kilómetros por hora. Se calcula una configuración de un máximo de 450 pasajeros por tren

El Tren Maya va a unir las principales poblaciones de la península del Yucatán, recorriendo unos 1.460 kilómetros desde Palenque, a Cancún, con ramales hacia Mérida y Valladolid, o a Chetumal y Tulum.. El proyecto prevé una infraestructura destina al tráfico, tanto de pasajeros, como de mercancías, y va a contar con 18 estaciones y 12 apeaderos.

La construcción va a contar con dos fases. La primera, la principal mantiene una línea de 951 kilómetros, y de acuerdo con la información facilitada por el consorcio, se va a llevar a cabo en cinco tramos. El primero, de 226 kilómetros, unirá Palenque, en Chiapas, con Escarcega; el segundo irá hasta Calkini, con 294 kilómetros de vía; el tercero llegará a Izamal, con 140 kilómetros de recorrido; el cuarto hasta Tulum, 196 kilómetros de infraestructura ferroviaria, y el quinto y último se cerrará en Cancún, 135 kilómetros de trayecto. La segunda fase de 509 kilómetros, unirá Cancún con Escárcega, a través de Chetumal.

Pero Renfe no quiere detenerse aquí, y de cara al presente año está trabajando en una oferta conjunta con Deutche Bahn, para entrar en el proyecto de construcción y explotación de la línea Báltica, que unirá Estonia, con Letonia y Lituania, con una infraestructura ferroviaria de 250 kilómetros. El consorcio, que es el mismo que ha obtenido el contrato del Tren Maya, debe afrontar como rivales a la unión empresarial de SNCF y la italiana Ferrovie dello Satato (FS), que ha quedado finalista también. Fuentes de la operación indican que el resultado de la adjudicación se llevará a cabo en el primer trimestre del presente año.

La unión ferroviaria de las capitales bálticas, Kaunas con Riga y Tallín, se inscriben dentro de uno de los corredores principales de la red trans europea proyectada por la Unión Europea, el Corredor Mar del Norte Báltico. Cuenta con una inversión aproximada de 5.800 millones de euros.

El ganador del concurso actuará de consultor en la sombra del proyecto, teniendo que asesorar al promotor, RB Rail, en el diseño de la línea, el modelo de explotación de las operaciones, en cómo se debe actuar comercialmente, etc.