2021, ¿mejor?

El mundo está convencido de que 2021 tiene que ser “necesariamente mejor que 2020”. La llegada de la vacuna, que se empezó a poner el pasado 27 de diciembre en Europa, era la señal que los líderes políticos necesitaban para asegurar sin ambages que estábamos ante el principio del final de la pandemia y, por ende, a las puertas de la recuperación económica y la vuelta a la normalidad. No han pasado ni 15 días desde las campanadas y, nevada histórica aparte, ya parece claro que este año no va a ser mucho mejor, al menos durante los primeros cinco o seis meses, que ya dan por perdidos el transporte, el turismo y la hostelería. La realidad se ha impuesto y resulta que es mucho más difícil de lo que se pintaba inocular las vacunas a millones de ciudadanos en un tiempo récord. Somos muchos, la producción es limitada y la logística no es tan fácil de gestionar. La inmunidad de rebaño que debe propiciar el antídoto de Pfizer, Moderna o Astra Zeneca tendrá que esperar mientras que una tercera ola ha vuelto a llevar a los dirigentes políticos a restringir la movilidad y las libertades de los ciudadanos, que vuelven a no poder abrir sus negocios o viajar para garantizar su sustento.

Las aerolíneas, compañías de autobús y hoteleras ya tienen activado el modo supervivencia y lejos de afrontar la reactivación de sus negocios, se preparan para poder superar otro semestre bajo mínimos. La previsión de que en 2021 el tráfico aéreo sería el 75-80% del registrado antes del coronavirus está más que olvidada y ahora se trabaja con escenarios mucho más negativos. El último informe de Eurocontrol (enero) señala que “el tráfico europeo en 2021 seguirá estando sólo en el 51% de los niveles de 2019, lo que seguirá teniendo un impacto devastador en toda la industria” y alerta de que habrá quiebras y se perderán más empleos. En esta línea, IATA alerta de que sus “proyecciones para este año y el próximo son un desastre para el transporte aéreo europeo. Las restricciones fronterizas y las cuarentenas han detenido la demanda y la región se ha visto más afectada”. Todas las organizaciones aseguran que va a hacer falta más liquidez y ayudas por parte de los gobiernos para que el sector aéreo sobreviva a 2021 sin sumar más deuda. De momento no ha habido movimientos en esa dirección, pero British Airways (IAG) y easyJet ya se han asegurado préstamos por 2.000 y 1.400 millones de libras respectivamente con el aval del gobierno británico.

Los viajes con Reino Unido siguen restringidos, los positivos se han disparado y el número de fallecidos crece. Hasta que no se consiga alcanzar un equilibrio que permita afrontar la pandemia sin colapsar los hospitales y mantener cierta actividad económica seguiremos en peligro de quebrar. El plan turístico aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez no está sirviendo para casi nada -aplazar deudas y reducir gastos- y el Plan de Reconstrucción de la UE no ayudará al sector a sobrevivir a menos que vuelva la demanda y se enciendan los motores.