Más pedidos, más transporte y más devoluciones a coste cero para el cliente

Black Friday y Navidad son las épocas de más trabajo para el sector de la logística, más si cabe desde que el coronavirus llegase a nuestras vidas y los pedidos a solo un clic y menos de 24 horas se convirtiesen en una necesidad que con el paso de los meses se ha quedado en nuestro día a día. Paquetes de un lado a otro que, según las estimaciones de la patronal del sector, volverán a marcar un nuevo récord este mes de diciembre. Más paquetes implican más transporte y más transporte implica más atascos y emisiones contaminantes en un momento en que este es el principal foco de control del sector. Pero lo más importante de todo y uno de los retos del sector, más pedidos online también implican más devoluciones, la llamada logística inversa.

Una prenda, tres tallas y dos colores. Las empresas han hecho múltiples inversiones en los últimos ejercicios para poner solución a lo que comenzaba a ser un problema, la avalancha de devoluciones derivada del comercio a través de la web y del incremento de las cifras de este tipo de envíos. Pero la campaña de Navidad de este año -que agrupa Navidad y Black Friday- volverá a poner a prueba la capacidad de estas compañías. No solo el espacio y la necesidad de empleados para llevar a cabo estas tareas será clave, también los costes y la forma de salvar la campaña con los ajustados márgenes con los que se trabaja en el sector.

El alza del combustible, la electricidad y otras materias primas fundamentales para el transporte y la logística llevan meses reduciendo los márgenes de las compañías del sector hasta niveles, para muchas, lejos de lo sostenible. Todo ello, a la vez que las empresas de distribución de todos los sectores siguen ofreciendo a los clientes envíos y devoluciones a coste cero o casi cero, lo que hace que se tense todavía más la situación. El cliente exige rapidez y coste mínimo para mover unos productos cuyo valor, en muchas ocasiones, es ínfimo, y además la posibilidad de devolverlo también de forma gratuita. Esto supone un peso más a la ya de por sí delgada línea que mantenía a flote a muchas compañías.

Mientras las empresas se esfuerzan por tener medios de transporte cada vez más sostenibles y con menos emisiones para realizar las entregas, la creciente logística inversa está lastrando al sector. ¿Es necesario recibir en nuestra casa o nuestra oficina un producto en menos de 24 horas? Si la respuesta es sí, el transporte debería ser urgente y, como consecuencia, más contaminante por el tipo de medio que utiliza, lo que conlleva unos costes para la empresa que comercializa el producto y, por ende, para el consumidor. En cambio, si el producto puede esperar tres o cuatro días, las empresas pueden ajustar sus procesos de envío y utilizar otros medios más sostenibles. ¿Es necesario pedir tres tallas sabiendo que vamos a devolver dos? Una vez más, son los consumidores los que tienen en su mano la solución.