Buscando la luz al final del túnel

Comenzamos los cuatro últimos meses del año, atrás queda el centro del verano, y por delante el inicio de un nuevo curso en el que se va a afrontar una situación muy, pero que muy, preocupante. La pandemia ocasionada por el Covid-19 no permite hacer, ni una valoración correcta de lo pasado, ni tampoco conocer, a ciencia cierta, que es lo que se viene encima. Nadie tiene una bola de cristal que permita adivinar el porvenir. Parecía que en junio ya se iba a levantar un poco la cabeza en la economía española, y por ende, en el campo que nos ocupa, el del transporte, porque llegaba el verano, julio y agosto, meses cuando el transporte florece y alcanza sus máximos anuales gracias al turismo, tanto interior como internacional. Pero, he aquí que las previsiones, que inicialmente eran a la baja, pero con un pausado crecimiento, se han visto desbordadas en forma negativa. Pues el turismo nacional se ha retrotraído a nivel general, y los países de mayor número de emisores, han cerrado una especie de cordón sanitario alrededor de España.

La exigencia de cuarentena para aquellos viajeros que procedan de España, los rebrotes de la enfermedad, y además, el miedo, el temor de los viajeros a moverse más allá de sus domicilios, o de sus segundas residencias en zonas vacacionales, han afectado al desarrollo de todos y cada uno de los transportes públicos de pasajeros. Sobre todo, están sufriendo un momento tenebroso las compañías aéreas. Desde Turespaña ya se ha avisado que en este trimestre próximo va a producirse una caida de más de un 39% en los asientos ofertados. Tanto Iberia, y su grupo, como Vueling o Air Europa, han reducido sus vuelos e incluso se han cancelado algunos trayectos, dado que se han registrado viajes con tan sólo diez pasajeros, y han lanzado ofertas para volar a precios mínimos con los que atraer usuarios. El ferrocarril mantiene su ritmo, también con ofertas, lo mismo que los desplazamientos por autobús en media y larga distancia. en cuanto al mundo marítimo, los cruceros han desaparecido de los puertos y no se espera que vuelvan a llegar hasta el próximo año.

Nadie sabe, a ciencia cierta cuando se va a ver una luz al final del túnel, y eso es lo problemático, la falta de perspectiva, aunque la esperanza...