Francisco Aranda, Presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte:“El desafío es como superarán la crisis nuestras empresas con la reducción a la mitad de la actividad”

La logística y el transporte se están convirtiendo en una actividad esencial dentro de la situación creada por la crisis del Covid-19, aunque ha pasado de tener flujos tensos a vivir flujos extremos, y a generar, a juicio del presidente de UNO, Francisco Aranda, “situaciones complicadas”, por tener que actuar a “contrarreloj”

Actividad que se ha reducido a la mitad desde la declaración del estado de alarma, y que está obligando a las empresas a buscar fórmulas para adaptarse a la nueva situación.

Desde el 14 de marzo, con el estado de alarma y el confinamiento la sociedad española ha entrado en un nuevo escenario.

Sí. Hay un nuevo escenario para toda la economía y para toda la sociedad. Podríamos decir que sabíamos lo que era una crisis económica, pero no nos imaginábamos una crisis sanitaria así en pleno siglo XX. Es un escenario que, por imprevisible, ni siquiera habíamos ensayado.

Y un nuevo escenario para la logística y el transporte

Para los operadores de logística y transporte el nuevo escenario no vendrá marcado por las operativas en sí, porque nuestras empresas son líderes en innovación, agilidad y digitalización. El gran desafío es cómo van a poder superar esta crisis nuestras empresas con una reducción de la actividad a la mitad.

¿Qué factura cree que le puede pasar al sector la crisis?

La logística después de la crisis va a resentirse, como toda la economía. Al pasar de una etapa de crecimiento a una de recesión, las empresas se verán forzadas a optimizarse, a digitalizarse al máximo, a mejorar procesos, a usar la analítica del dato y a bajar sus costes aún más, pero ahora ya sí se valora la calidad de servicio.

¿Cómo se actúa ante una situación como la que ha causado el Covidd-19?

A contrarreloj, con mucha responsabilidad y precisión absoluta. El sector logístico ha pasado de tener flujos tensos a vivir flujos extremos. Los primeros días de la crisis, el temor al desabastecimiento generó situaciones complicadas, pero no porque hubiera un problema en la cadena de suministro, sino porque el temor llevó a todo el mundo a la vez a los supermercados. Los profesionales de la logística y el transporte han trabajado con una enorme responsabilidad, a pesar del riesgo que corrían, para garantizar en todo momento el abastecimiento a supermercados y farmacias, así como el reparto en los domicilios de productos comprados online. La logística es esencial siempre, pero esta crisis lo ha puesto más de manifiesto que nunca.

En ese nuevo escenario parece que quien está ganando adeptos e importancia es el comercio ‘online’

Las empresas de logística y transporte están experimentando un crecimiento del 50% en los envíos procedentes de comercio electrónico, un porcentaje que sitúa su nivel de tensión en los picos que se alcanzan durante el Black Friday. La diferencia con los picos habituales es que ahora debemos sumarle que los flujos son muchos más tensos y complejos por las dificultades de esta crisis sanitaria, lo cual está dificultando la operativa al máximo. No podemos olvidar que el comercio online, no es sólo la última milla. Empieza con la planificación en los almacenes en la primera milla.

Se ha producido, pues, un cambio en el consumo, ¿se mantendrá en el futuro?

Esa es una incógnita. Lo cierto es que durante esta etapa hemos madurado en nuestra relación con el comercio electrónico y este cambio ha sido clave para hacer más fácil el confinamiento. Quienes nunca habían comprado por internet se han lanzado a hacerlo ahora y también se han comprado nuevos productos. Eso parece que va a incrementar esta actividad, pero entramos en un área que es la economía del comportamiento donde intervienen unos factores que nunca los habíamos introducido antes en las fórmulas de predicciones económicas.

¿Cómo se ha solventado el asunto de la última milla desde el 15 de marzo?

Con una cadena más tensa que nunca, con las dificultades que implica este maldito virus, la falta de EPI y de test o los distanciamientos de seguridad, operativamente la última milla no ha sufrido grandes problemas por esta pandemia. El hecho de que nuestras empresas estuvieran altamente digitalizadas ha facilitado la absorción de los picos que han duplicado, por ejemplo, las entregas de comercio electrónico, haciendo más llevadero el confinamiento de la sociedad. También quiero apuntar la gran implicación de todos los trabajadores de la cadena de suministros, desde el almacén hasta el repartidor, y su responsabilidad han sido muy importantes, y lo quiero poner en valor, porque han sido, junto a colectivos claves como los sanitarios, los grandes héroes de esta pandemia.

Algunas empresas del sector se han ido quedando en el camino, desapareciendo, dejando trabajadores con ERTE y despidos.

Las empresas de logística han visto reducida su actividad a más de la mitad. Por desgracia, muchas se verán abocadas al cierre, otras a procesos de fusiones o adquisiciones para ser más competitivas. Lo que está claro es que de las medidas económicas, fiscales y laborales que el Gobierno tome a corto plazo dependerá el futuro empresarial a medio y largo plazo. Cuando salgamos de esto, estaremos ante un contexto diferente, con un nuevo consumidor, otros hábitos y nadie sabe hacia dónde va a evolucionar todo. Ojalá los actuales ERTE se conviertan en empleo estructural y no en ERE. Por eso pedimos una financiación muy rápida y con la menor burocracia posible. Cuanto más tejido productivo logremos mantener en este periodo, más fuerza tendremos cuando comience la etapa de crecimiento, que esperemos que llegue dentro de muy poco.

Pese a ello parece que el sector, al menos socialmente, va a salir reforzado.

Esta crisis ha permitido visibilizar definitivamente la importancia de un sector esencial para la economía. A nivel estructural, el sector se verá debilitado porque perderá muchas compañías y empleos. A nivel estratégico, la digitalización en nuestras empresas será una gran herramienta de productividad. Nuestro sector va a ser la palanca de competitividad de toda la economía, y gracias al elevado nivel de digitalización, al uso de big data, inteligencia artificial, blockchain, etc., nuestras empresas podrán aplicar prácticas como la logística predictiva que introducirán una mayor competitividad en el resto de sectores y en la economía del país.

¿Cómo se presenta el futuro?

Estoy convencido de que en la recuperación económica de esta crisis, la logística va a ocupar un lugar fundamental. y va a ser una de las principales palancas de competitividad. Las cosas no serán como antes, pero habrá nuevas oportunidades inimaginables y nichos de negocio derivados de esta brutal pandemia. El foco en estos momentos, tras la emergencia sanitaria, debe fijarse en la empresa para poder salvar el máximo número de puestos de trabajo.

Algunos entes públicos se han sensibilizado con el sector y han aprobada medidas económicas como la rebaja de alquileres y tasas, como por ejemplo ha hecho AENA, ¿ese es un camino que debe mantener el Gobierno?

Esta situación no la ha generado la economía. Ha empezado por una crisis sanitaria a la que ha habido que hacer frente parando la actividad. Por eso el Gobierno ahora está obligado a ayudar a las empresas. Con una financiación ágil, rápida y sin burocracia; flexibilidad en los ERTE; reducir la fiscalidad, control máximo de la competencia desleal y flexibilidad laboral. No podemos convertirnos en un país de subsidiados. Es importante fomentar el diálogo social, para elaborar medidas que limiten el impacto negativo de esta crisis sanitaria en las empresas. Y no sólo el Gobierno, también los grandes fondos de inversión propietarios de muchas naves logísticas, que deberían acompasar los alquileres al nivel de actividad en un momento tan excepcional como éste. Acompañar a las empresas en este momento es la clave para que sigan viviendo, que a su vez es la clave para mantener el máximo número de puestos de trabajos posible.