Cae un 50 % el tráfico de mercancías por carretera

El transporte de mercancías por carretera ha disminuido por encima del 50% con respecto a su actividad habitual, desde el inicio del estado de alarma

Pese a que desde el Gobierno se considera el transporte de mercancías por carretera, como uno de los servicios esenciales dentro del tráfico de productos dentro de la crisis producida por el Covid-19, desde las empresas y las patronales del sector se están dando, un día sí y otro también, voces de alarma sobre la situación que están soportando cuando ya se ha perdido, desde la declaración del estado de alarma, más de un 50% en su tráfico habitual, y hay en peligro más de 55.000 empleos. Y se considera que el tránsito hacia la normalidad va a ser muy largo y complicado, con un descenso por encima del 20% de la actividad en el presente año.

Las diferentes asociaciones, patronales y empresas del sector muestran su preocupación por la situación que está viviendo el tráfico de mercancías por carretera, que desde el inicio de la crisis sanitaria está perdiendo tejido empresarial, y que afecta a los puestos trabajo, ya que en muchas de las compañías se han tenido que recurrir a ERTE, e incluso en alguna a despidos y reducción de plantilla.

Tal y como indica la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que en un análisis profundo a través de una consulta a 1.197 empresas de transporte y logística de toda España, concluye que el 42% de las empresas del ramo se han visto obligadas a realizar algún tipo de regulación de empleo. Y que con ello se han puesto en peligro más de 55.000 puestos de trabajo. Los peor parados en este aspecto son los autónomos con una pérdida de volumen de trabajo del 59%; seguidos por las empresas que cuentan con una flota de menos de 20 vehículos, cuyo tráfico ha caído por encima del 40%.

Según CETM, por actividad, los sectores más castigados son los portavehículos, con una reducción del 74%; seguidos por las mudanzas, el 61%. La carga general ha caído hasta el 48%; mientras que las cisternas se sitúan en un descenso del 31%; los operadores de transporte han tenido una bajada de actividad de hasta el 29 %; el transporte multimodal del 28%; y los frigoríficos del 21%.

Por su parte, desde la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) se apunta que el tráfico ha ido cayendo desde el 15 de marzo semana a semana hasta llegar a situarse por encima del 50%. Pero que eso no es lo peor de todo, aun siendo malo, sino que es muy preocupante, quizás más, la situación que se vive con los camiones que regresan en vacío, ya que la media de kilómetros que recorren en ese estado se ha disparado por encima del 30%.

La asociación indica que esa serie de trayectos que deben hacer los vehículos en vacío tras haber dejado la carga en su destino, representa un gasto que repercute en la cuenta de resultados y que no genera ningún ingreso.

Para el director general de ASTIC, Ramón Valdivia, se debe tener en cuenta que “un camión sin carga no está exento de pagar peajes, y además, sigue consumiendo combustible, junto a otros gastos improductivos que impactan directamente en las cuentas de resultados.

En un análisis realizado por Astic en consulta con las empresas afiliadas, se destaca que el “impacto de la crisis sanitaria ha provocado un estrangulamiento económico sin precedentes a las compañías del sector”, y que se corre el riesgo de llevar a un colapso a las empresas del transporte en el país.

Por eso desde esta asociación se pide que la administración no debe permenecer “en el callejón sin salida, del esperar y ver”, porque se está ante un sector cuya actividad es “esencial” para las exportaciones industriales, agropecuarias, químicas, textiles, etc., y en general, para todo tipo de mercancías que deban transportarse desde los centros de materias primas a los puntos industriales del país.

Además, se considera que como la situación actual se “dilate” más en el tiempo sin unas medidas económicas sólidas de ayuda al tejido empresarial, cuando llegue la fase 3, la denominada de “nueva normalidad”, puede que no tenga nada de halagüeña, y como apunta Valdivia, puede que “no haya forma de que funcione eficazmente la conexión entre la nueva demanda y los centros de producción”.

El resultado del estudio/encuesta confirma, según la asociación, “la situación de alarma empresarial que sufre el sector”, ya que un 40% de las empresas ha tenido que recurrir al ERTE para hacer frente a la gestión de sus plantillas; y un 8% se han visto obligados a recurrir a despidos entre sus trabajadores. Se concluye, y en eso coincide con CETM, en que casi un 50% de las grandes empresas de transporte de mercancías por carretera españolas no han logrado evitar algún tipo de ajuste laboral desde la declaración del estado de alarma.

Ambas asociaciones consideran que una gran parte del tejido empresarial del transporte y de la logística de mercancías se encuentra en una situación de riesgo extremo y al límite de su supervivencia, y por ello reclaman al Gobierno la puesta en marcha de un paquete de medidas de carácter laboral, financiero y tributario, porque sin ello valoran que muy pocas empresas van a poder mantenerse operativas cuando acabe la crisis.

Una de esas medidas, para evitar el “estrangulamiento económico” del sector, es que se lleve a cabo una financiación específica y proporcional al tamaño de las empresas, y que ésta suponga como mínimo un 15% del volumen de su facturación anual.

También se incide en la importancia que tendría una reducción significativa de las cotizaciones sociales, pues supondría una inmediata inyección de liquidez. Así como que se adelantaran las devoluciones por el gasóleo profesional y que se eliminasen los peajes. Gasto este último que ya supone el tercero en importancia para las empresas del sector, tras el personal y el combustible.