¿De regreso a la normalidad?

Pues sí, hay que creerse que después de estar desde el 15 de marzo bajo el confinamiento por el decreto del estado de alarma aprobado por el Gobierno, ya se comienza a ver la luz al final del túnel. Incluso se habla de que se camina con paso firme hacia la normalidad, pero... ¿de qué normalidad hablamos?

El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el día 8 de junio la nueva normativa para el movimiento de los residentes en el país, y en esas nuevas formas de conducta se flexibiliza mucho la situación hasta ahora vivida, aunque todo depende de que la Comunidad que sea, esté dentro de la llamada fase 2 o de la 3. La desescalada ha comenzado con intensidad, pero los problemas que el Covid-19 ha causado y puede volver a causar siguen estando latentes.

Desde el lunes 8, los autobuses, privados y públicos, los trenes, tanto de Cercanías, como los de alta velocidad y largo recorrido, o los regionales, que realicen servicios, tanto urbanos como interurbanos, podrán utilizar el 100% de los asientos, ya no hay que guardar esa distancia de plazas libres, o ese volumen de ocupación al 50%.

El Ministerio de Sanidad lo ha decidido así, y ya se ha flexibilizado el transporte. Eso sí, el uso de mascarillas es obligatorio, y es de esperar que se continúe con las operaciones de limpieza de los vehículos, de su desinfección diaria, porque si no, como escribió en su momento Truman Capote, “Más dura será la caída”.

La orden publicada en el BOE, es clara, y especifica en que casos se van a poder ocupar todos los asientos de los vehículos de transporte colectivos. Para ello, todos los ocupantes deben ir sentados, no se permite que vayan pasajeros a pie, pero se recomienda que cuando el nivel de ocupación lo permita, se procurará “la máxima separación entre los usuarios”.

No obstante, puede haber en algunos transportes personas que vayan de pie, ya que según la orden de Sanidad, en aquellos transportes colectivos de viajeros de ámbito urbano y periurbano en los que existan plataformas habilitadas para el transporte de viajeros de pie también se permite la ocupación de la totalidad de plazas sentadas, “y se mantendrá una referencia de ocupación de dos usuarios por cada metro cuadrado en la zona habilitada para viajar de pie”. Igual tenemos que viajar con un metro en el bolsillo. En cuanto al uso de vehículos particulares y taxis, se especifica que podrán viajar en ellos tantas personas como plazas tenga el vehículo, siempre que todas residan en el mismo domicilio.

La duda está en saber si esta flexibilidad va a servir para solucionar las pérdidas millonarias de los transportes colectivos o si es una operación de maquillaje.