60.000 unidades en la flota de vehículo urbano compartido

El uso de los diferentes tipos de vehículos de movilidad urbana compartida está creciendo asentándose como una forma alternativa a los modos de transporte tradicionales

La huida de los atascos en el interior de las ciudades, la necesidad de desplazamientos rápidos, seguros y eficaces, así como un mayor respeto al medio ambiente y la aplicación de determinadas medidas por las autoridades municipales para el movimiento de vehículos por las denominadas almendras centrales de la urbes, ha supuesto que, en los últimos años, haya irrumpido con fuerza un tipo de servicio dado por unos vehículos que se inscriben dentro de lo que se ha llamado movilidad urbana compartida y carsharing. Favorecida, en muchos casos por las propias entidades municipales, con productos como bicicletas y patinetes; o por empresas del sector del automóvil con vehículos eléctricos, e incluso los VTC (vehículos de transporte de viajeros con conductor).

En los últimos años se ha producido, pues, un fuerte impulso en la oferta de este tipo de vehículos para el desplazamiento por el interior de las ciudades, garantizando una posi9bilidad de movilidad alternativa, facilitando la evolución de los nuevos hábitos de desplazamiento de la población en las urbes.

Según un informe elaborado por la consultora DBK, desde el año 2017 hasta el mes de febrero del presente, se ha duplicado la flota de vehículos que se ofrecen a los usuarios para sus desplazamientos por el interior de la urbes.

Así, la flota global de alquiler de vehículos compartidos al cierre del 2017 se situaba en las 30.400 unidades; mientras que al cierre de febrero del 2020, ese número se había incrementado hasta las 60.700 unidades.

En este aumento destaca la incorporación de los patinetes eléctricos a este tipo de servicio, que suman 9.400 unidades, aunque, como en años atrás, son las bicicletas las que mantienen un mayor volumen, con 29.770. En este caso conviene apuntar que cerca del 80 % de esta flota corresponde a los sistemas públicos de alquiler implantados en los principales municipios del país.

Las motocicletas eléctricas son las que ocupan el segundo lugar en las flotas de vehículos de movilidad urbana compartida, con 16.790 unidades, y los automóviles cierran con 4.740 unidades. En cuanto a la flota de VTC, al cierre de febrero, se situaba en el entorno de los 11.300 vehículos.

Aunque las diferentes comunidades tienen, prácticamente, todos estos servicios ofrecidos, destacan algunos en particular por la especial conformación de las ciudades. Y así, por ejemplo, en Cataluña, quien domina es la bicicleta con el 32% del total; seguida por la Comunidad Valenciana con el 16%. Lo mismo que en el segmento de las motocicletas compartidas, donde la región catalana supone el 37% del total.

En el caso de Madrid, su presencia es mayor en los segmentos de automóviles, donde se pueden encontrar empresas privadas como Zity, Emov, Wible..., que representan el 73% del total. También destaca por su mayoría en la oferta de patinetes eléctricos, con un 51% de la flota.

De acuerdo con el informe elaborado por DBK sobre Movilidad Urbana, se estima que las empresas de movilidad urbana compartida, ya sean públicas como privadas, generaron al cierre del 2019 un volumen de facturación de unos 120 millones de euros. De ellos, el 30%, es decir, 36 millones de euros lo facturaron los automóviles; un 28%, más de 33 millones de euros el segmento de las motocicletas; el 27% fue de las bicicletas, con 32 millones; y los patinetes, el servicio más económico de todos, alcanzó los 18 millones, un 15%.

En cuanto al número de empresas, a finales de febrero operaban en el país unas 90 enseñas, algunas de las cuales explota más de una modalidad de transporte. En el segmento de las bicicletas son 50; en el caso de las motocicletas, unas 12; mientras que en el caso de los patinetes, 17; y en el de automóviles, 21.