Los puertos se ‘vacían’ de pasajeros y mercancías

El Gobierno veta los cruceros ‘sine die’ y el sector negocia reactivarlos en agosto. El desplome de la demanda y del comercio lastra el tránsito de líquidos y contenedores

Aena ha reabierto la terminal 1 de Barajas, parte del Dique Longitudinal de El Prat y el módulo A de Palma ante el aumento de los vuelos internacionales. Así, mientras el número de operaciones aéreas diarias se ha triplicado desde que se reabrieron las fronteras, los puertos siguen cerrados a cal y canto a los cruceros. La decisión del Gobierno de extender sine die la prohibición a la entrada en los puertos de “los buques de pasaje de tipo crucero que realicen viajes internacionales” pese al levantamiento del estado de alarma, deja en el aire la reactivación de una industria que en 2017, últimos datos disponibles, aportó 4.252 millones a la economía española y empleó a 31.322 personas. Además, la medida, que contempla excepciones a discreción de Marina Mercante, contribuye a mantener medio vacías las terminales de pasajeros, que cerraron mayo con 216.851 viajeros frente a los 2,8 millones registrados en el mismo mes de 2019.

Así, al veto a los cruceros, publicado en el BOE el 27 de junio, se suma la decisión de Marruecos de mantener cerradas las fronteras con España, lo que obliga a cancelar la operación Paso del Estrecho, que el año pasado movió 3,34 millones de pasajeros y 760.215 vehículos; y al descenso de la demanda en los ferrys, que sí que operan. Si se elimina a los cruceristas de las estadísticas, el tráfico de pasajeros en mayo cayó un 87%, pese al inicio de la desescalada. Puertos no se atreve a dar una estimación la evolución del tráfico de este año, que acumula un descenso del 56%, ni de cuándo se va a recuperar.

La decisión de restringir la entrada de turistas por mar afecta principalmente a puertos como el de Barcelona, Palma, Las Palmas y Valencia, que concentran el grueso de las escalas, y ha sentado como un jarro de agua fría en la industria pese a que muchas compañías ya tenían previsto empezar a operar en el Mediterráneo en otoño y a que se espera que el arranque sea muy lento. La cuestión es que no tienen visibilidad sobre cuándo se van a abrir los puertos ni de las medidas de seguridad que se impondrán por parte del Gobierno, por lo que tienen problemas para ir preparando la desescalada. De momento, Costa Cruceros tiene pensado fletar un buque en agosto desde Italia, pero todavía no tiene definido el itinerario porque la actividad sigue muy restringida para el sector, que el año pasado movió 10,6 millones de pasajeros en España. Si todo va bien, la estrategia de Costa es tener dos buques en el Mediterráneo en septiembre mientras que Norwegian espera volver a operar ese mes.

“Estamos Negociando con el Gobierno que se puedan reabrir los puertos a los cruceros en unas semanas. Aunque la industria ya ha puesto en marcha muchas medidas se seguridad, queremos poder adaptarnos a las que imponga el Ejecutivo para ir poco a poco retomando la actividad. La idea es primero gatear y luego andar para poder volver a correr, como en 2019. El sector es muy rentable y se recuperará rápido”, explica Alfredo Serrano, presidente de la patronal de cruceros CLIA en nuestro país.

Pero España no es el único país en el que no pueden entrar los buques. Los cruceros llevan parados desde que estalló la crisis y de momento siguen sin actividad en sus principales mercados -China, EEUU y Alemania-. Así, a mediados de junio Carnival, que ha perdido 4.400 millones en su segundo trimestre, reconoció que le era “imposible predecir cuándo va a poder volver a las operaciones normales”. La crisis ya se ha llevado por delante a Pullmantur, que ha quebrado, ha obligado a Norwegian Cruise Line a pedir 1.850 millones en créditos para garantizar su liquidez y ha llevado a Carnival a reducir su flota en seis barcos y retrasar entregas. Todas publican pérdidas milmillonarias.

Mercancías a la baja

Además de los pasajeros, el tráfico de mercancías se ha visto fuertemente afectado por el coronavirus pese a ser una actividad esencial. Los últimos datos publicados por Puertos del Estado reflejan una caída del 25% en el número de toneladas movidas en la red, lo que más que duplica el descenso registrado en abril. La sociedad estatal espera que la actividad siga a la baja lo que queda de año aunque confía en que la caída se modere y se cierre el ejercicio con un retroceso del 15% “si la cosa no se tuerce”. De cara al año que viene se prevén subidas de doble dígito, aunque no se recuperarán los niveles de 2019 hasta 2022.

El tráfico de mercancías también se está viendo impactado por el cierre de las plantas de carbón y ya en 2019 se registró un descenso del 11% en graneles sólidos. Sólo en mayo, este tipo de mercancías ha descendido un 30%, más que la media, y en el acumulado del año retrocede un 19,5%. El tráfico total pierde el 10%. Así, junio también ha sido flojo y se espera un julio a la baja ya que la demanda no se está recuperando. No en vano, el tráfico de mercancías por carretera cae el 30% debido al descenso de la demanda nacional e internacional, que ha llevado a romper las cadenas y a obligar a muchos camiones a realizar viajes en vacío.

En Algeciras, que principalmente se dedica al tránsito de contenedores, la caída que se registra en lo que va de año es del 4,8% debido a que la exportación ha contenido la caída de la actividad nacional. Por su parte, Baleares registra un descenso del 31,7% del tráfico de mercancías, Tarragona del 23% y Barcelona del 17%. Bahía de Cádiz es el único que sube con un alza del 24% en los cinco primeros meses del año. “Los puertos son un reflejo de la economía y del comercio mundial y si la economía ha sufrido un revés y la demanda no termina de remontar al final se nota en el tránsito de mercancías”, explican fuentes de Puertos del Estados. La paralización de la red portuaria se va a traducir en un fuerte descenso de ingresos por la menor actividad y la reducción de las tasas y las moratorias. En total, han aprobado medidas para generar ahorros de 250 millones a navieras, terminales, etc.