España lidera el proyecto del ‘Hyperloop’ en Europa

Cada vez está más cerca la construcción y puesta en servicio de un transporte nacido de las ideas de la ciencia ficción y, para hacerlo realidad, al frente está la ingeniería española

Parece que en poco tiempo se va a poder viajar entre ciudades a más de 1000 kilómetros por hora, de forma segura, y con un mínimo impacto medioambiental, reduciendo conexiones que hasta ahora están lejanas en el tiempo, en algo meramente anecdótico. Por ejemplo, un trayecto de Madrid a Barcelona en menos de 35 minutos; o ir hasta París en una hora; o un Nueva York a Washington en media hora. El concepto del espacio y del tiempo relativizado en el mejor concepto de la ciencia ficción, a través de la irrupción de una especie de tren de forma tubular, que recorrerá las distancias precisamente a través de tubos, no de vías, con un sistema de baja presión que combina la levitación magnética con la propulsión.

El Hyperloop, como se conoce a este nuevo sistema revolucionario de transporte, fue ideado en el 2014 por Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, y desde entonces diversas empresas se han lanzado a buscar soluciones para llevar a cabo el proyecto, y poder fabricar y comercializar este tren futurista.

En Europa, un consorcio encabezado por la empresa valenciana Zeleros, está liderando el proyecto en el que colaboran también, entre otras, la ingeniería Altran, el Grupo Red Eléctrica y Angels Capital. Aunque también hay internacionales como Goldan Ventures o Road Ventures, o el ente público Adif. El protagonismo español proviene de un proyecto que nació en la Universidad Politécnica de Valencia, que concurrió en el año 2018 al concurso de ideas convocado por Musk, Hyperloop Pop Competion III con un prototipo propio, y que ahora forma parte del grupo de empresas privadas y públicas que encabeza Zeleros, compañía tecnológica, fundada en el año 2016 y que fue doblemente premiada en la competición organizada por el magnate norteamericano en Los Angeles.

El Hyperloop, que está considerado como una nueva forma de ferrocarril, pese a no ir sobre raíles, y estar más cerca del tren magnético Maglev, se basa en una infraestructura tubular, que tanto puede ir por superficie, como bajo tierra, a la que se ha extraído el aire, generando baja presión, con lo que se minimiza la fricción, del vehículo que por allí se desplaza. Una cápsula que levita viajando a través de esa tubería con la capacidad de alcanzar velocidades súper altas con un mínimo coste de energía, reduciendo las emisiones contaminantes de otros transportes y mejorando la movilidad entre núcleos urbanos distantes entre 400 y 1.500 kilómetros, al poder alcanzar los 1.000 kilómetros por hora.

El proyecto considera que tanto puede ser empleado para transportar pasajeros como mercancías. Una configuración tipo, que aún no está decidida, puede ser la de operar cápsulas que tengan capacidad para 28 viajeros; o que se amplíen a 48 plazas; y otras en las que sea posible llevar al menos tres vehículos. Se trata de conseguir que su funcionamiento se adecúe a la demanda de cada momento. Y además, y es importante, no se registrarán paradas intermedias entre los puntos de conexión. Siempre será de un destino inicial a un final de la linea.

Aunque hay diversos desarrollo empresariales compitiendo en el mismo desarrollo, un tren de cápsulas que alcance alta velocidades, desde el consorcio de empresas lideradas por Zeleros se defiende que el suyo está mucho mas ajustado en precio, en ahorro y en seguridad. Su apuesta industrial permite operar con presiones inferiores en el tubo, lo que quiere decir que se está ante un entorno más seguro y un ahorro en aislamiento; así como contar con un cilindro más ajustado al vehículo, que evita, gracias al motor que lo propulsa, el efecto “jeringuilla” que sí se genera en las opciones alternativas.

Recientemente, el proyecto de Zeleros, ha recibido una inyección económica de 7 millones de euros, con los que se van desarrollar los primeros prototipos y se va a construir la pista de pruebas. Esta financiación va a permitir, según el director ejecutivo de la compañía valenciana, David Pistoni, a desarrollar y demostrar los sistemas en un entorno de operación real. El primer paso es la construcción de los prototipos, y el siguiente será el despliegue del Centro Europeo de Desarrollo Hyperloop en España, en un lugar aún por decidir, incluyendo una pista de pruebas donde, según Pistoni, “se pueda demostrar la efectividad de sus tecnologías a alta velocidad”, y “acelerar el desarrollo de la industria de Hyperloop en Europa, mediante la creación de un ecosistema de aliados internacionales industriales, tecnológicos e institucionales”.Por ello, el director ejecutivo de Zeleros defiende que no se trata de un proyecto de diseño de una sola empresa, sino que se trata de “un gran desarrollo” y, por eso, desde el inicio decidimos plantear nuestro proyecto de forma colaborativa”. Se trata, pues, a juicio de Pistoni, de “combinar el increíble equipo humano y la tecnología de Zeleros, con la experiencia de la industria española, permitiendo reforzar y extender su liderazgo en sectores como el ferroviario, aeronáutico, infraestructuras y electrificación”.

Una de las mayores pegas que se han puesto a este nuevo sistema de transporte es el coste del mismo, que se considera que puede suponer invertir 7.000 millones de euros para una línea de 500 kilómetros. Desde Zeleros se defiende que es mucho más barato que el kilómetro que cuestan los trenes de levitación japoneses, en el entorno de 120 millones de euros; o de los 40 millones de los modelos chinos. El Hyperloop, gracias a concentrar la tecnología en el vehículo permite abaratar la infraestructura y reducir el coste a los 20 millones de euros que cuesta el kilómetro de la alta velocidad española.