Carolina Sánchez Fernández, vicepresidente de la Asociación Direbus: “Pedimos apoyo a la ausencia total de actividad, porque nuestro sector está herido de muerte”

El transporte discrecional en autobús, en general, y sobre todo el que está unido, “intimamente”, por no decir “totalmente”, al sector turítico y al ámbito del ocio colectivo, se encuentra, según la vicepresidente de la asociación DIREBÚS, en un grave peligro, por el impacto que desde marzo está causando la pandemia

Precisamente, y para hacer frente al Covid-19 se ha creado la Asociación DIREBÚS, de ámbito nacional que intenta “que la crisis no arrase con el 80 % de las pymes del sector”, tal y como apunta Carolina Sánchez Fernández, vicepresidenta de la Asociación DIREBÚS quien añade que “nuestra vocación es, sin lugar a dudas, defender los intereses del gran tejido empresarial de micro empresas que conforman el sector, dedicadas, sobre todo al transporte en autobús discrecional y turístico.

¿Quién forma DIREBÚS?

Actualmente integra a unos 470 asociados directos organizados, algunos de ellos en asociaciones de carácter regional que han ido fundándose para conseguir defender los intereses del sector en el ámbito nacional y en el ámbito autonómico.

El servicio discrecional es uno de los sectores que más ha sufrido y está sufriendo con el Covid-19

Sin ningún género de dudas, porque el segmento discrecional y turístico encuentra su potencial demanda en los congresos y ferias, en los eventos deportivos, musicales, etc., en el ocio colectivo en general, así como en las rutas escolares y en la unión de zonas menos pobladas con núcleos de población más importantes. Todos los servicios han sufrido los efectos de la pandemia, e incluso hay empresas que no han realizado ningún servicio desde marzo. La única parte de la demanda que reanudó su actividad en septiembre fue el transporte escolar.

La caída más importante parece corresponder al descenso del turismo.

La caída vinculada al turismo, ha sido estrepitosa, inédita. No hay signos de una bajada de actividad como la experimentada en la historia del turismo en España, ni en la historia de nuestro sector. Esta situación completamente extraordinaria, requiere de medidas del mismo carácter: extraordinarias.

Cuando parecía que se comenzaba a vislumbrar una mejora, los rebrotes han llevado a confinamientos de poblaciones y regiones.

No hay servicio que se reserve, cuando milagrosamente lo hay, que no experimente cambios o anulaciones. Hay inseguridad, desconfianza y miedo, un veneno que mata al turismo.

¿Cuáles son las comunidades o poblaciones donde más incidencia hay?

Resulta difícil establecer que comunidades o áreas geográficas se encuentran peor, pues con el cierre perimetral, prácticamente el turismo interior está cerrado. A día de hoy existen centros culturales cerrados o con un aforo muy limitado, y el número de personas que pueden compartir actividad está en cifras aún bajas. También el movimiento intracomunidad está limitado.

Insistamos en el turismo como actividad principal

El turismo en autocar es una forma de turismo con un importante efecto multiplicador. Cada autocar con turistas recorre las principales ciudades españolas, provincias o recursos turísticos más o menos conocidos. Para en áreas de servicio, en restaurantes, etc. La capilaridad del gasto turístico se debe en gran parte al papel que el autocar desempeña.

Desde DIREBÚS se están pidiendo ayudas a las diferentes administraciones, ¿cuál es su respuesta?

Las empresas pedimos ayudas directas. Pedimos apoyo a la ausencia total de actividad, en especial frente a la situación de encontrarnos desde marzo parados en la práctica totalidad. Nuestro sector no sólo no tiene ayudas, el problema es que tampoco tiene visibilidad. Nuestra actividad está completamente parada desde hace ocho meses, ¿qué empresa puede subsistir con un año en blanco de facturación? El periodo en el que todas las empresas del sector facturan el 70%, aproximadamente, de su facturación anual ha pasado entre confinamientos totales o parciales, planes de desescalada que no han podido hacer resurgir el turismo, con el ocio colectivo cerrado a cal y canto, sin recuperación, sin actividad.

¿Cuál es el nivel de pérdidas que contemplan en este ejercicio?

Las empresas del sector soportan un endeudamiento muy elevado fruto de las inversiones que suponen mantener una flota actualizada. Son del orden de 250.000 a 300.000 euros por vehículo. Y que se encuentran paradas. Se puede calcular las pérdidas a día de hoy entre 9.000 y 12.000 euros por cada uno de los autocares. ¿Y quién nos ayuda? Pues nadie. Por ejemplo, el Plan de Impulso y Recuperación del Sector Turístico, publicado en julio, nos dejó un apartado que se basa en la regulación de moratorias en cuotas de financiación de nuevos vehículos de seis meses, que la banca se ha resistido a aplicar de forma flagrante en algunos casos.

En otros países se han arbitrado medidas para ayudar a este sector

En Alemania, en Hungría, en Reino Unido, en Bulgaria o en Francia, se ha entendido el sector del transporte y el segmento del discrecional como un colectivo especialmente afectado, con necesidad de ayudas específicas que vengan a dar aliento a la grave situación por la que atraviesan esas empresas, en Francia por ejemplo se ha considerado el transporte discrecional como parte inequívoca del sector turístico y como tal recibirá importantes ayudas. En España, sin embargo, seguimos solicitando que se nos incluya, tanto a nivel autonómico como nacional, en la Mesa de Reconstrucción del Turismo. No hay respuesta. Se solicitan ayudas directas al sector. No hay respuesta. Se solicita flexibilidad en materia impositiva, bonificando las cargas impositivas, disminuyendo unas cargas fiscales a las que sin actividad no podemos hacer frente. No hay respuesta. Solicitamos la ampliación de la edad escolar de los vehículos a los 18 años, como ocurre en parte de España -Baleares y Canarias, por ejemplo-. No hay respuesta. Frente a un sector que se encuentra al borde del abismo económico desde junio, debido a la maltrecha situación, sigue sin haber respuesta, y ya hay empresas que se han visto obligadas a entrar en concurso de acreedores por encontrarse en una situación de insolvencia financiera total. Estamos ante una situación muy grave. Nuestro sector es un sector herido, pero herido de muerte. Y no se ven soluciones a corto plazo, porque en las conversaciones que se han mantenido con las diferentes administraciones no se han logrado si no huidas hacia delante. No hay ninguna medida específica salvo las concedidas al resto de sectores. No hay ningún atisbo de voluntad de un entendimiento especial con el tejido empresarial que conforma el sector del transporte

Comentaba que parece que tienen poca visibilidad, ¿qué son... casi invisibles?

No somos transporte, porque no estamos sujetos a contratos públicos, y cuando lo estamos para el transporte regular de uso especial, escolar, tampoco se paga ni en tiempo, ni en forma por parte de las administraciones. Y tampoco parece que seamos turismo a tenor de la escasísima ayuda recibida en concepto de parte del sector turístico. Con un panorama como este, la única vía que nos queda es entender que alguien espera que en nuestro sector se haga magia. Magos no somos, o al menos de momento.

¿Y el futuro?

Tal y como están las cosas ahora, hablar del futuro es un lujo, y las pymes del sector no pueden permitírselo. Bastante tenemos con pensar en cómo hacer frente a los pagos que acucian en el hoy, como para plantearnos un futuro que aparece del todo incierto, lejano, desigual e injusto. La sensación, sin duda, es que no hay futuro, y no lo hay porque nos han negado el presente. Esperar es el único verbo que nuestro sector no se puede permitir. O actuamos y actuamos todos juntos en equipo y con un solo objetivo y de forma inmediata o la sensación de desamparo, se convertirá en la peor antesala del cierre.