Cinco predicciones para el sector de los seguros en 2023

2022 fue año de resultados inesperados para el sector asegurador. Se esperaba que las ventas de vehículos eléctricos creciesen, pero no que el ritmo fuese tan elevado como finalmente fue. También se sabía que la interrupción de las cadenas de suministro provocada por el Covid-19 continuaría, pero no se contaba con la invasión de Rusia en Ucrania, que ha costado vidas y generado escasez de energía y alimentos. Ante este panorama, las aseguradoras han recortado su exposición para este 2023.

Es probable que los resultados a corto plazo del sector asegurador mundial sigan siendo buenos. El impacto de los vientos a favor macroeconómicos que afectan a la industria equilibrará el impacto de los vientos en contra, al menos desde una perspectiva financiera y de ratio operativo a corto plazo. Sin embargo, la salud del sector estará bajo presión dado el impacto más sistémico de los vientos en contra.

La tímida recuperación a la que asistimos en 2021 fue sustituida por unas previsiones de crecimiento cada vez más inciertas a medida que las economías mostraban unos resultados por debajo de los esperados a lo largo de 2022. Las previsiones del PIB mundial se revisaron a la baja en múltiples ocasiones durante el pasado año y se realizaron revisiones similares en las previsiones de crecimiento de las primas.

Esperamos que las primas de seguros que no son de vida, por ejemplo, de motor, hogar o salud, crezcan un 2,2% en 2023, frente al 3,3% previsto el año pasado por estas mismas fechas. Esto se basa principalmente en el endurecimiento de los tipos en las áreas comerciales. El crecimiento de estas primas en los mercados emergentes superará al de las economías avanzadas, con un crecimiento real estimado del 3% en 2022 y del 4,2% en 2023.

En cuanto a las primas de seguros de vida, prevemos que a nivel global crezcan un 1,9% en 2023 -frente a la previsión de crecimiento del 3,5% de hace un año-, con mejoras tanto en mercados emergentes como avanzados debido a una mayor demanda de productos orientados a la protección y en unos tipos de interés elevados que impulsen la demanda de productos de ahorro garantizados.

La contratación y retención del talento es un riesgo a largo plazo para las aseguradoras que no se mitigará en 2023. La demanda de talento en el sector sigue siendo alta, mientras que la oferta disminuye debido al rápido envejecimiento y jubilación de la mano de obra. Las aseguradoras líderes encontrarán formas de afrontar las carencias de mano de obra, por ejemplo, con soluciones de IA. También comenzarán a articular y activar el propósito de la marca, señalando a los trabajadores más jóvenes que comparten visión para un mundo más seguro y saludable.

Las tasas de inflación son las más altas en décadas. Aunque se espera que disminuya de 2022 a 2023, se prevé que la inflación siga siendo elevada en relación con la media histórica. Esto afectará a toda la cadena de valor, desde los costes de adquisición de clientes hasta los gastos por siniestros e indemnizaciones. También es probable que persistan las presiones de la inflación salarial, sanitaria, energética y social.

Las aseguradoras tendrán que prepararse para el impacto de una inflación prolongada que afectará a los gastos de explotación y al coste de los siniestros. El incremento de los costes de siniestralidad creados por los retrasos en la cadena de suministro para automóviles y daños materiales (que oscilaron entre el 40% y el 60% en 2022) seguirán siendo elevados en un entorno inflacionista.

2023 también tendrá viento a favor. Aumentarán las cifras de crecimiento nominal de los ingresos de las aseguradoras. Tanto el nuevo negocio como las renovaciones serán revalorizados con la agilidad comercial necesaria para incorporar subidas de tarifas.

En consecuencia, el crecimiento de las primas, las ratios de gastos de explotación y las ratios de siniestralidad mejorarán a corto plazo en comparación con los parámetros anteriores a la inflación. Las nuevas subidas de los tipos de interés previstas en los principales mercados proporcionarán a las aseguradoras unos ingresos por inversiones muy necesarios para amortiguar los resultados de suscripción.

La creciente preocupación en torno al riesgo de salud y mortalidad provocada por la pandemia, el impacto continuado de fenómenos meteorológicos extremos y la inestabilidad económica, social y política general han impulsado una sensación generalizada de inseguridad. Tanto la salud como el bienestar financiero de los consumidores se han debilitado.

En 2023, las aseguradoras tendrán cada vez más oportunidades de ampliar su cartera de productos de salud y el patrimonio, lo que conducirá a una mayor convergencia del sector.