Claves para hacer viajes largos en coches eléctricos este verano

Es tiempo de vacaciones y época de largos desplazamientos por carretera. A grandes rasgos todos tenemos claros los hábitos recomendables en este tipo de viajes, pero ¿qué sucede si tenemos un coche eléctrico? Les facilitamos información y consejos útiles si piensan recorrer una amplia distancia.

Muchas cuestiones pueden venirnos a la cabeza si tenemos un coche eléctrico y estamos organizando un viaje. ¿Qué posibles averías podemos sufrir y cómo solventarlas? ¿Tendremos autonomía suficiente para llegar a nuestro destino? En caso de que no sea así, ¿contaremos con suficientes puntos de recarga a lo largo de la ruta como para no tener problemas? ¿Tardaremos demasiado en caso de que tengamos que recargar nuestro vehículo?

Nos hemos propuesto en este artículo resolver esas razonables dudas y ofrecerles algunos consejos que pueden serles de utilidad en caso de que dispongan de un coche eléctrico y tengan previsto realizar uno o varios viajes largos próximamente (o si se están preguntando si compensa disponer de un automóvil de esta clase a la hora de recorrer distancias largas por carretera).

Autonomía y recarga, claves

Para empezar hablamos del aspecto que seguramente más les preocupe y con razón. Nos centramos en la autonomía, la cantidad de kilómetros que puede recorrer un coche eléctrico sin necesidad de recargar, y en la infraestructura de puntos de recarga que se precisa para no tener problemas durante un largo viaje.

Está claro que, aunque en ambos terrenos se va avanzando en ese sentido los vehículos eléctricos se encuentran todavía en una gran desventaja con respecto a los de gasolina. Empezando por la autonomía, existen automóviles de combustión que pueden recorrer hasta 800 kilómetros sin repostar, lo que podría incluso permitir realizar viajes largos de una tacada, mientras que el rango de autonomía de la mayoría de eléctricos oscila entre los 200 y los 600 kilómetros. En un viaje largo esto puede obligar como mínimo a dos paradas para realizar la recarga.

Y ahí nos encontramos con el segundo problema, pues hasta el momento en España no hay una red suficiente de electrolineras y puntos de recarga como para que el usuario tenga total tranquilidad en caso de querer cubrir una distancia amplia, algo de lo que no tiene por qué preocuparse quien conduce un automóvil tradicional pues existen miles de gasolineras repartidas por nuestra geografía; además, los coches eléctricos no llevan el mismo tipo de enchufe y no todos los puntos de recarga cuentan con todos los conectores.

La tercera mala noticia se refiere al tiempo de recarga, que suele ser largo en el caso de los vehículos eléctricos. La carga lenta puede suponer esperar demasiado para sólo disponer de un poco más de autonomía, por lo que es preferible optar por la carga rápida... en caso de que el coche pueda realizar esta operación a una alta potencia. Por quedarnos con algo bueno, lo cierto es que el coste económico de una recarga eléctrica es por lo general sensiblemente menor al de un repostaje de gasolina.

Pero todos estos problemas pueden minimizarse realizando una correcta planificación previa. ¿De qué manera? Cargando al máximo nuestro coche antes de iniciar la ruta, calculando la autonomía que ello nos permitirá y buscando a través de internet, una app o el navegador del auto los puntos de recarga que nos pueden venir bien durante nuestro viaje y sus características. De ese modo tendremos más o menos claro cada cuantos kilómetros deberemos parar, cuanto tiempo nos puede llevar cada receso y qué lugares nos permitirán aumentar de nuevo la autonomía de nuestro coche para llegar a nuestro destino.

Mecánica y averías

En cuanto a la mecánica, los coches eléctricos tienen la ventaja de que cuentan con muchas menos piezas que mantener; por ejemplo, al no disponer de un motor de gasolina o diésel no precisan de filtro de aire o un depósito de aceite. Eso sí, al igual que los de combustión también necesitan de mantenimiento en lo que respecta a las ruedas, las luces, la suspensión o la dirección.

Algunas de las averías más frecuentes en el caso de estos vehículos afectan al motor eléctrico, el dispositivo de carga, el sistema de frenada regenerativa, las baterías o el software.

Consejos útiles

Para cerrar les ofrecemos de manera concisa unos cuantos consejos de utilidad si se dispone de un coche eléctrico y se va a afrontar un viaje: realizar una buena planificación previa y una conducción eficiente; tener en cuenta que una alta velocidad y el transporte de mucho peso en el coche inciden en un rápido consumo de la carga eléctrica (al igual que poner las luces o activar la radio, el aire acondicionado o la calefacción); saber que el calor y el frío afectan negativamente a la respuesta de la batería; y conocer que la autonomía que marca el ordenador de a bordo del coche es sólo una estimación y no un dato preciso.