¿Los jóvenes contratan seguros de vida?

La contratación de un seguro de vida es una decisión que implica múltiples ventajas para los jóvenes, gracias a sus distintivos propios.

El seguro de vida es el mejor producto cuando se requiere asegurar el futuro de los más allegados. Por esta razón, la mayoría de los asegurados deciden contratar un seguro de vida cuando su familia aumenta. Contratar este tipo de seguros no suele estar entre los planes de los jóvenes, tienden a preocuparse por contratar un seguro de vida con el paso de los años. Este hecho es un error, puesto que asegurar la vida en plena juventud puede conducir a múltiples ventajas.

Un seguro de vida también es un producto interesante para los jóvenes, solteros y sin hijos, a pesar de que no es muy común mostrar interés por la contratación de este seguro hasta que se avanza hacia otras etapas vitales. Ciertamente, no todos los jóvenes pueden permitirse el pago de este tipo de productos. Sin embargo, cuando se alcanza cierta estabilidad laboral, la contratación de un seguro de vida puede ser una opción muy interesante.

Tal y como indica María José Llanos Ogino, director of Protection & Accident de Generali, se pueden contratar seguros de vida tan pronto como se es mayor de edad, es decir, con 18 años. Aunque se puede estar asegurado en una póliza a cargo y con el consentimiento de los padres o responsables legales a partir de los 14 años.

Las empresas del sector son conscientes de que este perfil de público está en otro rango de edad, y ofrecen muchos beneficios y condiciones para los jóvenes que deciden contratar este producto. Según argumenta María José Llano Ogino, la ventaja principal para los jóvenes es la posibilidad de estar protegidos desde edades muy tempranas a un precio muy ventajoso. Esto es muy relevante, puesto que para pactar un seguro de vida se ha de responder a exámenes médicos, dependiendo del capital contratado, tras los cuales se valora rechazar o aceptar la póliza. “Por lo general, los perfiles más jóvenes tienen menos problemas de salud y les es más fácil acceder a un seguro de vida sin ningún tipo de recargo, condición que podrán mantener de por vida, algo que es mucho menos probable si se espera a contratar un seguro de vida más adelante”, afirma.

Una cuestión que preocupa con la contratación temprana de un seguro de vida, es si se adaptará a las necesidades e inquietudes del futuro. El seguro de vida sí acepta una personalización de las coberturas y sumas aseguradas, si bien, cuando se añadan o incrementen las sumas aseguradas, es conveniente comunicar a la compañía sobre la situación sanitaria del asegurado, no así cuando se reduzca la suma asegurada. “La adaptación del seguro de vida al ciclo vital de la persona tiene que ver con la adición de nuevos productos aseguradores que comienzan a tener sentido con el paso de los años, tales como productos de ahorro o planes de pensiones, cuando el tomador empieza a tener capacidad de ahorro. También aparecen los seguros de accidentes o los seguros de dependencia. En estos dos casos, a la persona ya con cierta edad quizás no le interesa asegurar su vida, sino más bien percances que le puedan suceder en esta última etapa vital”, explica Daniel Blanco, director de Individuales, Vida y Pensiones de Caser.

Con el paso de los años, los jóvenes van avanzando en las distintas etapas financieras y médicas y como consecuencia, las responsabilidades aumentan. Este factor también se refleja en el seguro de vida. “Con el paso del tiempo aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades y por ende, de fallecimiento. Es por ello que las aseguradoras tienen que cobrar primas cada vez más elevadas. De todos modos, las primas de seguros de vida hasta la cincuentena son muy asequibles para personas con estado de salud normal. Esto no debería ser óbice para aquellos jóvenes, con o sin cargas familiares, preocupados por temas previsionales”, declara Daniel Blanco.

Más allá del amparo frente al fallecimiento, el seguro de vida presta otras garantías que son de especial interés para los jóvenes. “Por ejemplo, para los que no estén a cargo de una familia puede que lo más interesante de un seguro de vida sean las garantías de invalidez, con las que se asegurarán de estar cubriendo sus necesidades en caso de tener que afrontar una invalidez que no le permita practicar su oficio o una invalidez absoluta. También existen garantías que hacen lo mismo en caso de llegar a padecer una enfermedad grave, o que multiplican el capital asegurado en caso de accidente de circulación, lo cual puede ser interesante para los jóvenes”, expone María José Llano Ogino, de Generali.

Antes de contratar un seguro de vida, los jóvenes deben analizar sus necesidades personales y elegir el producto más adecuado para su perfil. En este sector, existen productos simples que ofrecen una contratación rápida y sin complicaciones, productos para capitales más altos y opciones con garantías complementarias. Tras analizar el contexto, se debe escoger el capital asegurado que, en caso de ocurrir un siniestro, tiene que ser suficiente para mantener el nivel de vida del asegurado o de la familia. Como indica María José Llano, es importante calcular los gastos y el capital necesario, para evitar “quedarse corto, pero tampoco excederse”.

También es fundamental detenerse en las coberturas del seguro. “Si tienen hijos, deberían asegurar un importe equivalente a un número de años de ingresos anuales (2, 3, 4, 5). Si tienen deudas, por una cantidad en la línea del saldo vivo del préstamo. Si no es ninguno de los dos casos anteriores, centrarse en incapacidad y hospitalización diaria”, comenta Daniel Blanco, de Caser. Por último, es conveniente indicar el nombre de los beneficiarios para el caso de fallecimiento. Esta gestión facilita los trámites jurídicos.