Todo lo que debe saber antes de dar el paso y adoptar un perro

Convivir con un perro suele resultar una experiencia enriquecedora, un aprendizaje y una ilusión durante muchos años; pero también conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones.

Si optan por adoptar a un perro -sabia decisión ya que por desgracia numerosos animales son abandonados y esa decisión les salva de un futuro muy negro y les otorga una nueva oportunidad de vivir acompañados y cuidados por humanos- debe saber que convivir con un animal es una experiencia estupenda y enriquecedora, pero que también conlleva una serie de responsabilidades y de aspectos a tener en cuenta que quizás mucha gente toma demasiado a la ligera en un primer instante.

En primer lugar, la responsabilidad que supone compartir la vida, personal y familiar, durante más de una década con un animal, y las molestias -más que sacrificios, una palabra demasiado exagerada- que genera. Porque tener un animal también es limpiar tu casa cada poco tiempo porque se llena de pelos; sacarle a pasear de día y de noche haga frío, lluvia o calor, te apetezca o no; llevarle al veterinario cuando corresponda; y preocuparse por su salud física y emocional, ya que, aunque a veces lo olvidemos el resto de animales también tienen emociones.

En ese sentido hay que valorar los pros y contras, estar todos los componentes de la familia en el mismo barco y conscientes de lo que significa tener a un nuevo compañero de piso y las responsabilidades que implica antes de dar el paso de adoptar a un perro -o a un gato, o a cualquier otro animal-. Y también debe considerarse que no todos los canes son iguales, y que dependiendo de su raza tendrán unas características propias, un carácter distinto y unas necesidades diferentes.

Más allá de eso, hay que tener en cuenta los gastos que conlleva. En primer lugar la propia práctica de la adopción, cuyo proceso tiene un coste. Y luego hay que añadir los gastos en alimentación, vacunas, microchip de identificación, costes veterinarios... No es que haya que ser millonario para tener a un perro, pero sí que exige un desembolso importante de dinero.

Por último, recomendamos que tengan en cuenta que Roma no se conquistó en un día. Es decir, que los animales, al igual que nosotros, también tienen su propio proceso de aprendizaje, desde cachorros a adultos, y que seguramente cueste -meses, años...- que adopten ciertos hábitos que hagan más sencilla la convivencia y mejoren la empatía entre ambas especies.

Eso a menudo requiere de paciencia y de un equilibrio entre la firmeza necesaria cuando sea oportuno y la capacidad de comprensión y la disposición de ofrecer apoyo y cariño al animal.