Las aseguradoras se enfrentan al invierno demográfico ofreciendo respuestas competentes

La longevidad, la diversidad familiar y la inmigración son las protagonistas del contexto demográfico asegurador.

En los últimos años, España ha sufrido un fuerte descenso de la natalidad. Desde el inicio de la crisis financiera en 2008 la cifra de nacimientos no ha dejado de descender. Además, la pandemia de Covid-19 ha reforzado este fenómeno, siendo 2021 el año con menos partos desde que existen registros. Este hecho ha generado un crecimiento vegetativo negativo de la población, con consecuencias severas para el sector asegurador.

Una reciente estadística de Eurostat manifiesta que en España se registraron 7,1 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 2021, frente a los 8,4 que se originaron en 2017. Por ello, es el segundo país de la Unión Europea con menor tasa de fertilidad, por detrás de Italia con 6,8. En cambio, Irlanda es el líder en alumbramientos con una tasa de 12 partos por cada millar de personas.

La escuela de negocios TBS Education – Barcelona ha investigado sobre la temática, dejando conclusiones muy significativas. La investigación revela que España se encuentra sumergida en un invierno demográfico. Los nacimientos se han visto afectados negativamente como consecuencia de la irrupción del Covid-19, la crisis económica, el fuerte alza en el coste de vida, el envejecimiento de la población y el aumento en los problemas de fertilidad, entre otros.

No obstante, a pesar de que los datos de nacimientos son cada vez más negativos, la población española ha ido aumentando, de 46.440.099 en enero de 2016, a 47.615.034 el 1 de julio de 2022, el último período del que el INE proporciona datos. Aunque, el crecimiento vegetativo del país es negativo, la población ha crecido en 1.174.935 personas.

La llegada de inmigrantes ha compensado este crecimiento vegetativo negativo que sufre España desde 2017. Desde hace unos años, la llegada de extranjeros está superando al número de nacimientos en casi todo el país. Del mismo modo, una cuarta parte de los bebés nacidos tienen madre inmigrante. El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que antes de 2037, uno de cada cuatro residentes en España habrá nacido en el extranjero. Según el Ministerio de Seguridad Social y Migraciones, más de 202.000 inmigrantes recibieron la nacionalidad española en 2021.

La longevidad hace mella en los seguros

El actual escenario demográfico, marcado por el descenso de la natalidad, el envejecimiento progresivo de la población y el consiguiente aumento de la cronicidad, supone un gran reto para el sector asegurador, especialmente en el ámbito del seguro de salud. Este contexto, tal y como indica Jaime Ortiz, director comercial y marketing de Asisa, además de impulsar al alza los costes, pone de manifiesto las debilidades del modelo de negocio asegurador.

“Con el sistema actual, la prima se calcula en función de la edad, de forma que muchas veces se expulsa, por el alto coste, a personas mayores cuando más lo necesitan y cuando sus ingresos se reducen al llegar a la jubilación. Debemos avanzar hacia otro modelo que reparta mejor los costes entre los asegurados y que fomente la colaboración público-privada”, asegura Jaime Ortiz. En este sentido, Ortiz incita a la reflexión sobre la necesidad de incrementar la duración de los contratos del seguro de salud más allá de un año, con el objetivo de trabajar la prevención a medio y largo plazo con los asegurados. La ampliación de los plazos del seguro permitiría a las aseguradoras desarrollar estrategias preventivas y de cuidado de la salud a largo plazo, aprovechando así la disposición de los asegurados a compartir algunos datos de salud a cambio de ayuda para cuidarse.

Por otro lado, las aseguradoras ya están adaptando los productos, incrementando la edad de contratación de los seguros, diseñando coberturas específicas para las personas de mayor edad o estableciendo sistemas de acompañamiento y atención personalizada a estas aseguradoras para facilitar su acceso a las prestaciones asistenciales.

El seguro reconoce la diversidad familiar

Las estructuras familiares también se han visto modificadas a raíz de los cambios demográficos de los últimos años. Según el INE, las familias monoparentales representan más del 10% de los hogares españoles, lo que significa que cerca de dos millones de familias en el territorio están compuestas por un único progenitor. Por ende, las tendencias del seguro se han inclinado hacia la flexibilidad de las condiciones particulares de cada cliente. De este modo, las aseguradoras pueden responder de una manera personalizada a sus inquietudes y necesidades. En este sentido, los nuevos modelos de familia tienen una presencia creciente en la contratación de seguros, “cada familia puede elegir el tipo de seguro que mejor se adapte a su situación particular, a su capacidad económica o a las coberturas que prevé utilizar”, argumenta Ortiz.

Por su parte, los siniestros no se han visto modificados con estas variaciones demográficas, sin embargo, la demanda sí. “El envejecimiento de la población o la mayor longevidad hace que se requieran más productos de ahorro y pensiones, para garantizar la calidad de vida después de la jubilación, y también seguros que respondan a las necesidades asociadas al envejecimiento, como, por ejemplo, los seguros de accidentes que den una cobertura que te permita continuar en tu domicilio con la atención necesaria en esas situaciones”, afirma Javier Oliveros, director comercial de Mapfre. Esta adaptación viene dada de la escucha constante que hacen las aseguradoras al cliente, así, se detecta qué necesitan y qué les preocupa.

La incertidumbre económica es otro lastre que afecta a las compañías de seguros, el clima de desconfianza y el rechazo a la hora de contratar nuevos productos se apodera de los clientes. “Ahora mismo vemos cada vez una mayor preocupación hacia el ahorro en la sociedad, tras las crisis que hemos vivido, pues la gente se ha dado cuenta de la importancia de tener una protección en estas situaciones”, confirma Oliveros. Es un momento en el que muchas personas recurren a productos que les permiten realizar un ahorro consecutivo en el tiempo. “Lo mismo ocurre con la salud, a la que se le da mucha más importancia tras la pandemia. Las personas hemos entendido que los seguros privados son un magnífico complemento del sistema público, porque les hace sentirse tranquilos”, recalca.

La inmigración como solución

La inmigración es una salvación ante el invierno demográfico que sufre España. “Como sociedad tenemos que ser capaces de aprovechar la oportunidad que la llegada de personas de otros países nos ofrece para crecer y reforzar los aspectos más débiles de nuestra economía y nuestra pirámide sociológica”, subraya Oliveros. “El seguro puede jugar un papel colaborando con el sector público, de modo que podamos seguir garantizando el principio de universalidad de nuestra atención sanitaria. Esta colaboración podría fortalecer el Estado de Bienestar y mejorar la atención y los cuidados que reciben los ciudadanos y desarrollar nuevas coberturas de manera compartida para garantizar las mejores condiciones de vida a cualquier persona”, concluye Jaime Ortiz. El seguro tiene una gran experiencia tanto en la gestión de los riesgos como en la atención, que puede ser de gran utilidad en este momento de transformación social y económica.