La casa-Intrahistoria de una mudanza

Julia ha tomado la decisión de abandonar la que ha sido su casa durante los últimos 15 años. En ella ha visto crecer a sus hijos, morir a su padre y partir a su marido.

Las últimas horas en la vivienda son un reguero de recuerdos y nostalgia, de ausencias y conflictos generacionales. Ella y el resto de su familia (un hijo adolescente, una madre senil, una hija que se marcha lejos, un marido ausente) se enfrentan al reto de una vida nueva, en otro lugar. En otra casa. Al grupo se une una pareja que busca su espacio en ese revoltijo.

La casa-Intrahistoria de una mudanza pone en el escenario del Teatro Quique San Francisco la mirada de la Generación Z respecto a la familia tradicional española. Y el concepto de la nueva, de la que ya tienen y de la que están por formar. Aunque la obra es una historia ficticia, el trasfondo del argumento es la propia experiencia vital de la autora. Alma Vidal -directora y productora de la pieza- es muy joven, aun así le acompaña un bagaje profesional potente. Actualmente, dispone de compañía propia y colabora con profesionales de las artes escénicas de la talla de Ron Lalá.

En esta obra, Vidal ha investigado sobre las nuevas estructuras familiares y de los apegos y de la imperiosa necesidad de pertenecer, de hallar el espacio en donde construir nuestro territorio vital. Se trata de una historia que combina el realismo mágico con el teatro social. La autora utiliza elementos fantásticos para crear un ambiente mágico y poético. Al mismo tiempo, aborda temas sociales.

“Desde la acción, la dinámica, el humor, la música y los nuevos lenguajes contemporáneos, abrimos un espacio para la reflexión y la educación emocional. Reivindicamos la sensibilidad, el duelo, la risa y todas aquellas cuestiones que hemos enterrado para hablar de ellas desde el Realismo Mágico, un género al que, desde nuestra generación, queremos aproximarnos de manera diferente”.

La casa no sólo es el lugar donde se desarrolla la acción. Es un concepto mucho más amplio. La casa es el refugio, el sitio donde volver, el espacio donde empezar, donde construir una nueva apuesta vital. Pero también el lugar de donde huir o simplemente de donde marcharse.

El equipo de La casa-Intrahistoria de una mudanza lo forma un conjunto muy diverso de profesionales, una tela de araña heterogénea donde anidan artistas consagrados junto a nuevos creadores, jóvenes y valientes. Juntos urden un propósito artístico común: apelar al espectador, viajar con él por todos los momentos que determinan la vida de cualquier familia de hoy, por las cuestiones que nos impulsan a revisar los diferentes ecosistemas familiares. Y las perspectivas.

La puesta escena coincide con el hilo argumental. “Se trata de acompañar el viaje que se propone desde el texto”. La estética representa el mundo intrafamiliar, revuelto, desordenado. Impera la narrativa del color, de las geometrías para enfatizar el carácter simbólico de cada escena.