Mascotas más protegidas por las nuevas leyes desde 2022

Este 2022 ha traído consigo importantes cambios legislativos en materia de la tenencia y el trato a los animales. ¿Afecta en materia de seguros esta nueva legislación?

Desde principios de año -concretamente, el 5 de enero- tanto el Código Civil como la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil fueron reformadas, con el fin de considerar legalmente a los animales como miembros de las familias y de que sean considerados como “seres vivos dotados de sensibilidad” y no como “bienes muebles”, definición que imperaba hasta ahora por increíble que parezca.

Una consideración obvia, normas aparte, pero que supone una serie de cambios legales que tienen como fin una mayor protección a los animales de compañía, procurándose una mayor responsabilidad para quienes los tienen y sanciones más graves para los que los maltratan. Por desgracia no en todos los casos, como luego veremos.

Seguro obligatorio

En cuanto a las mascotas la modificación legal supone varios cambios, más allá de su denominación. Los principales son la posibilidad de una custodia compartida del animal en casos de separaciones y divorcios regulándose los cuidados, los derechos y las obligaciones; el impedimento de que estos seres vivos puedan ser hipotecados o embargados; y la penalización de su uso para ejercer violencia interpersonal -por ejemplo, para hacer daño, manipular o presionar a una pareja, una ex pareja o un hijo-.

Otro paso importante se ha dado recientemente con la nueva ley de protección y bienestar animal, aprobada en agosto y que tiene consecuencias importantes en clave aseguradora pues a partir de ahora los españoles que tengan un perro tendrán que contratar obligatoriamente un seguro de responsabilidad civil. Su coste es reducido: entre 25 y 30 euros anuales... a excepción de quienes tengan un can de una raza potencialmente peligrosa, que deberán abonar 50. La ley también obligará a los futuros dueños de perros a la realización de un curso de formación para la tenencia de canes.

Otras medidas conllevan el endurecimiento de las penas por maltrato animal, así como la prohibición de las actividades y espectáculos que puedan provocar daño o incluso la muerte a los animales, como las peleas de gallos o el tiro al pichón (la gigantesca incoherencia es que las corridas de toros han quedado fuera de esa protección); los zoos y delfinarios se reconvertirán en centros de recuperación de especies autóctonas y se prohibirá el sacrificio de animales de compañía, excepto por motivos sanitarios o eutanasia; se regulará la correcta gestión de las colonias felinas; y se impedirá la exposición de animales en los comercios, a excepción de los peces.