El cargador USB único llega a Europa y Apple tendrá que pasar por el aro

No será hasta finales de 2024, pero tras más de una década persiguiendo la obligatoriedad de un cargador universal, el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente la ley que lo hará realidad.

Era el año 2009 cuando se comenzaba a barajar la posibilidad de erradicar el desbarajuste de cables que todavía nos invade. Desde entonces, la estandarización de los cargadores USB ha experimentado todo tipo de avatares. Allá por el 2014 el Parlamento Europeo establecía un marco regulador para la comercialización y la puesta en servicio en la Unión de equipos radioeléctricos. La normativa establecía una reducción considerable de los modelos de cargadores móviles, contando con la voluntariedad de los fabricantes. Hubo que esperar a 2020 para que comenzara a vislumbrarse la posibilidad real de un USB universal.

Aquel año raro, 582 legisladores europeos votaron a favor de imponer un cargador único. Sólo 40 manifestaron su desacuerdo y 37 se abstuvieron. Todo sucedió tras el fracaso de las medidas voluntarias y la falta de avances de la industria. Al fin, la Comisión Europea se tomó en serio lo de modificar la mencionada directiva sobre equipos radioeléctricos con el fin de reducir los costes, los residuos electrónicos y las emisiones de gases con efecto invernadero. La idea de eliminar cargadores o intercambiables y/o innecesarios fue aplaudida por una aplastante mayoría y muy celebrada por la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager.

La propuesta de armonización de Bruselas pasaba por establecer el USB-C del sistema Android como la única entrada estándar para todos los aparatos electrónicos: móviles, tabletas, cámaras digitales, cascos, consolas de videojuegos, mandos y altavoces portátiles. Algo que dejaba en punto muerto al gigante de la manzana y su exclusivo conector Lightning.

Adiós al berenjenal de cables

Finalmente, el pleno del Parlamento Europeo concluyó el pasado 4 de octubre la tramitación legislativa de la norma que permitirá terminar con la selva de cables que abarrota nuestros hogares y oficinas. Todos los dispositivos electrónicos comercializados a partir del otoño de 2024 deberán incorporar un puerto de entrada USB-C. Esto facilitará el uso de un único cargador universal. La nueva norma también incluye la armonización de la tecnología de carga rápida. En 2026, la obligación se extenderá a los ordenadores portátiles. Esta vez, los números han superado a los anteriores: 602 votos a favor, 13 en contra y 8 abstenciones.

La nueva directiva entrará en vigor pasados 20 días de su publicación en el Diario Oficial de la UE. A partir de ese momento, los veintisiete países miembros tendrán un plazo de 12 meses para trasladar la norma a su legislación interna y otros 12 para empezar a aplicarla. Los productos comercializados antes de esa fecha no estarán sujetos a esta normativa.

Beneficios para los consumidores

La adopción de la normativa europea va a generar numerosos beneficios para los consumidores. Entre ellos, la posibilidad real de usar un único cargador para todos sus dispositivos. Esta interoperabilidad, además de permitir idéntica velocidad de carga, facilitará la reutilización y un ahorro de 250 millones en compras innecesarias de cargadores.

Obviamente, tendremos la oportunidad de elegir comprar un nuevo dispositivo sin cargador. Según las estimaciones de Bruselas, tal opción reducirá los desechos electrónicos en casi un millar de toneladas por año y en unos 180 kt CO2 las emisiones de gases con efecto invernadero. Los fabricantes podrán seguir dando la opción de comprar el cargador o incluir un cable. Y es que, pese a las ventajas, los consumidores consideran útil disponer de otro cable porque es uno de los elementos que se rompe con más facilidad. Los fabricantes, no obstante, están obligados a informar sobre la compatibilidad de los cargadores de los que disponían los consumidores con anterioridad. Todos los dispositivos tendrán que incorporar etiquetas con información sobre las características de la carga.

¿Qué pasa con Apple?

En principio, todo apunta a que los de Cupertino van a tener que ceder ante las exigencias de la UE. Que ya lo de la voluntariedad es historia y que sus entradas y cargadores exclusivos tendrán que adaptarse a la nueva normativa. Claro que esto no implica que tengan que abandonar sus sistemas.

En un plazo de dos años, Apple deberá incorporar a sus móviles un USB-C para venderlos en Europa. ¿Los argumentos de los de la manzana? Que esta norma obligatoria, en vez de fomentar la innovación, va a frenarla. Sus quejas y reticencias han quedado sepultadas bajo las normas de las instituciones comunitarias. No van tener más remedio que rediseñar sus dispositivos con el coste que supondrá para la compañía. Pero, a ver, que lo sabían desde 2009 y, en vez de explorar otras opciones han tratado de sabotear la norma europea por todos los medios. De hecho, en los mentideros tech se rumorea que Apple podría llevar la legislación europea a los tribunales. Está por ver.

Si el proyecto europeo mantiene el rumbo, el futuro de los iPhone sin USB-C tiene los meses contados. Veinticuatro. El iPhone 16 sería el último comercializable en el territorio de la UE. Así que puede ser que, para evitar multas y follones, el gigante norteamericano se pliegue a las exigencias de Bruselas y adapte sus modelos a la nueva era del cargador universal.

La duda es si la UE permitirá a Apple ofrecer ambas alternativas: el Lightning y el USB-C en el mismo aparato.