‘Trade Disruption Insurance’, el seguro estrella y poco conocido en tiempos de crisis

La economía mundial se sustenta en un comercio internacional imparable, que ha derivado en altas exigencias al transporte de mercancías, lo que hace prever que las cadenas de suministro se verán expuestas a cada vez más riesgos.

Globalmente vivimos tiempos convulsos, hemos entrado en una espiral de desgraciados acontecimientos donde la característica principal es la incertidumbre. Nos resulta imposible predecir el futuro a corto y medio plazo, no sabemos cuál será el siguiente evento crítico ni cuándo ocurrirá, nuestro modelo no logra anticipar los ciclos económicos.

Aunque los problemas vienen de lejos, la pandemia supuso un antes y un después. Las restricciones a la movilidad y el confinamiento impidieron el correcto tránsito de las mercancías a nivel mundial, causando fuertes disrupciones en las cadenas de suministro.

En todo el mundo, aunque especialmente en China, la secuencia se repetía; un buque llega a puerto y descarga las mercancías, estas se quedan almacenadas en puerto debido a las restricciones a la movilidad, causando congestión en los puertos, lo que impide descargar a los nuevos buques que arriban a destino, obligándoles a fondear a la espera de turno. Los contenedores vacíos tampoco logran retornar a origen vacíos, resultando virtualmente en escasez de contenedores y buques. El transporte mundial de mercancías queda gravemente alterado, ocasionando retrasos y una repentina subida en los precios de los fletes que llegan a multiplicarse por 10, situación que a día de hoy no se ha revertido, y se duda de que se vuelva a los bajos precios de los fletes prepandemia.

La guerra de Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia han supuesto otra vuelta de tuerca al problema, a lo que hay que añadir el aumento de los precios de la energía en Europa, cuyo modelo energético está siendo cuestionado, y no nos olvidemos de los problemas derivados del cambio climático con eventos de la naturaleza cada vez más extremos.

Ante esta sucesión de amenazas para las empresas, la pregunta que cabe hacerse es cuál es la mejor forma de proteger sus inversiones, sus ingresos, incluso su viabilidad.

Las grandes empresas disponen de impresionantes planes de evaluación de riesgos y continuidad de negocio, sin embargo, es igual de importante una correcta transferencia de los riesgos a la industria aseguradora, y es aquí donde hay productos menos conocidos que en estos tiempos adquieren especial importancia como el seguro de Trade Disruption Insurance (TDI).

El seguro TDI se suscribe por primera vez en los mercados de Londres en los años 90, buscando proteger a las empresas de contratiempos financieros ajenos a su control. La característica clave de este seguro es que no necesita que haya un daño material físico para activarse como es el caso de los seguros clásicos de BI (Business interruption), ALOP & DSU (Advance loss of profits & delay in start-up) o CBI (Contingent business interruption).

TDI es un seguro de riesgos nominados, es decir, solo se cubren los riesgos definidos en póliza, siendo los más habituales: riesgo político (embargo, confiscación, nacionalización, pérdida de licencia, expropiación, cierre de fronteras), riesgo físico (eventos de la naturaleza, daño físico), violencia política (huelga, conmoción social, guerra, terrorismo), riegos del transporte (bloqueo de puertos, aeropuertos, vías fluviales, carreteras, ferrocarriles, daño al buque) y pandemias, en cualquier caso este listado se puede negociar con la aseguradora, ya que este tipo de pólizas se personalizan para cada asegurado y actividad comercial.

Los límites de indemnización habituales oscilan entre los 20 y 60 millones de euros y se suscriben por un periodo máximo de 5 años. En caso de activarse la cobertura, se puede indemnizar por los siguientes conceptos (o cualquier otro que se acuerde): pérdida de beneficio, pérdida de ingresos, gastos y sobrecostes incurridos, incumplimientos de contrato y penalizaciones (liquidated damages) y multas contractuales. También se puede adaptar el seguro para cubrir riesgos distintos a la cadena de suministro como son la industria manufacturera, hoteles, construcción, bancos, traders, oil and gas, servicios, etc.

Existen numerosos ejemplos de riesgos no cubiertos actualmente por los gerentes de Riesgos de muchas empresas por el mero desconocimiento de este producto y su dificultad de acceso a él, ya que se comercializa por mercados europeos principalmente. Puede ser el caso de una fábrica de coches en Europa, dependiente de piezas y chips fabricados en China, que tiene que interrumpir su producción debido al retraso y/o no disponibilidad de stock, otro ejemplo, una empresa en Alemania, dependiente del gas de Rusia (energía, siderurgia, etc.), que se ve obligada a interrumpir su producción debido al corte de suministro de Rusia.

Los beneficios para el asegurado van desde la reducción de inventarios, protección de la cuenta de resultados, rápida recuperación tras un evento, hasta la retención y atracción de clientes, proporcionando acuerdos comerciales robustos.