Cómo empezar a decir ‘no’ sin fustigarse

Aún recordaba su comentario: “Pues qué quieres que te diga, a mí DECIR NO es de las cosas que más me cuesta. Haga lo que haga, siempre me quedo mal: Si digo sí, y lo que en realidad quería decir es no, siento que no me estoy cuidando ni queriendo, que me traiciono a mí.

Otras veces, cuando me lleno de valentía y digo “no”... y me queda incluso bien cómo se lo he dicho... pues oye, qué mal me voy a casa... qué pena me da, qué runrún tengo todo el rato. Y por si esto fuera poco, ya cuando me escribe algún mensaje, ahí me ves, leyendo todo con más detalle, como para intentar adivinar si se ha enfadado conmigo... parece de niños, pero así me siento, por eso digo: pues para esto, casi que prefiero decir sí y ya está... menos líos.

Y yo te respondo: “Sí... quizá menos líos sería algo más satisfactorio... al menos a corto plazo. Porque a largo plazo ya no hay tanta satisfacción, y más bien esas consecuencias deben ser subrayadas para evitar daños mayores.

¿Cómo me atrevo a decir esto? Verás, en mi trayectoria laboral de 20 años como formadora en competencias emocionales y coach senior he visitado numerosos centros por toda España, conversando con equipos y sus mandos (directivos e intermedios), además de empleados llenos de ilusión o desmotivación. Y cuando presento este tema de aprender a decir “no” la respuesta es casi idéntica: “Cómo me cuesta”.

¿Qué te parece si empiezas a darte prioridad?

Si lo deseas puedes conseguirlo como muchas otras personas hicieron. Si tú no sabes, busca a quien sí y te acompañe. Siente que va a poder darte impulso para encontrar esos “cómo lo hago entonces” y diseña tu plan de acción sin olvidar tres hitos.

El primero, comunica a las personas a quienes afectará el cambio que en esta nueva etapa te vas a cuidar mejor en algunos aspectos y por eso tendrás que decir no más de una vez y quizá alguna coincida con la respuesta que les dabas otras veces a sus peticiones, así estarás informando a los demás de tu cambio y puede que éste sea más ecológico.

Después, piensa y calibra cómo comunicar lo que necesitas: a nivel verbal (palabras a utilizar), no verbal (gestos faciales y posturas corporales) y para-verbal (el tono que me ayudará a transmitir lo que necesito y alejarme de aquello que no deseo ya).

Y, en tercer lugar, permanece perseverante y no decaigas en el primer intento, sabes que no hay fórmulas mágicas inmediatas. Sé realista y camina hasta alcanzar la meta deseada.

Recuerda: Decir “No” amplía nuestro crecimiento personal, se puede hacer y sin fustigarse.