Tres ingredientes imprescindibles para ganar confianza

¿Qué obstáculos nos impiden confiar? Sería bueno tomar consciencia de ellos, porque solo con saberlo y erradicarlos, puede que ya solo con eso, se gane más confianza.

El lenguaje: cómo hablamos, de qué forma somos precisos o imprecisos, a la larga genera mayor o menor confianza, y no solo en los demás que me están escuchando o leyendo, también en mí mismo. Cuando muestro posibilidad en lugar de decir claramente que sí, se puede interpretar como duda. Sabemos que no todo depende de nosotros, que los tiempos son cambiantes, pero dentro de estos márgenes es fundamental trabajar el lenguaje positivo y de afirmación, ya que esto también ayuda a nuestro cerebro a empezar a funcionar con dirección.

El cerebro se convierte en nuestro aliado cuando tiene un objetivo, una dirección y unos plazos establecidos (deadline), es más eficiente. La confusión, la imprecisión, la duda saboteadora por sistema..., agotan nuestro mayor bien, esa concentración que es necesaria para seguir adelante y sentirnos motivados.

Si piensas en cuántas ocasiones no alcanzaste lo que deseabas, no por no contar con capacidades, sino por no contar con claridad, precisión o un tiempo en la agenda, ¿cuántas veces más va a pasar? Quizá tomar consciencia con este artículo te haga darte cuenta de ello y ponerte en marcha para impedir que ocurra más veces.

Saber priorizar

Son tantas las urgencias y las ganas de hacerlo todo, hasta contestar a todos los mensajes en día y hora, que en ocasiones se pierde el foco y desatendemos lo importante de ese día. Y luego viene a visitarnos la queja.

A mí me ayuda mucho el ejercicio de las tres piedras, que aprendí y ya no dejo de recomendar en todos los cursos: “Cada mañana hay tres piedras, tres asuntos importantes u urgentes a no postergar, a realizar, a gestionar”. Muchos dirán que hay más de tres... sí, mis listas son increíbles..., pero al final, algunas cosas pueden esperar más que otras, y algunas urgencias pasan a ser una piedra importante con la que en principio no había contado.... Pero ya mi cerebro sabe qué vital es adaptarse.

Saber pedir apoyo

Es vital contar con una red real de compañeros, amigos y familiares que ofrezcan apoyo real. Personas que no figuran, sino que realmente están. Esto genera bienestar y a nivel corporal impide que aumente el cortisol, la hormona encargada de afrontar situaciones de estrés. Por eso, solicitar ayuda es lícito. Los demás tienen también dos opciones legítimas: aceptar o rechazar. Como vemos, de nuevo, hay opciones, y toda esta gama de posibilidades, a fin de cuentas, hemos comprobado que aumenta la confianza, tanto en la persona, como en las personas que nos rodean.