Seguro dental: ¿merece la pena contratarlo?

La asistencia bucodental que ofrece el sistema público de salud suele ser insuficiente para cubrir las necesidades de la población. La solución puede ser contratar un seguro dental.

Al margen de la estética y una bonita sonrisa (que también), la salud bucodental es esencial para prevenir afecciones que pueden derivar incluso en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares graves. En España, los servicios bucodentales que ofrece la sanidad pública se limitan a prestaciones asistenciales, preventivas, diagnósticas y terapéuticas cuando se trata de procesos infecciosos y/o inflamatorios y traumatismos. Incluye consejo bucodental, tratamiento farmacológico de la patología que lo requiera, exodoncias, exodoncias quirúrgicas, cirugía menor, detección precoz de lesiones premalignas y biopsia de lesiones mucosas. Quedan excluidos tratamientos tan comunes como la ortodoncia o los implantes.

En estos supuestos (y otros como revisiones periódicas, es preciso acudir a clínicas privadas que, normalmente, tienen un alto coste. Por ello, es muy recomendable contratar un seguro dental complementario que cubra consultas, tratamientos preventivos, limpieza anual, radiografías y cirugías sencillas. Casi todas las aseguradoras ofrecen estas coberturas de manera gratuita, además de protección financiada de tratamientos complejos: periodoncia, implantología e intervenciones quirúrgicas.

Ventajas

Algunas compañías aseguradoras disponen de su propia red de clínicas dentales; otras trabajan con odontólogos especializados asociados. En función de la entidad, los servicios odontológicos de pago se adaptan a la modalidad de franquicia o importantes descuentos respecto a las tarifas oficiales. Otra de las ventajas de contratar una póliza dental es la inexistencia de listas de espera. Gracias a la amplitud de los cuadros médicos de libre elección, resulta sencillo acceder a la atención especializada en el momento preciso, sin necesidad de derivaciones y gestiones burocráticas engorrosas.

Los seguros dentales no tienen periodos de carencia (el tiempo que transcurre entre que el paciente contrata su póliza y puede comenzar a utilizar los servicios que incluye).

Antes de contratar un seguro de este tipo es importante analizar una serie de factores: cuántas veces al año se acude al dentista, la necesidad de determinados tratamientos, si se trata de una familia con hijos en edad de crecimiento o qué molestias o problemas se sufren habitualmente.

Qué coberturas debe ofrecer un buen seguro dental

Servicios de odontología general y preventiva (revisiones, pruebas diagnósticas), radiología, estomatología, periodoncia, cirugía maxilofacial y tarifas reducidas en ortodoncia e implantología. Es interesante la posibilidad de acceder a nuevas tecnologías (TAC dental) o asistencia telefónica en cualquier momento. Además, deben ofrecer garantía en los materiales utilizados, incluso en los implantes. Y servicio de urgencias 24 horas.