El Covid-19 fortalece los seguros privados y la telemedicina

Las pólizas para acceder a la sanidad privada y la digitalización médica se consolidan frente a la incertidumbre sanitaria

La pandemia y el consecuente colapso sanitario que sufrió la atención hospitalaria y primaria ha desembocado en un aumento de la contratación de los seguros privados de salud. Según el informe llevado a cabo por Icea El Seguro de Salud a diciembre de 2021, desde finales de 2019 el número de asegurados aumentó un 8%. La tendencia se agudizó aún más el pasado verano, ya que entonces la contratación de seguros de salud privados creció un 5% en España. Del mismo modo, la forma de consumir servicios médicos también ha variado. Antes de la pandemia solo algunas aseguradoras comenzaron a comercializar seguros médicos digitales, pero entre 2020 y 2021 la telemedicina se ha normalizado en el sector asegurador.

Los clientes cada vez son más exigentes a la hora de elegir un seguro de salud. Además, la economía actual hace que las aseguradoras tengan que ajustar sus pólizas a los intereses del usuario para ofrecer productos que se adapten a sus necesidades. Actualmente, al contratar un seguro de salud se puede elegir no solo las coberturas, sino también si se quiere una póliza común o una con reembolso. Otra de las elecciones a tener en cuenta al escoger una póliza de salud es si se quiere con o sin copago. Una de las principales dudas entre los clientes es conocer las diferencias entre un seguro de salud con copago y uno sin copago.

Tal y como indica Mapfre, el copago en los seguros de salud es una pequeña cantidad que el cliente debe pagar cuando acude a un especialista o centro concertado por su póliza médica. El concepto tiene que ver con la participación de los pacientes en el coste por la utilización de los servicios sanitarios que realicen. Esta cantidad es independiente de la prima anual que paga por su seguro. No obstante, elegir que sea con copago o sin él sí repercute en la tarifa, puesto que el cliente que decide tener copagos se va a beneficiar de una serie de prestaciones.

Por un lado, como alega Miguel Azpeitia, director de salud de Caser, el copago “puede convertirse en una alternativa óptima para aquellos usuarios que quieran contar con la protección que ofrece un seguro, pero sin previsión de que vayan a necesitar hacer uso habitual de los servicios y ventajas, salvo en situaciones puntuales, lo que repercute en ese ahorro en el precio de la prima. Además, el usuario de esta modalidad puede acceder al mismo cuadro médico que sin el copago y pagará solo el coste proporcional en pruebas diagnósticas y generalmente muy poco en el caso de hospitalización”.

De este modo, escoger el nivel de copago implica que el cliente va a abonar por cada acto médico realizado. “Según el tipo de copago que escojamos va a tener una influencia directa en la prima y en como participamos en el gasto. Hay copagos lineales, es decir, es la misma cantidad la que se abona, por ejemplo 10 euros por acto médico con independencia del acto, o hay copagos diferentes según el acto médico que se realiza, por ejemplo, una cantidad diferente para las urgencias o para las pruebas diagnósticas”, explica Belén González, directora de Salud de Aegon.

En cuanto a las desventajas que presenta el copago, “la principal es la percepción que puede tener el asegurado de un mayor coste y no conocer de antemano el precio total de su póliza al tener que abonar una pequeña cantidad cuando se producen determinadas prestaciones. En todo caso, para limitar esta percepción, en algunos productos las compañías limitamos la cantidad máxima anual que el asegurado paga en concepto de copagos”, argumenta Jaime Ortiz, director comercial y marketing de Asisa.

Por su parte, el seguro de salud privado sin copago también presenta una serie de beneficios. Por un lado, el cliente puede acudir al servicio médico sin temor a pagar más por su asistencia, cubre cualquier imprevisto de salud y se puede acudir a los especialistas que el seguro médico pone a disposición de la póliza. Además, es la mejor opción para niños o personas mayores que necesiten acudir con frecuencia al médico.

El auge de la telemedicina

Ya es una realidad que la pandemia ha cambiado los hábitos de consumo, esta transformación también se ha reflejado en la medicina online en España. Según el último estudio publicado por Mapfre, titulado Radiografía Savia de la Salud Digital, destaca que el 71% de los encuestados ya gestiona consultas médicas o informes sobre salud de forma online. Además, de cara al futuro, casi el 80% de usuarios cree que utilizará algún servicio de salud digital en los próximos meses.

“La telemedicina se define como el desarrollo de los servicios médicos de atención a un paciente, mediante la utilización de sistemas tecnológicos, permitiendo así que estos se puedan desarrollar sin la necesidad de existir un contacto presencial médico-paciente”, afirma Miguel Azpeitia, director de salud de Caser. “Entre las aplicaciones que incluye está la atención en el extranjero, coordinación asistencial y teleasistencia, que permite el seguimiento de enfermedades crónicas, a convalecientes o personas mayores, para que paciente y médicos puedan estar en contacto directo, sin necesidad de que el paciente se desplace”. También se debe destacar la videoconsulta y la telerradiología.

“La telemedicina permite mejorar la atención sanitaria que reciben personas con enfermedades crónicas, con discapacidad o dependencia y facilita el acceso a más profesionales en las zonas donde la oferta asistencial es más limitada. Además, ayuda a descongestionar las infraestructuras sanitarias y reducir los tiempos de espera” comenta Jaime Ortiz, director comercial y marketing de Asisa. “La telemedicina, en un momento actual de colapso de la sanidad pública y privada, en el acceso a las especialidades más demandadas puede ayudar mucho”, comenta Belén González, directora de salud de Aegon. “Evita acudir de forma presencial a consultas más simples que se puedan solucionar de forma digital, dejando la presencialidad para aquellos casos, en los que realmente es necesario”.

Aunque la telemedicina presenta multitud de beneficios, el usuario sigue demandando una serie de necesidades. “Fundamentalmente, rapidez, seguridad y fiabilidad de servicio que le atiende. Y esto, muchas de las soluciones que se han lanzado durante el Covid-19 dejan mucho que desear. No es lo mismo una asesoría informativa que una verdadera consulta, con un profesional identificado y que deje constancia de lo actuado en una historia clínica”, objeta Julio Lorca, director de desarrollo de salud digital de DKV.

No obstante, las aseguradoras siguen elaborando mejoras para adaptar la telemedicina a las necesidades de los pacientes con menos habilidades tecnológicas. A pesar de ser un elemento fundamental para la asistencia pública y privada, todos los expertos coinciden en lo mismo. La telemedicina no puede sustituir la presencialidad, ahora bien, es un servicio complementario. Hay ocasiones que se necesita la exploración presencial o una valoración del caso de forma presencial y eso no puede cambiar. Lo mismo ocurre con las intervenciones quirúrgicas. Esto no impide que en algunos casos concretos el seguimiento se pueda realizar de modo 100% digital, facilitando la vida de asegurados y médicos.

Otro factor que preocupa a los asegurados es salvaguardar sus datos privados. Esto se puede llevar a cabo incorporando altos niveles de seguridad “como encriptación, rigurosos sistemas de acceso y mediante tecnologías de desarrollo propio, que huyen de sistemas commodity de mercado, huyendo de sistemas de mensajería populares o aplicaciones de videoconferencia de uso generalista”, indica el director de desarrollo de salud digital de DKV.

Resumiendo, a la hora de contratar un seguro, hay que tener en cuenta algunos factores para acertar con la elección y hacer un uso responsable. Lo primero de todo, es fundamental prestar atención a los períodos de carencia, ya que las coberturas contratadas están activas desde el momento de su formalización. Por otro lado, hay que analizar la cobertura de la póliza y los supuestos que cubre, y realizar una investigación de pros y contras sobre la misma.