
Desafíos y oportunidades para el seguro en un entorno marcado por la incertidumbre
Dicen que de cada crisis surge una oportunidad. Y de crisis, y oportunidades, parece que el siglo XXI ha venido cargado. Cuando parecía que las aguas económicas retomaban su cauce tras el parón total impuesto por la pandemia en 2020 arranca una guerra con la invasión rusa de Ucrania y se abre, de nuevo, un periodo de incertidumbre e incierto recorrido. En este contexto de alza de precios de la energía, caída de los mercados financieros y replanteamiento de las políticas monetarias y fiscales, el sector asegurador mantiene su apuesta por la integración de la tecnología y el desarrollo de la colaboración con el llamado ecosistema insurtech.
Este ‘palabro’ no es más que la unión, en inglés, de seguro y tecnología, y lo protagonizan empresas de reciente creación que aúnan lo mejor de ambos mundos, la protección del seguro con la aplicación de las tecnologías más avanzadas, aunque de nuevas ya tengan poco, porque son de sobra conocidas por todos -al menos de oídas- como la inteligencia artificial, el big data, el Blockchain, etc.
Uno de sus principales retos es llegar al cliente final. Aunque este es un desafío que prácticamente comparte todo el sector asegurador, a pesar de que las compañías mal llamadas tradicionales ya tienen contacto con sus asegurados, pero este debería mejorar. O cambiar. O las dos cosas.
En plena vorágine insurtech, en 2021 se superaron los 7.000 millones de euros en empresas del ecosistema insurtech. Hay quien opina, dentro del sector, que estamos ante una nueva burbuja que acabará estallando; pero nadie puede negar el empuje de una nueva generación de profesionales del seguro que se han propuesto cambiar desde los cimientos la forma de desarrollar y comercializar seguros para adaptarse a las exigencias de una sociedad ávida de protección, pero con pocas ganas de que les vendan la moto.
Lo que no debemos es menospreciar el empuje de estas startups que apuestan por la tecnología, ya que la mayor parte de ellas está liderada por profesionales del sector asegurador con bastantes años de experiencia a sus espaldas. No son recién llegados a un sector que, por su especialización y su exhaustiva regulación, precisa de un modelo de negocio sólido y voluntad de desarrollo a largo plazo. Aunque alguna sí lo sea, la mayor parte de las insurtech no son flor de un día, y si cumplen sus propósitos, hará del seguro un sector más ágil, transparente y más atractivo para captar talento y nuevos profesionales. Del desarrollo del ecosistema insurtech en España trata, precisamente, nuestro reportaje de portada del número de marzo de elEconomista Seguros, en el que. además, repasamos el impacto que la invasión rusa de Ucrania tiene en los mercados energético, financiero y asegurador y repasamos el papel del sector ante el riesgo de guerra.