La dependencia exige una mayor colaboración público-privada

Se calcula que en el año 2030 más de medio millón de españoles mayores de 65 años sufrirán dependencia severa. El coste medio de los cuidados de este tipo de pacientes ronda los 20.000 euros anuales, una cantidad muy difícil de sufragar solo con la pensión pública de jubilación.

La mayoría de los expertos están de acuerdo, la dependencia será una de las grandes contingencias del siglo XXI en España. El aumento de la longevidad hace que la probabilidad de que una persona termine los últimos años de su vida sufriendo algún grado de dependencia aumente, con el coste socioeconómico que ello implica. Pero ¿qué es la dependencia? El Instituto Santalucía, en uno de sus estudios, la define como la imposibilidad de realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), entre las que se encuentran el autocuidado personal, las actividades domésticas básicas (como alimentarse) y la movilidad esencial, entre otras.

En España, a cierre de 2021 se contabilizaban 1.415.578 personas dependientes. De esta cifra, más de un millón de personas no reciben ninguna prestación a pesar de tener derecho a ella. Este retraso en el cobro de las prestaciones se ha agravado con la pandemia, y cerca de 55.500 personas han fallecido en España en las listas de espera de la dependencia, durante el primer año de Covid-19, según afirma el XXI Dictamen del Observatorio de la Dependencia, elaborado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales.

Un problema presente y futuro

La Ley de Dependencia establece tres grados de severidad de la dependencia. El Grado III es el más severo. El afectado requiere de la asistencia permanente de una tercera persona para realizar todas las actividades básicas de la vida diaria. Según un estudio del Instituto Santalucía, los factores que afectan a la probabilidad de sufrir una dependencia de Grado III son la edad, el sexo, la Comunidad Autónoma de residencia y el nivel de estudios.

Por ejemplo, una persona de 55 años tiene una probabilidad del 1% de sufrir dependencia, porcentaje que a los 90 años se dispara al 14%. En el caso de las de 80 años, el riesgo es del 6% si se trata de una mujer y del 3,9% si fuese un hombre. Esta brecha de género es creciente con la edad, lo que implica que el colectivo más vulnerable son las mujeres de avanzada edad, explican en el documento. También existen importantes diferencias entre Comunidades Autónomas: una persona de 90 años tiene una probabilidad de sufrir dependencia del 25,3% si reside en la Región de Murcia; y del 8,9% si se trata de un habitante de la Comunidad de Madrid. Además, el nivel educativo también influye, ya que el riesgo de dependencia disminuye a medida que aumenta el nivel educativo completado.

De acuerdo con las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE) el estudio del Instituto Santalucía prevé que en 2030 haya más de medio millón de personas dependientes de Grado III mayores de 65 años en España, 130.000 personas más que las registradas en 2018. Las mujeres serán el colectivo más afectado, con un 70% de todos los dependientes de Grado III; y las Islas Canarias, Baleares y la Comunidad de Madrid, en las que más crecerá el número de dependientes de máximo grado.

Un coste inasumible para muchas familias

El estudio calcula que el coste económico de una dependencia de Grado III alcanza una media de 20.000 euros anuales. “Este coste representa 1,6 veces el importe medio de la pensión pública por jubilación entre los 80 y 84 años, aumentando hasta 1,8 veces para la población mayor de 85 años”. El déficit de financiación de los cuidados de larga duración afecta de lleno a las mujeres, por la brecha de las pensiones públicas, especialmente las mayores de 85 años. Y aquí es donde se hace necesaria fomentar la colaboración público-privada y el complemento de la prestación de dependencia a través del ahorro o de los seguros de dependencia.

El seguro de dependencia

A pesar de llevar ya muchos años en el mercado, el seguro de dependencia no termina de calar entre los ciudadanos. Al cierre del primer trimestre del ejercicio, el seguro de dependencia contaba con 132.185 asegurados, con un crecimiento del 71,36% interanual. A pesar de estos datos de crecimiento tan elevados, este tipo de pólizas gestionan apenas 33 millones de euros, un 7,46% menos que al cierre de marzo de 2021.

Según explica Estamos Seguros este tipo de pólizas cubren la gran dependencia y la dependencia severa, y la mayoría incluye otras garantías complementarias, como teleasistencia, ayuda a domicilio y orientación y asesoramiento telefónico. La prestación consiste en una renta vitalicia mensual. La mayoría de las pólizas puede contratarse desde los 18 hasta los 65/70 años, aunque en algunos se permite la contratación hasta los 75 años. Además, este tipo de seguros goza de incentivos fiscales, parte de las cantidades aportadas se pueden reducir en el IRPF.