
‘Bye-Bye’ oficina
Como jefe me encantaría que todos regresáramos a la oficina con normalidad.
Me comentan que prefieren teletrabajar: se organizan mejor, evitan traslados (gastos tiempo y gasolina) y además nos han demostrado que los rendimientos no bajan, etc. Por primera vez he sentido que las cosas tras la pandemia han cambiado. No son lo mismo y esas ganas que yo tenía de volver, de encontrarme con ellos, de bajar a conversar con un café, no son correspondidas. Me ha dolido un poco, la verdad. Hay que tomarse las cosas profesionalmente, pero llegan estos comentarios y ¿por qué será que me afectan personalmente?
Es como sentir rechazo a mi persona, a la de todos los compañeros que están deseando volver a verse. Me siento bastante frustrado y no sé si voy a poder dirigir bien esta situación para que el barco llegue a buen puerto. Cansado ya de tirar de algo que daba por hecho, pero que por lo visto, no estaba tan resuelto. Hoy me senté a escucharlo.
Me doy cuenta de que hay que tomar decisiones y justo desde el enfado no las quiero tomar. Dejaré este texto escrito ahora para revisarlo mañana, que con el alba se ven mejor las cosas.
Sí, sin duda al releerlo con el café me doy cuenta de que me he enfadado porque he sentido una pérdida de poder. Ya nos dijeron en el curso de Inteligencia Emocional que es una de las fuentes de enfado. Yo habitualmente solo sentía enfado por las injusticias, pero esto no me había pasado tanto..., así que, ¡a aprender toca!
Como mi coach me diría, la pregunta me ayudará... Así que, ahora me haré algunas: ¿qué información trae tu enfado para ti? ¿Qué crees que quiere decirte este enfado? ¿Qué crees que los demás miembros de tu equipo sienten? ¿Qué te gustaría conseguir? ¿Qué puedes hacer tú para cambiar esta situación? ¿Qué cambio necesitas pedir a los demás?
Preciso un rato conmigo (como casi siempre que me enfado) para que como el agua agitada, me vaya calmando y teniendo más visión. A veces un líder no sabe mirar dentro y salpica al resto de personas con dudas y malas formas solo porque no llega la calma y la firmeza.
Desde mi proceso de coaching aprendí a mirar a los demás, lo que necesitan los demás y que también podamos negociar cómo hacer que el objetivo de la empresa y el suyo puedan convivir lo más cercanos posible. Conseguir todos lo que deseamos, aunque a veces tengamos que decir adiós a lo que creíamos que con firmeza nos iba a unir, descubriendo que más abajo puede haber un hilo de compromiso que no habíamos valorado todos suficientemente.