¿En qué puede ayudarle contratar un seguro de defensa jurídica?

No es uno de los productos más suscritos por los particulares, pero es muy útil para resolver múltiples situaciones legales. Estos seguros ofrecen cobertura económica y una útil labor tanto de asesoría como de gestión.

En el imaginario colectivo, los seguros de defensa jurídica se antojan de crucial importancia para operar en el mundo empresarial; el de las altas instancias, los órganos de gobierno y las diferentes organizaciones, instituciones o entidades. En resumen, para poner orden y justicia en las relaciones y operaciones que se realizan entre colectivos, generalmente vinculados al mundo político o empresarial.

Sin embargo, este tipo de productos pueden ser de gran utilidad para los particulares, incluso aunque no trabajen de manera autónoma, ofreciendo una serie de coberturas de valor y aplicación en un amplio número de supuestos. Porque nadie está exento de verse en un momento dado en un litigio con otro particular, una empresa o incluso con la administración pública, y más en este complicado momento de transición en el que todo está en el aire y sujeto a discusión y cambio hacia no se sabe muy bien dónde. Una época en la que resulta importante defender unos derechos individuales que por desgracia están siendo discutidos constantemente.

Siendo una opción personal, lo cierto es que nunca está de más valorar la contratación de un seguro de defensa jurídica, que no sólo cubre la labor de asesoría sino que también se encarga de proporcionar asistencia en cualquier tipo de proceso legal en el que nos veamos inmersos: un problema con un vecino, una reclamación a la administración pública, una demanda a una empresa, una incidencia sucedida en una compraventa online, una denuncia recibida o realizada o la resolución de un testamento.

Este tipo de pólizas defienden el interés del asegurado, en definitiva, ante problemas que pongan en peligro sus bienes o sus derechos, haciéndose cargo de los gastos derivados de cualquier procedimiento judicial, administrativo o reclamación. Por medio de esta clase de productos las compañías aseguradoras facilitan a sus clientes el servicio de expertos que asesoren, reclamen en su nombre, busquen una solución satisfactoria y traten de compensar el daño que se ha generado o causado.

Generalmente, las coberturas que se ofrecen en estos seguros son las siguientes: asistencia jurídica, tanto en remoto (telefónica, online) como de manera presencial; análisis y revisión de escritos y contratos, asesorando o realizando su interpretación o cumplimentación; envío de formularios de reclamación ante cualquier compañía, incluidas las entidades bancarias, o institución política; defensa penal, civil y de los derechos del consumidor; y resolución de conflictos laborales, entre otras.