Tornaviaje: el viaje de ida y vuelta del arte virreinal

Durante todo enero y hasta el 13 de febrero, el Museo del Prado exhibe en las salas A y B del edificio Jerónimos una muestra dedicada al arte virreinal.

Tornaviaje. Arte iberoamericano en España propone un interesante recorrido por la cultura americana que llegó a nuestro país durante toda la Edad Moderna y recupera la historia artística de un periodo hasta ahora ignorado. Comisariada por Rafael López Guzmán, la exposición incluye más de un centenar de obras americanas conservadas desde hace siglos en instituciones culturales y religiosas españolas. Algunas pertenecieron a la antigua colección real y se exhibían en los palacios junto a piezas de Rubens o Velázquez. Una realidad que el Museo del Prado ha pasado por alto y que trata de paliar desvelando la belleza, el simbolismo y el enorme valor e interés de estas piezas creadas por artistas de México, Perú, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Colombia y Cuba.

El viaje de regreso (tornaviaje) que da título a la muestra alude al contexto histórico de producción de estas obras, a las razones de la llegada de las mismas y a los propietarios que a veces regresaban con ellas. Todo el intercambio cultural entre ambas orillas del Atlántico durante los siglos XVI, XVII y XVIII no fue unidireccional como suele señalarse, sino un viaje de ida y vuelta que supuso un enriquecimiento mutuo.

La exposición no elude los episodios más dramáticos de la conquista que dio lugar a un nuevo modelo cultural híbrido, ni los esfuerzos de la Iglesia por evangelizar e imponer dogmas entre las comunidades autóctonas. El objetivo es analizar tanto los valores ideológicos y sociales plasmados en las obras como la propia materialidad, simbolismo y cualidades artísticas.

El recorrido se estructura en cuatro secciones. Geografía, conquista y sociedad aborda el relato desde el punto de vista social, de los espacios de convivencia -plazas públicas, mercados, iglesias- y los estatus de los protagonistas. Imágenes y cultos de ida y vuelta incide en las piezas -especialmente imágenes religiosas dedicadas a la Virgen y objetos de devoción como cruceros- que viajaron desde América a las comunidades religiosas y casas de abolengo peninsulares. “Pinturas finas” se denominaban en los inventarios de los grandes barcos que las transportaban.

Las travesías del arte narra los periplos de los indianos enriquecidos que regresaban a la península desde la Nueva España, a bordo del Manila y otros galeones. En sus bodegas transportaban valiosísimos objetos de ajuar -platería de Potosí, biombos, muebles lacados, enconchados, joyas, textiles- que dan buena cuenta tanto de su origen mestizo como de su posición social. La Impronta indiana explora la materialidad, las técnicas novedosas que destacan la pervivencia del pasado prehispánico, su adaptación, las particularidades artísticas que revelan su origen americano y ofrecen interesantes explicaciones sobre el mestizaje cultural, racial y social.