¿Qué deberes legales tienen los dueños de mascotas?

La mayoría de las personas que tienen animales de compañía defienden que merece la pena por muchos motivos: desarrollar la empatía con otros seres vivos, hacer más vida al aire libre, combatir la soledad o todo a la vez. Pero esta decisión debe tomarse con responsabilidad y respeto.

Más allá de las obligaciones legales, que se encuentran recogidas en la nueva ley de bienestar animal, y de las diferentes leyes autonómicas y municipales que se apliquen en cada lugar, no está de más regirse por un cierto código ético que garantice tanto la salud de la mascota como la correcta convivencia con nuestro entorno. El cuidado de la salud del animal debe ser prioritario, llevándole al veterinario periódicamente y cumpliendo con las necesidades de vacunación, desparasitación, limpieza, etcétera. Más allá de procurar que viva en las mejores condiciones posibles, disponiendo de la alimentación, el cuidado, la atención y el espacio suficiente para tener una correcta calidad de vida.

Ni qué decir tiene que convivir con un animal no debe ser un capricho, sino una decisión a medio/largo plazo consciente de sus pros y sus contras, que luego vienen los abandonos. Y en caso de que no podamos o queramos hacernos cargo del animal al menos deberemos tener la responsabilidad de ponernos en contacto con alguna sociedad protectora que cuide de él y trate de procurarle un nuevo hogar.

La identificación del animal es también importante, de cara a que en caso de que se extravíe pueda localizarse a su dueño con facilidad. En la mayoría de comunidades autónomas, de hecho, es obligatoria la implantación de un microchip que pueda dar acceso a los datos no sólo de la mascota, sino de su propietario. También es relevante su inscripción en el registro censal de animales domésticos, informando al ayuntamiento correspondiente en caso de que exista un cambio motivado bien por el fallecimiento de la mascota o por un desplazamiento de la familia a otro lugar.

Para los animales potencialmente peligrosos -arañas, tarántulas, serpientes, ciertas razas de perros- es recomendable la contratación de un seguro de responsabilidad civil, que ampare los perjuicios que pudiera causar. Y, más allá de eso, vigilar y cuidar de que no ponga en peligro a nadie de su entorno. También hay que tener en cuenta el desequilibrio ecológico que puede causar la tenencia de una especie exótica, puesto que se encuentra fuera de su hábitat natural.

El respeto de los espacios públicos también es importante, cuidando de que nuestros animales no molesten al resto y, por supuesto, recogiendo los excrementos con el fin de no dejar el parque como un campo de minas, tanto por higiene como por respeto al resto. Hay que pensar siempre en los demás.