El miedo se coló en mi portátil esta mañana
Encender el portátil y que se cuele el miedo, algo tan fácil como abrir la ventana y que el aire entre, eso sí, qué distinto sienta
Cómo atenaza cuando lees lo que otros escriben, muchos con prisa, otros sin tacto o con la exigencia de que era para ayer. Todo esto desde primera hora, cómo no va a atenazar el estómago. Normal. Justo ahí está el centro de las emociones, por eso a veces me tenso y me voy replegando hacia delante, sin que pueda respirar bien, tensando mi espalda y no porque pase tiempo delante de la pantalla, es por todo lo que siento cuando en la pantallita me plantea nuevamente.
En ese momento me pregunto una retahíla de ¿Y si... y si...?
¿Y si la solución que aporto no soluciona todo lo que está pasando? ¿Y si se enfada el compañero por el límite que le pongo y luego arremete contra mí?
La teoría de los ¿Y si? se cuela en nuestro día a día. Es la mente la que se la plantea a la velocidad de un rayo, mientras en paralelo respondemos emails del PC, mensajes y whatsapp del móvil.
El viaje de la novedad trae un compañero de viaje: el miedo. La forma en que esta emoción se vive es distinta para cada persona, en intensidad y duración. Es vital percibir su señal en el cuerpo, y cuando esto ocurre por primera vez, entonces el miedo se siente escuchado y atendido. Ya nos avisó de que un peligro puede acechar. Cuando siente que ya transmitió ese mensaje y lo hemos captado, el miedo se relaja; es como si se sentara a descansar y nos dejara ahora el turno de palabra a nosotros.
Dándome cuenta de que llegó, respirando y dejando que me informe de lo que necesita, facilito su gestión. Ya percibirlo ayuda a atenderlo mejor. Justo ahí la mente quiere ayudar y genera esos ¿Y si? para que esté más atento a qué cosas debo observar antes de actuar me ayuda a pensar en otros posibles escenarios y preparar opciones: sí, esos planes alternativos (siempre un plan B, aportará más tranquilidad).
Y cuando el ¿Y si? se convierte en algo improductivo y cansino que me genera más duda que beneficios, atención: se trata entonces de un autosabotaje que debo parar, para que estas palabras no minen mi confianza, entusiasmo y mis acciones. Es fundamental abandonar ese marco mental repetitivo y también contar con los recursos que siento que tengo. Y si necesito más apoyo, hablar más con las personas que conocen más de este tema, esos profesionales y expertos que están ahí y a veces ni veo porque en ocasiones el miedo nubla mi horizonte.