Planes de pensiones de empleo, sí,
pero no a costa del ahorro privado

Aunque todavía no está aprobado, el Gobierno pretende aumentar las ventajas fiscales de los planes de pensiones de empleo a la vez que rebaja las de los planes de pensiones privados. Los sectores del seguro y del ahorro colectivo advierten de que esta práctica afecta especialmente a los autónomos.

Está cansado de oírlo, el sistema de previsión social se sustenta en tres pilares. El primero corresponde al sistema público de pensiones. Se trata de unas prestaciones que cada ciudadano tiene aseguradas y se componen de las pensiones contributivas y las no contributivas. La cuestión ahora reside en su cuantía. La mayor esperanza de vida hace que muchos gobiernos se planteen reducir la cantidad que cada trabajador percibirá en su jubilación, porque estará más años percibiendo la pensión. El segundo pilar es el que está constituido por los sistemas de ahorro previsional promovidos por las empresas. Su objetivo es generar ahorro privado para el trabajador, para complementar su futura pensión de jubilación.

En estos planes de pensiones, las aportaciones las puede realizar la empresa en nombre del empleado; y el empleado también puede aportar a su ahorro de forma periódica. Por último, el tercer pilar es el formado por el ahorro individual, por los planes de pensiones u otros instrumentos de ahorro previsional que quiera contratar el ahorrador. La combinación de los tres pilares favorecerá que el ciudadano, cuando llegue el momento de la jubilación, pueda seguir disfrutando de una calidad de vida similar a la que tenía cuando estaba trabajando.

Las mismas reglas del juego para todos

En un momento en el que los agentes sociales -empresas y sindicatos en representación de los trabajadores- entienden que desarrollar el segundo pilar es más necesario que nunca, este desarrollo no se puede hacer en detrimento del tercer pilar, el del ahorro privado, ni dejando fuera a un colectivo tan importante como el de los trabajadores autónomos y el de los empleados de pequeñas y medianas empresas, prácticamente el 90% de los trabajadores españoles.

Esta es una de las principales conclusiones del encuentro organizado por el Observatorio Caser: Planes de pensiones de empleo: a la espera del necesario impulso del segundo pilar, en el que participaron Elisa Ricón, directora general de Inverco; Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos; Asier Uribeechevarría, vocal de WealthTech de Aefi, la Asociación Española de Fintech e Insurtech y Eva Valero, directora del Observatorio de Pensiones de Caser.

Solo un 3% de las pequeñas y medianas empresas cuenta con algún tipo de producto de ahorro para su plantilla, un porcentaje que se reduce al 1% si nos centramos en Planes de Pensiones de Empleo, según el estudio ‘Planes de pensiones de empleo: ¿cómo son percibidos por las Pymes y microempresas en España?’ elaborado por el Observatorio de Pensiones Caser. Para algunas grandes empresas puede ser una herramienta habitual de retribución y retención del talento, pero el 65% de las pymes de hasta 50 empleados ni siquiera conocen, ni han oído hablar de los Planes de Pensiones de Empleo. Además, como alerta Elisa Ricón, “no hay desarrollo del sistema de empleo porque no hay conciencia y no hay estímulos financieros ni fiscales”.

Los autónomos, los más perjudicados

Para la vicepresidenta de ATA, la nueva bajada del tope de aportaciones a los planes de pensiones individuales, hasta los 1.500 euros, es una mala noticia. “Supone un castigo injusto para una parte muy importante del tejido productivo de nuestro país, los autónomos, que, por el momento, es la única opción con la que cuentan para complementar su pensión pública”, a la espera de que se concrete el plan de promoción pública. La directora general de Inverco añade que “el segundo pilar tiene una permeabilidad que no tiene el tercero. Pero la solución no es darnos a elegir, no hay que elegir entre uno y otro”.

Para los tres expertos, es vital fomentar la educación y cultura financiera a todas las edades, así como apoyarse en la digitalización para ofrecer productos financieros que se adapten a las diferentes necesidades y los perfiles de los ahorradores; además del fomento de productos de ahorro flexible, personalizado, eficiente y rentable. Y, nunca, fomentar el segundo pilar a coste del ahorro individual.