La DGT prepara una modificación de las etiquetas medioambientales

Está previsto que la modificación se presente antes del próximo mes de julio, pero no hay consenso y la DGT guarda todavía silencio de los cambios que traerá consigo la nueva clasificación de los vehículos en función de sus emisiones contaminantes.

Aún está en el aire, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) quiere modificar las etiquetas que clasifican a los vehículos en función de sus emisiones contaminantes. Ya lo anunció su director general, Pere Navarro, el pasado mes de febrero y la teoría es que las bases de este cambio estuvieran establecidas antes del mes de julio para poder ponerlo en marcha en la recta final del ejercicio. En 2016 se creó un sistema de etiquetas con cuatro distintivos: cero emisiones, ECO, B y C. Además, la etiqueta A -que no cuenta con pegatina física- sería la A, que engloba a los vehículos más contaminantes: los coches diésel anteriores a 2006 y de gasolina matriculados antes de 2000. También incluye a las motos y ciclomotores anteriores a 2003. El objetivo de Navarro es alcanzar el consenso con fabricantes y grupos ecologistas, pero parece ser que la cosa está complicada. El punto de fricción, los híbridos enchufables.

El director de la DGT ha señalado en varias ocasiones que este sistema de clasificación de los vehículos por sus emisiones necesita una revisión, ya que “la evolución tecnológica es una realidad y los nuevos vehículos que incorporan estas innovaciones deberían ser catalogados dentro de las posibilidades que ofrece el etiquetado actual, o bien diseñando nuevas etiquetas”.

Los principales cambios que se esperan

A pesar de que el plazo que se ha impuesto a DGT para su modificación está próximo a terminar, la Dirección General de Tráfico aún no ha presentado una propuesta concreta. Sí lo han hecho Ecologistas en Acción, Greenpeace y Transport & Environment. La propuesta Ecodes dejaría la etiqueta cero para los vehículos eléctricos puros y aquellos impulsados por pila de combustible de hidrógeno. Los híbridos enchufables con una autonomía eléctrica mayor de 40 kilómetros se quedarían fuera. La etiqueta CERO se reservaría, así, para los vehículos sin ningún tipo de emisión contaminante.

En la etiqueta D se englobarían los vehículos con motor de combustión, incluidos los híbridos enchufables y de gas, con motor gasolina Euro 5 y 6 y los vehículos de motor diésel Euro 6d, cuyas emisiones de CO2 no superen los 95 gramos por kilómetro (WLTP). En esta propuesta, esta etiqueta sustituye a la actual ECO.

Un escalón más abajo se situaría la etiqueta C. Englobaría a los vehículos con motores de gasolina Euro 4 y diésel Euro 6a, 6b y 6c. Estos motores no podrán superan emisiones de 137 gramos por kilómetro. Por su parte, la etiqueta B no cambiaría, y se aplicaría a los vehículos con motores gasolina Euro 3 y diésel Euro 4 y Euro 5. Al igual que ahora, en la propuesta Ecodes los vehículos más antiguos se mantienen sin etiqueta. Son todos aquellos con motores de gasolina matriculados antes de 2000 y los diésel de antes de 2006.

Lo que sí deben tener en cuenta los conductores es que la nueva clasificación que pacte Tráfico con fabricantes, vendedores y ecologistas solo afectará a los vehículos nuevos, no tendrá efecto retroactivo. “La gente se ha comprado el vehículo en función de su etiqueta. No podemos decirles que aquello que se han comprado, ahora no vale y se lo voy a cambiar”, ha señalado Pere Navarro. Esta es una buena noticia, ya que grandes ciudades como Madrid o Barcelona utilizan el sistema de etiquetas para restringir la circulación en el centro de las urbes y para establecer las restricciones de circulación en casos de alta contaminación.

Los neumáticos también las renuevan

Los coches no son los únicos que deben llevar etiqueta. El pasado 1 de mayo entró en vigor el Reglamento (CE) 2020/740 del Parlamento Europeo del Consejo del 25 de mayo de 2020 por el que se armonizan los parámetros de información que deben proporcionar los nuevos neumáticos. El reglamento establece un nuevo sistema de etiquetado que permitirá a los usuarios elegir con conocimiento de causa en el momento de la compra de los neumáticos, con el objetivo de aumentar la seguridad, la protección de la salud y la eficiencia económica y ambiental del transporte por carretera. Esto se consigue mediante el fomento del uso de neumáticos que sean seguros, duraderos y eficientes en términos de consumo de carburante y que presenten, además, bajos niveles de ruido, señala la DGT.

La nueva etiqueta mantiene la información relativa a la resistencia a la rodadura, la adherencia en superficie mojada y el ruido de rodadura exterior que ya se proporcionaba, y ahora incluye también el nombre comercial, un código QR que permite acceder de manera directa a la parte pública de la base de datos de productos de la UE, así como la identificación exacta del producto con su número de artículo. Además, la nueva etiqueta refleja la dimensión del neumático, índice de carga y velocidad, un pictograma de uso en nieve y otro de agarre en hielo. En palabras de Ana Blanco, subdirectora adjunta de circulación de la DGT, los consumidores dispondrán de una información más adecuada, “y esto es importante porque de esta manera podrán elegir neumáticos más eficientes en término de consumo de carburante, también más duraderos, más seguros y más silenciosos”.