Invertir en criptomonedas: alta rentabilidad,
pero ¿a qué precio?

Cerca de un 9% de españoles tienen criptomonedas. La inversión en estos activos se ha disparado alentada por su vertiginosa revalorización. Pero no es oro todo lo que reluce.

Con una década de tipos de interés por los suelos y las comisiones bancarias al alza, muchos ahorradores ponen su atención en la inversión en criptomonedas. Según explica Statista, la reina de las criptomonedas, el bitcoin, registra en las últimas semanas los valores más altos de su historia: superó los 51.863 euros (63.000 dólares) antes de la salida a bolsa de Coinbase, la plataforma de intercambio de criptomonedas. En apenas un año, el bitcoin se ha revalorizado cerca de un 563% desde los 7.083 euros del 12 de mayo de 2020 a los 47.814 euros que marcaba en Coindesk el 10 de mayo de 2021. Con estas cifras no es de extrañar el boom inversor sobre estos criptoactivos.

Pero ¿qué son las criptomonedas? El Banco Santander las define como “un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, así como controlar la creación de unidades adicionales -evitar que alguien pueda hacer copias-. Estas monedas no existen de forma física, se almacenan en una cartera digital”.

Bitcoin, Ethereum. XRP y Stellar tiene más cosas en común: no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no precisan de intermediarios en las transacciones. Todo se realiza a través de una base de datos blockchain. Esta desregulación que para muchos inversores es su principal atractivo es, además, su principal riesgo. “Las criptomonedas no tienen la consideración de medios de pago, no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo e Garantía de Inversores”, recuerda el Santander.

Mucha rentabilidad, más riesgo

Ya se abe que una alta rentabilidad conlleva un riego elevado asociado. Por eso, la inversión en criptomonedas no es apta para todo tipo de inversores. El Banco de España y la Comisión del Mercado de Valores se pronunciaros sobre esto recientemente. A través de un comunicado, ambas instituciones recalcaron que “los compradores o inversores carecen de las protecciones que ofrece la legislación española y, en general, de la UE a las inversiones reguladas, siendo especialmente vulnerables al fraude, a la manipulación de precios o a otras actividades ilícitas”.

Además, los supervisores recuerdan que “las criptomonedas carecen de valor intrínseco, convirtiéndose en inversiones altamente especulativas”. Asimismo, su fuerte dependencia de tecnologías poco consolidadas no excluye la posibilidad de fallos operativos y amenazas cibernéticas que podrían suponer indisponibilidad temporal o, en casos extremos, pérdida total de las cantidades invertidas”.

Una inversión no apta para cardíacos

Si algo caracteriza a las criptomonedas es su alta volatilidad, aunque en 2021 la más conocida de estas divisas, el bitcoin, mantiene una tendencia al alza con algunas caídas abruptas significativas. Esto hace que la inversión en criptomonedas no sea apta para los perfiles más conservadores, aquellos que quieran garantizarse un ahorro estable. En criptomonedas se puede ganar mucho dinero, sí, pero como se dice coloquialmente, puedes perder hasta la camisa en un vaivén del mercado.

¿Refugio de actividades opacas?

Otra leyenda negra que sobrevuela sobre las criptomonedas es su posible uso por parte de los protagonistas de actividades ilícitas. Al no poder depositarse en entidades bancarias y tener que hacerlo en billeteras digitales, escapan a cualquier control fiscal. En España, el Proyecto de Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal, obliga a informar sobre la tenencia y operativa con monedas virtuales, tanto en España como en el extranjero si afecta a contribuyentes españoles. Estos, además, deberán informar sobre saldos y titulares de las monedas en custodia.

A medida que se normaliza la operativa con criptomonedas y se clarifica su regulación, son muchas las empresas que abren sus carteras de inversión a este tipo de activos, como una alternativa a las bajas rentabilidades de otros activos. En el caso del sector asegurador, son muchas las compañías que se han mostrado partidarios de apostar parte de su inversión a los activos alternativos, entre los que se encuentran el bitcoin y el resto de criptomonedas.

Según información de Cointelegraph, el fondo de pensiones neozelandés KiwiSaver de New Zealand Funds Management, con activos por 287,87 millones de euros (350 millones de dólares) asignó el 5% de sus activos a bitcoin. James Grigor, director de inversiones del New Zealand Funds, señaló que “las similitudes del bitcoin con el oro hacen que sea un activo atractivo para las empresas de seguros de vida y rentas vitalicias”.