Selva Orejón, perito judicial especializada en identidad, imagen y reputación digital: “El crimen perfecto no existe, el fallo humano es nuestro gran aliado”

Selva Orejón es la fundadora y directora de OnBranding, empresa de reputación digital y ciberinvestigación. La encontrará trabajando habitualmente con forenses, criminalistas, psicólogos, abogados, detectives privados, periodistas o expertos en SEO, entre muchos otros.

Seguramente ha leído todas las políticas de privacidad... ¿Dónde nos estamos metiendo cuando las aceptamos sin mirar?

En primer lugar, hay que hacer referencia a estas políticas de privacidad que encontramos en accesos de páginas webs, redes sociales, aplicaciones, etc.; pueden condicionar nuestra libertad, ya que si no se aceptan no es posible acceder a los contenidos deseados. Por lo tanto, podemos pensar que somos libres de aceptar o no, pero no deja de ser una condición o un obstáculo que nos genera desprotección y, en consecuencia, vulnerabilidades en nuestra protección de datos.

De trabajar en comunicación a ser especialista en identidad digital y ciberinvestigación... ¿Por qué decidió ir tras los malos?

Ha sido por la evolución natural de la propia actividad criminal, ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos. Antes el crimen tenía otras características y los ataques reputacionales eran menos técnicos y sofisticados, pero son tan antiguos como la primera psyops (operación psicológica) contra un gobierno, una nación, un líder político, una empresa o alguien que representa unos valores que no hay que permitir ensalzar.

Hay muchos expertos en reputación y analistas de datos, pero usted llega mucho más lejos. ¿Cuál es su diferencial?

Bueno, aparte de esto podemos hacer un peritaje de lo sucedido ya que, así, se pueden derivar responsabilidades civiles y penales de los actos. Soy perito judicial especializada en identidad digital, imagen y reputación online; y ciberinvestigación. La primera en las listas. De hecho, fuimos nosotros quienes hicimos la especialidad junto a la petición al Juzgado decano de Barcelona y de ahí que ahora exista. El enfoque desde las cuatro vertientes es muy útil y le da un punto femenino y, si se me permite, una visión holística, la vertiente criminal o psicológica, de ciberseguridad, legal y reputacional.

¿Hay algún "agujero" negro donde no se puede entrar para rastrear?

La darkweb es una puñeta para obtener, pero peor es aún cuando tenemos que solicitar que se elimine el contenido. Es ilegal pagar por ello -por ejemplo, por bases de datos- y nada te puede garantizar que desaparezcan. De hecho, en el propio proceso de mostrar interés te pones una diana en la cabeza.

Todo lo que publicamos deja una huella digital, ¿se puede hacer algo para tener cierta privacidad?

Lo importante es que tu identidad analógica no sea compartida en redes. Es decir, que no sea igual que la identidad digital. Es importante crearse una identidad digital conforme aquello que queremos mostrar y que no tiene por qué identificarnos. Así podemos mantener un control sobre nuestros contenidos.

¿Cuáles son los casos que más le han llamado la atención?

Los relacionados con influencers o celebrities. Los hackeos de cuentas en Instagram van en aumento y seguramente también los casos de reputación de personas o empresas que pueden afectar los derechos de honor.

¿Qué casos son típicos en las empresas?

Sobre todo, de servicios de reputación de marca y también de posicionamiento en internet. Empresas del Ibex 35, clubes de primera división, personajes públicos y algunas pymes. Además de algunos usuarios domésticos y, por supuesto, instituciones públicas.

¿Qué ha aprendido en todos estos años de profesión?

Con el tiempo he conocido a muchísimos clientes que han sido o son víctimas de la maldad más pura. Al empezar no pensaba que había tanta gente mala, es decir, dispuesta a hacer daño a terceros y sin obtener un lucro económico, más bien por ego.

Hace 14 años que trabaja en este terreno, ¿los tipos de casos han evolucionado?

Empecé enfocada más en la gestión reputacional y de crisis y cada vez veía que el aumento de la necesidad de saber quién estaba detrás iba a ser una necesidad imperiosa. Así que me fui especializando en obtención, análisis y, sobre todo, en irme acercando al cibercrimen conforme avanzaban los años. Mi relación policial y militar siempre me ha ayudado mucho a entenderlo todo mejor desde el punto de vista macro.

La pandemia nos ha forzado a teletrabajar. ¿Qué riesgos ha provocado?

El riesgo de sufrir un acceso ilícito a nuestros sistemas informáticos. La ciberseguridad es una tarea pendiente en muchas empresas, especialmente en el caso de pymes y autónomos. Los hackers o ciberdelincuentes saben que la coyuntura económica y sanitaria es una puerta abierta a numerosos dispositivos y sistemas informáticos que contienen importantes cantidades de información y que en estos momentos no están custodiando de forma apropiada. Es más, en estos momentos la información de las empresas está siendo tratada por trabajadores que utilizan sus propios dispositivos y redes de conexión a internet. La debilidad en cuanto a seguridad de estos sistemas son la llamada a la acción perfecta para los ciberdelincuentes.

¿Podemos borrar nuestra identidad? ¿Cómo podemos ser menos vulnerables?

El contenido que compartimos en la red deja rastro y más aún si está claramente identificado con nuestra identidad analógica -nombre, apellidos, DNI, dirección, número de teléfono...-. Todos hemos buscado nuestro nombre en Google. Pero, ¿qué ocurre cuando lo que aparece no te gusta? El mejor antídoto es la prevención: crear una identidad digital acorde con lo que queremos mostrar, mantener el control sobre nuestros contenidos. Podemos encontrar cosas que afecten negativamente a nuestra identidad digital y, en consecuencia, posiblemente sobre nuestra identidad analógica (real). Es importante detectar todo el contenido negativo que pueda afectarnos a través de una correcta monitorización.

¿Y el derecho al olvido?

También, y está relacionado con la protección de datos y el derecho al honor. Permite recuperar el control sobre la información que circula de nosotros en la red. Las nuevas tecnologías hacen posible la acumulación de grandes cantidades de datos que pueden ser encontrados fácilmente. Si la información no se actualiza o elimina, es posible que pueda dañar la imagen o lesionar la intimidad. En muchos casos, si el contenido no infringe la ley de protección de datos o no forma parte de un delito o ciberdelito, Google no procede a la retirada del contenido que, aunque de carácter negativo para nuestra reputación o reputación online, se comparte amparado bajo el derecho a la libertad de expresión. Es conveniente contar con especialistas que puedan ayudarte cuando los problemas que pueden derivarse sean graves y las herramientas gratuitas de Google no cumplan su función al nivel que necesitas. Si te preocupa la información que puede circular sobre ti en la red, será necesario una correcta monitorización de datos personales, detección de fuentes y estudiar si tus datos e imagen están siendo gestionados adecuadamente. Es posible solicitar la retirada de contenido negativo a través de una serie de procesos en los que estamos especializados desde OnBranding. Además, podrás ejercer tus derechos amparados por la Ley de Protección de Datos europea.

Con tanto ‘bot’ e IA... ¿Es posible determinar quién está detrás de un mensaje, una amenaza o una campaña de desprestigio?

Sí, pero no siempre. Si los delincuentes se protegen suficientemente bien, a veces se hace imposible rastrearlos. Pero el crimen perfecto no existe, el fallo humano es nuestro gran aliado.

¿Dónde podemos aprender más?

En los cursos que se ofrecen desde OnBranding y también con mi libro Identidad Digital: Métodos de análisis y valoración de pérdida de imagen en la red.