La pandemia ‘traslada’ los robos a las segundas viviendas

La pandemia ha cambiado muchas cosas. Entre otras, los patrones de delincuencia. Así lo demuestra el informe Los robos en hogares asegurados. Datos 2019-2020, elaborado por Estamos Seguros, la iniciativa de divulgación de la cultura aseguradora puesta en marcha por Unespa. Este estudio analiza los robos perpetrados en viviendas aseguradas entre el 1 agosto de 2019 y el 31 julio de 2020. Su conclusión es clara: los ladrones se han ido a la playa por las medidas desplegadas por las autoridades a raíz de la crisis sanitaria.

El confinamiento de primavera y las limitaciones a los desplazamientos han obligado a los delincuentes a centrar su atención en las segundas viviendas, habitualmente ubicadas en el litoral. Los amigos de lo ajeno se han desentendido de los inmuebles ubicados en núcleos urbanos al ser conscientes de que, al tratarse de residencias habituales, sus moradores iban a encontrarse ahí. El documento evidencia cómo los robos, que en 2019 seguían la senda habitual de repunte en las vacaciones estivales y de Navidad, cayeron a plomo durante la pasada primavera. La razón: el confinamiento decretado el 14 de marzo del año pasado. La prueba del cambio de tendencia es el reparto territorial de los robos: la costa gana, esta vez, a las grandes urbes.