Así influirá la limitación de velocidad en su seguro

Aunque no lo crea, modificar los límites de velocidad en las calles de las ciudades afecta a sus seguros de coche. Y ayudará, también, a reducir la siniestralidad entre los colectivos más vulnerables.

El 11 de mayo entraron en vigor los nuevos límites de velocidad en las calles de las ciudades españolas. El objetivo principal de esta polémica medida es reducir la siniestralidad, especialmente entre los usuarios más vulnerables de las vías: peatones, ciclistas y motociclistas. La limitación de velocidad supone un cambio importante para la circulación, y algunas voces lo comparan incluso a otros hitos de la seguridad vial, como la instalación del primer semáforo de España, en Madrid, en 1926, la aparición de los pasos de cebra en la década de los 70 del siglo pasado o la obligación de llevar el cinturón de seguridad.

La reforma de la DGT limita a 30 km/h la velocidad en vías urbanas con un solo carril por sentido. Este tipo de vía representa el 80% de las calles españoles, pero, según datos de la DGT, solo soportan el 20% del tráfico. Además, otras novedades de la nueva norma es que en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera el límite será de 20 km/h; en las vías de dos o más carriles por sentido de circulación el límite se mantiene en los 50 km/h.

Y hay excepciones. Por ejemplo, los carriles reservados a la circulación de determinados vehículos, como el transporte público, no cuentan. Por ejemplo, si una calle tiene dos carriles pero uno de ellos está reservado al autobús o al taxi, se aplicará el límite de los 30 km/h.

A la cabeza de Europa

Aunque este cambio obligará a los conductores a reconfigurar su conducción en ciudad, los nuevos límites de velocidad sitúan a España a la cabeza de un movimiento global que quiere hacer de las urbes lugares más humanos. Este es, además, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible redactados por Naciones Unidas. Tal y como afirmaba el ministro del Interior, Grande-Marlaska durante la presentación de la nueva norma en Valladolid: el objetivo es “que nuestras ciudades sean más humanas, que nuestras calles sean calles de vida y para la vida”.

Limitar la velocidad de circulación de los vehículos en las calles de las ciudades tiene sus ventajas. Entre ellas, según explica la DGT, está la principal: la reducción del riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. En 2020, a pesar de la reducción de a movilidad y de los accidentes, el 36% del total de fallecidos en accidentes de tráfico (317) corresponden a los usuarios más vulnerables de las vías, peatones, ciclistas y motoristas.

El comparador de seguros Acierto.com añade que estos accidentes no serán los únicos que reducirán su gravedad, también la del resto de los siniestros, ya que las lesiones suelen ser menos graves cuando baja la velocidad de circulación. Acierto.com destaca que el exceso de velocidad está presente en el 23% de los accidentes mortales de tráfico. Además, bajar las revoluciones atenuará las posibilidades de tener un accidente o un siniestro en términos generales, algo clave en las vías interurbanas, las más peligrosas para los conductores en la actualidad.

“El cambio nos dará más tiempo para reaccionar y acabará evitando muchos accidentes a largo plazo, algo todavía más importante si tenemos en cuenta que las distracciones se encuentran detrás del 30% de los accidentes mortales. Y que ir más despacio nos deja más margen de actuación, explican desde el comparador de seguros. Asimismo, la velocidad ejerce una gran influencia en el vehículo, que debe destinar mucha más fuerza a frenar cuanto más rápido circula, con las consecuencias que esto acarrea. Y todo ello puede influir a medio plazo en las pólizas del seguro de autos.

Las ventajas de una menor siniestralidad

La reducción de la siniestralidad tiene una ventaja directa para los conductores, seguros más baratos a medio plazo. Acierto.com lo explica: “la relación es sencilla, el historial de siniestralidad es uno de los factores principales que tienen en cuenta las aseguradoras a la hora de calcular el precio de la póliza de un coche. Si un conductor tiene menos accidentes, tendrá un perfil de conductor menos riesgoso. Algo que podría verse plasmado en una reducción de la prima”.

En este cálculo influye también la gravedad de los siniestros y los partes presentados a la compañía. En este sentido, un accidente con daños a terceros -con daños materiales y corporales- será más caro que un siniestro en el que el conductor haya rozado un pilar del aparcamiento en el que estaba estacionado.

La DGT estima que con los nuevos límites de velocidad se reducirá hasta un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Esto se debe a que cuando la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h el riesgo es del 10%, mientras que, si la velocidad es de 50 km/h, ese riesgo asciende prácticamente al 90%. Y la menor velocidad también reducirá el riesgo del resto de los percances que puede ocurrir en un accidente de tráfico.

Otras de las coberturas que se verán afectadas por el nuevo reglamento de Tráfico es la asistencia en carretera. Si se somete al vehículo a menos estrés es probable que a largo plazo se acaben evitando averías, y esto repercute directamente en el número de veces que solicitamos la asistencia en viaje del seguro de coche. Y será, también, algo muy positivo para las aseguradoras.

El comparador de seguros recuerda que estos no son los únicos factores que influyen a la hora de calcular el precio de un seguro de coche. Además, las compañías tienen en cuenta la zona por la que se circula, el clima, la orografía, el tipo de carreteras que hay por esa zona... Así como el uso que se hace del vehículo, el tipo de vehículo que se conduce, cuándo queremos que entre en vigor la póliza, la edad del conductor, los años de experiencia al volante, el historial de partes, etc.

La ‘cara B’ de la nueva velocidad

Aunque esto tiene una cara B, la red de talleres Euromaster advierte de que circular a menor velocidad también puede tener consecuencias negativas para la mecánica de los vehículos, al deber circular en marchas más cortas. Esto se traduce en un mayor desgaste de los embragues, operación que en caso de avería puede suponer un gasto de hasta 2.000 euros, en función de la marca y el modelo.

Además, los especialistas de los talleres señalan que “la conducción a menor velocidad por los entornos urbanos provocará que se revolucione menos el motor, lo cual hace que las partículas contaminantes se acumulen en el sistema de escape, especialmente en el filtro de partículas, pudiendo llegar a dañarlo”.

En este caso, para evitar una avería que puede alcanzar un coste de al menos 600 euros se puede realizar la descarbonización del motor en las labores de mantenimiento del coche. También recomiendan salir a carretera y usar marchas más largas. Por otra parte, recuerdan que, aunque se reducirá el ruido ambiental prácticamente un 50%, al conducir más despacio “se contamina bastante más en marchas cortas que en las largas a bajas revoluciones”.