Qué es el intraemprendimiento y por qué beneficia a su empresa

Muchas de las empresas eficaces y flexibles apuestan por el intraemprendimiento, otorgando espacio a sus trabajadores para el desarrollo de proyectos e ideas que ayuden a la compañía.

Hoy vamos a escribir acerca de un modelo de trabajo que marca cada vez más el presente y el futuro de las empresas y que se antoja realmente útil teniendo en cuenta el entorno actual de constante cambio, permanente evolución y velocidad frenética, al que todas las firmas deben ser capaces de adaptarse si no pretenden perder el paso y que su modus operandi acabe siendo ineficaz y quedando obsoleto.

Hablamos del intraemprendimiento, que podemos definir como el aprovechamiento y desarrollo de la capacidad emprendedora de los trabajadores de una empresa. Una firma que apuesta por esta práctica deja, por lo tanto, espacio a sus empleados para que piensen, ideen, propongan y ejecuten nuevas ideas que redunden en buenos resultados -y, consecuentemente, beneficios económicos- para la compañía que les paga.

Puede intraemprenderse en cientos de miles de terrenos: desde ideas para mejorar la web o la comunicación de la empresa hasta iniciativas para optimizar el trabajo, proponer nuevos modelos de negocio, rentabilizar económicamente una operación o idear un proyecto. Todo lo que mejore la oferta de la empresa y la haga más rentable y eficaz es siempre bienvenido; y más si de paso la medida contribuye de forma positiva a la salud física y mental de la plantilla.

Beneficios para empleados y empresas

Los beneficios para las marcas que dejan espacio e incentivan el intraemprendimiento son palpables. Para empezar en cuanto a la flexibilidad y capacidad de adaptación de la compañía al entorno social y laboral, así como al desarrollo de su capacidad creativa y su olfato para detectar nuevas líneas de negocio y fuentes de ingresos.

Por otra parte, la gestión del tiempo y la organización del trabajo pueden ser mucho mejores si se deja el espacio para pensar en nuevas fórmulas más eficientes, que simplifiquen la labor ayudando a que la tarea a desarrollar sea más eficaz, y permitiendo una mayor compatibilidad entre la vida profesional y personal de los trabajadores.

Por último, que la directiva de la empresa deje espacio y libertad creativa a los profesionales, dándoles confianza y autonomía, escuchándoles, teniendo criterio para conocer qué prácticas de entre las propuestas pueden cuajar y apoyándolas si fuera el caso redunda en una mayor motivación para el empleado. Este se siente así apoyado por la empresa, libre para trabajar en el proyecto e incentivado para el desarrollo de su idea. Y si encima ello puede suponer un incentivo económico, mejor que mejor para ambas partes: empleado y empresa.