Llega a Madrid Bill Brandt, el maestro del cuarto oscuro

Primero fue en Barcelona, con motivo de la inauguración del KBr, que abría el pasado otoño con una muestra, pionera en nuestro país, sobre la trayectoria artística de Bill Brandt. El montaje expositivo recién llega a la sala Recoletos de Madrid como parte de PhotoEspaña 2021

Considerado uno de los fotógrafos británicos más influyentes del siglo XX, Brandt abordó a lo largo de cinco décadas los principales géneros de la disciplina -reportaje social, retrato, desnudo y paisaje- impregnando su trabajo de esa particular mirada ilusoria que le caracterizó desde el inicio. Aunque en su biografía figura como londinense, Hermann Wilhelm Brandt nació en Hamburgo en 1904 en el seno de una adinerada familia de origen ruso. Se instaló en Londres, eso sí, treinta años después e hizo de su pasado una nube tan difusa con su propio arte. Antes había vivido en Viena y en París, donde se formó en el estudio de Man Ray y bebió de las fuentes de las primeras vanguardias parisinas. Todo fue por la foto que le hizo a Ezra Pound en la capital austriaca. Durante esta etapa inicial, Brandt retrata escenas callejeras medio oníricas, las noches parisinas tibiamente iluminadas y ambientes casi siempre inquietantes tocados por el surrealismo.

Cuando se deshace de sus raíces alemanas, crea un corpus artístico en el que el Reino Unido se sitúa como núcleo de su identidad. En Londres se entrega a las delicias propias de la clase alta. Las carreras de Ascot, los paseos por Mayfair y sus exclusivas mansiones conviven en su ideario artístico con retratos y escenas de las clases populares, pero sin mezclar unas y otras. Todo tenía su espacio y estaba debidamente determinado. Su primer libro, The English at Home (1936) es clara muestra de la contraposición estética de ambas clases sociales.

Al igual que difuminó su pasado, el maestro del cuarto oscuro preparaba a conciencia cada imagen, retocando sus negativos hasta lograr el efecto deseado. Él, que revelaba sus propias fotografías, consideraba imprescindible el trabajo en el laboratorio para imprimir ese halo amenazador asociado al concepto freudiano de lo unheimlich (lo siniestro) tan característico de su trabajo.

Durante la II Guerra Mundial, realiza dos de sus series más célebres: las instantáneas de centenares de londinenses durmiendo en estaciones de metro convertidas en refugios y las de la superficie de un Londres fantasmal, sin otra iluminación que la luz de la luna. Tras la contienda aborda el retrato ya de manera profesional y comienza a experimentar con las alteraciones espaciales, las atmósferas brumosas y la indefinición de las formas. Convierte así el paisaje en un instrumento de interpelación como si quisiera capturar el espíritu antes que el lugar físico. A finales de los 70, Bill Brandt retoma el tema desnudo y lo hace de forma disruptiva, exaltando la imperfección a través de fragmentos del cuerpo y distorsiones poéticas.

Del 3 de junio al 29 de agosto, 186 instantáneas de Bill Brandt llenan de misterio la sala Recoletos de Madrid. La muestra se complementa con escritos, algunas de sus cámaras fotográficas, entrevistas y publicaciones de la época.