¿Cómo he alcanzado estos niveles de baja energía?

El ‘Coaching’ nos ayuda a tomar consciencia de todo lo que nos resta energía y nos impide ganar tiempo para el objetivo que realmente nos importa incorporar a nuestro día a día

No, no estoy para más. Me lo noto en el cuerpo y en que no dejo de bostezar a pesar de que hoy madrugué menos que ayer... “¿qué te está pasando, Andrés?”

Enciendo mi móvil. Caliento el café. No entiendo cómo antes de tomármelo mi equipo ya ha conseguido enfadarme. Leo uno de esos e-mails que me hacen plantearme si andamos ya escasos de sentido común y me pregunto si tanto cuesta prever algo tan obvio como era lo que les pedí ayer tarde para tenerlo hoy a primera hora.

Noto cómo me visita la sorpresa y el enfado, ambos se quedan a desayunar. Mi tostada acompasa mi estupefacción mientras se enfría, como yo. Es fácil que a esas horas enfurezca con estas tareas que catalogo como “fáciles de entender, si se quiere”.

Mojo mi tostada y, absorto, reflexiono: “A pesar de todos los medios y tecnologías, cada día cuesta más comunicarse bien”. Entre dientes me escucho susurrar: “¿será que no nos queremos comunicar?”

¡Qué raro! No me llego a poner como un energúmeno. “Oye, ¿será que estoy cambiando ya a estas alturas del año?”.

Noto mi cuerpo: la espalda está arqueada hacia delante, respiro de forma entrecortada, me cuesta mirar hacia el ático de mi vecino y cabizbajo veo sólo el suelo de mi salón. Ahí es cuando caigo: “Vaya, no estás enfadado, Andrés. Estás triste. Claro... por eso esta vez te está costando levantar el vuelo”.

El otro día, mi coach me preguntó por estos momentos que me desestabilizaban y qué emociones me surgían. No supe responder.

Ahora este instante conmigo, me ha dado ese margen para sentirlo.

Sorbo el café... me espera, aunque algo más frío.

De repente siento que a mi equipo quizá le pueda estar pasando igual que al café: está más frío, pero está y me espera. Antes de que todo este año me diera la vuelta, me sentía muy conectado al equipo y siento que eso lo hemos perdido. De ahí la tristeza, claro.

Pasar a la acción

Bueno, ya basta. Es momento de no perder más tiempo y más energía. Ya no. ¿Qué sí puedo hacer?, como diría mi coach:

- Buscaremos quién hace qué con más margen de tiempo.

- Pondré esfuerzo para comunicar mejor lo que deseo que pase.

- Supervisaré lo que hacen.

- Estaré disponible para consultas (antes de que otro resultado me sobresalte).

- Quiero que sigamos adelante y les pediré apoyo. Ya no podemos perder tiempo ni energías en estas tareas que nos sacan los proyectos de la agenda.

Es vital tomar las riendas y empezar hoy mismo. No más frío. No más costes emocionales innecesarios.

Hay un día por delante y muchos minutos para ganar oportunidades. “Adelante, volemos juntos”.