Cuando lo que aseguras son verdaderas obras de arte con ruedas

Coleccionar coches clásicos es una pasión a la que muchos llegan por casualidad. Es el caso de Alfonso Fernández Fígares, dueño, a su vez, de una de las corredurías de seguros líderes en el asesoramiento y aseguramiento de este tipo de vehículos, e impulsor de la Ruta Reale

Todo empezó con Antoñito. Cuando un amigo vendió a Alfonso Fernández Fígares este Seat 1400 de 1957, el corredor de seguros no sabía que caería rendido a los pies -o mejor dicho a las ruedas- de los coches clásicos. Unos cuántos años después, con unos cuantos vehículos clásicos en su colección, Alfonso es uno de los principales exponentes del coleccionismo de vehículos clásicos e históricos, uno de sus principales aseguradores y el promotor de una de las concentraciones más destacadas de este tipo de vehículos en España, la Ruta Reale de Granada.

Alfonso Fernández Fígares es el propietario de Alfonso Fígares Correduría de Seguros, que atesora más de 30 años de experiencia asesorando y asegurando vehículos clásicos, tanto coches como motos. Y todo nació de la pasión por los vehículos clásicos y la búsqueda de un seguro que se adecuara a las especiales características de los ‘abuelos’ de los garajes. A los ‘abuelos’ o a las obras de arte móviles, ya que Alfonso distingue entre los coleccionistas de coches y motos clásicos -que miman a sus vehículos como si fueran “niños en pañales”- y los que tienen un coche que se ha quedado antiguo.

¿Es más caro asegurar un coche de colección? No. Al contrario, Alfonso Fernández Fígares explica que suele costar un 20% de lo que costaría el seguro de un modelo nuevo. Y que “suelen ser más rentables, porque apenas hay siniestros”. Y es que los dueños de los coches clásicos cuidan mucho sus vehículos y los sacan a pasear en contadas ocasiones. Una de esas ocasiones especiales son las concentraciones y paseos de clásicos, como la Ruta Reale, organizada por nuestro protagonista, que en 2019 celebró su decimoquinta edición. En ella, un centenar de coches clásicos recorren las calles de Granada con sus conductores ataviados con las ropas propias de la época de su vehículo. El experto en vehículos clásicos nos cuenta que debe haber unos 250.000 coches clásicos asegurados, de los que 25.000 han contratado su seguro con la correduría que lleva su nombre.

Las coberturas esenciales para los clásicos

Al igual que el resto de los vehículos, los coches clásicos deben tener asegurada la Responsabilidad Civil Obligatoria. La correduría, además, ofrece en su producto desarrollado junto a Reale la RC voluntaria, defensa y reclamación, y accidentes del conductor con hasta 6.000 euros en el caso de las motos clásicas, además de hospitalización. Otras coberturas complementarias son la asistencia en viaje -estándar o ilimitada-, lunas y pérdida total para vehículos anteriores a 1965 o con matrícula histórica.

Para contratar el seguro, el coche debe cumplir también algunos requisitos. El primero de ellos es tener más de 20 años de antigüedad y el conductor ser mayor de 25 años con más de un año de permiso de conducir. Además, el tomador deberá contar con otro vehículo de uso habitual distinto al que quiere asegurar como clásico. El clásico que quiere asegurar debe tener la ITV en vigor y circular menos de 5.000 kilómetros al año.

¿Cuándo se considera clásico un coche?

Para Fernández Fígares, la gran ventaja del coleccionista de coches clásicos es que conduce una obra de arte. Y destaca que lo que para unos es un coche viejo, para otros es una verdadera joya. Este apasionado de las ruedas clásicas señala que el coleccionismo va ganando importancia “a medida que cumplimos años” y destaca que muchos de ellos ven en sus vehículos una verdadera inversión. De ahí la importancia de “mimarlos” y tenerlos siempre a punto. Para Alfonso, una ventaja de esto es que muchos coleccionistas son profesionales o aficionados de la mecánica, con lo que el mantenimiento de los vehículos no se encarece demasiado.

Pero ¿qué diferencia a un coche que se ha quedado antiguo de un coche clásico? Desde mayo de 2018, si el modelo tiene más de 30 años es posible matricularlo como coche clásico. Esto tiene algunas ventajas para el conductor, como la exención del impuesto de circulación en algunos municipios y no le aplican las nuevas normativas de contaminación, por su año de fabricación. Además, la normativa exige, desde 2018, que para que un coche sea considerado clásico debe estar incluido en el Inventario General de Bienes Muebles de Patrimonio Histórico Español, se trate de un vehículo de colección, haya sido declarado de interés cultural o que haya formado parte de algún acontecimiento histórico o de la vida de algún personaje importante. Para ello es preciso contar con un informe de algún club de clásicos o directamente del fabricante en el que se refleje la característica distintiva que reúne el vehículo, explica Mapfre.

Este tipo de vehículos deben superar una inspección en un laboratorio oficial en el que se determine su estado y se informe de cuándo debe pasar la ITV. Además, cuentan con una nueva tarjeta de inspección técnica específica, que remite la ITV, donde se recopilan las especificaciones y restricciones de conducción. Y, como en todos los vehículos, el seguro es obligatorio para que los clásicos puedan circular de forma legal.

Y conviene recordar también que conducir un vehículo clásico tiene sus limitaciones e inconvenientes. Por ejemplo, los vehículos que no superen los 40 km/h deberán desplazarse por el arcén y los modelos que no alcancen los 60 km/h tienen prohibida la circulación por autopistas y autovías. Además, también conviene revisar la tarjeta de inspección técnica donde se pueden establecer otras restricciones según diferentes circunstancias, como por ejemplo conducir de noche o con condiciones climatológicas adversas.