Innovación y transparencia para impulsar el seguro de vida en 2021

El seguro de vida afronta 2021 con la necesidad de recuperar la confianza de los asegurados. Uno de los factores más importantes es conocer cómo puede cambiar a los beneficiarios de sus pólizas.

El seguro de vida suma en España más de 30 millones de asegurados en sus dos vertientes: riesgo y ahorro. Su objetivo es que los planes de futuro de un individuo o una familia no se tuerzan en el caso de tener un accidente. Unespa, la patronal del sector asegurador, a través de su iniciativa Estamos Seguros, explica que, además, “ayuda a construir el futuro que desean”.

Si solo hablamos de los seguros de vida ahorro, casi 10 millones de españoles le han confiado al ramo más de 190.000 millones de euros, “que son la esperanza de su futuro”. Y, en la parte de riesgo, más de 60.000 familias, que cada año sufren la tragedia de una muerte inesperada, equilibran su situación económica gracias al seguro de vida. De ellas, unas 4.700 son familias que, gracias al seguro de vida, no se ven sometidas al riesgo de dejar deudas porque todavía tienen una hipoteca pendiente.

El seguro de vida es una de las herramientas de planificación financiera y de gestión del riesgo a medio y largo plazo más importantes para las familias. Y aún así, es uno de los grandes desconocidos entre la población española.

Cambios de tendencia

Pero esto puede cambiar gracias a la pandemia de coronavirus. El aumento del riesgo de contraer la enfermedad y el quebranto que supone la pérdida de un ser querido ha hecho que en los últimos meses muchas familias se replanteen la necesidad de estar más protegidos frente a imprevistos. Y eso podría favorecer el despegue del ramo en el mercado español en los próximos trimestres. Aunque el camino será largo y complicado, por la crisis económica agravada por las sucesivas olas de contagio del Covid-19.

Capgemini ha recopilado las principales tendencias del seguro de vida en 2021. La consultora afirma que las compañías de seguros deberán responder a tres cuestiones: ¿cómo genera demanda y atraer clientes? ¿Cómo mejorar su retención? Y ¿cómo hacer que la suscripción sea más rentable?

Retomar la confianza

Uno de los aspectos fundamentales para el devenir del seguro de vida es recuperar la confianza perdida de los asegurados. Y esto supone apostar por soluciones innovadoras ligadas a las nuevas tecnologías, como beneficios por mejorar sus hábitos de vida y medirlos a través de dispositivos móviles o wearables.

La omnicanalidad y la capacidad de digitalizar el servicio también son dos importantes apuestas para mejorar la relación entre compañías y asegurados, a medida que los hábitos de consumo y de comunicación se hacen cada vez más digitales. Esta innovación también debería dejarse notar en el diseño de productos aseguradores que se adapten a los cambios demográficos de la sociedad. A veces, explica la consultora, basta con crear pólizas más sencillas y transparentes, que puedan contratarse sin tener que pasar un examen médico previo.

Los beneficiarios del seguro de vida

Como ya hemos apuntado algunos párrafos atrás, el seguro de vida tiene muchas virtudes, como la de ayudar a las familias a reponerse económicamente del impacto que supone un fallecimiento inesperado o una enfermedad incapacitante sobrevenida. Pero también tiene sus fallos.

Como ya argumentaba Carlos Lluch, corredor de seguros, en el número de elEconomista Seguros de diciembre, la designación de los beneficiarios de las pólizas de vida no siempre se hace de forma adecuada o correcta. Y es un factor que debe tenerse en cuenta si a la hora de rescatar el capital de un seguro de vida no se quieren tener disgustos.

Recuerden que, al contratar el seguro de vida, el asegurado debe designar al o los beneficiarios, que será los que cobren el seguro. Si el seguro cubre la enfermedad o la incapacidad, el beneficiario será el propio asegurado. Pero si la cobertura es de fallecimiento, lo hará el beneficiario designado en la póliza.

En muchos casos, cuando se contratan seguros de vida riesgo ligados a operaciones hipotecarias, el beneficiario de la póliza es la propia entidad financiera. Su objetivo es saldar la deuda hipotecaria y que esta no se traslade a los herederos. Pero es posible cambiar los beneficiarios, tal y como permite el artículo 84 de la Ley de Contrato de Seguros.

¿Cómo cambiar los beneficiarios de un seguro de vida?

Según explica el Colegio de Mediadores de Seguros de Barcelona, “lo más seguro es confiar en nuestro mediador de seguros”, que podrá ofrecer un asesoramiento personalizado en cada situación. Pero explican que, en el caso de los seguros individuales, el beneficiario lo nombra el tomador del seguro, esto es, quien paga las primas, que no siempre coincide con el asegurado-. En el caso de los seguros colectivos en los que el pago de la prima corresponde al asegurado, es también el asegurado quien tiene derecho a designar a los beneficiarios.

La institución colegial recuerda que la elección de beneficiarios puede ser modificada y que el beneficiario “no ostenta un derecho consolidado, sino una expectativa de derecho que podrá ser cambiada o eliminada por el tomador en cualquier momento en la gran mayoría de los casos”. También existe la opción de designar beneficiarios irrevocables. En este caso, el tomador no podrá modificarlos, porque al firmar el contrato ha renunciado de forma explícita a sus derechos.

En los casos en los que sea posible modificar los beneficiarios, el tomador puede enviar una comunicación formal por escrito al asegurador, o consignar este cambio en el testamento. También es posible hacerlo expresando su voluntad en un documento válido y firmado. Para evitar futuras reclamaciones legales, lo mejor es hacerlo ante un notario o comunicar por escrito el cambio a la compañía de seguros a través de un mediador de seguros profesional.

¿Qué pasa en el caso de que el beneficiario también haya fallecido? El Colegio de Mediadores de Seguros de Barcelona explica que “excepto si se trata de un beneficiario irrevocable -en cuyo caso la prestación asegurada se incorporará a su patrimonio-, el beneficiario no tenía un derecho consolidado y, por tanto, si existían otros beneficiarios designados en la póliza, estos percibirán el importe que correspondía al beneficiario fallecido en la misma proporción en que les correspondía percibir la prestación asegurada”. Pero si el beneficiario era único, en este caso la prestación se incorporará al patrimonio del tomador -no del asegurado si este era persona distinta-. Y únicamente en el caso en el que el beneficiario falleciera en el mismo momento que el asegurado (a causa de un accidente, por ejemplo, o de una enfermedad contagiosa) la prestación se incorporará al patrimonio del beneficiario fallecido.