El 83% de los trabajadores españoles expatriados afirma estar estresado, según un estudio de Cigna

    El estilo de vida de los expatriados sigue siendo atractivo a pesar de la pandemia. Sin embargo, la ausencia de una red de apoyo cercana y el esfuerzo por asimilar nuevas costumbres y normas sociales suponen una carga emocional adicional a la que conviene dar respuestas desde el ámbito de la empresa. De hecho, 8 de cada 10 expatriados afirman sufrir estrés, nueve puntos más que los empleados que desarrollan su actividad laboral en su país de origen (74%). Esta es una de las principales conclusiones del estudio Cigna 360 Well-being Survey.

    En esta línea, la incertidumbre ante el futuro (48%), el miedo al contagio por coronavirus (41%) y el exceso de información sobre noticias relacionadas con el Covid-19 (28%) encabezan la lista de preocupaciones. Además, de los trabajadores expatriados encuestados, solo el 27% confía en poder mantener su nivel de vida actual y el 25% afirma tener suficiente seguridad financiera para subsistir en caso de emergencia -desastres naturales, inestabilidad política, irrupción de una pandemia, etc.-. Estas cifras respaldan el hecho de que más de un tercio (35%) de los expatriados que están pensando en volver a su país citen las finanzas futuras como una de sus mayores inquietudes.

    Y es que, la capacidad de adaptación a las adversidades o la habilidad para afrontar desafíos es clave en el caso de los empleados expatriados, ya que es lo que les permite afrontar una nueva cultura y una rutina laboral diferente.

    Esta premisa explica el hecho de que los empleados que viven en el extranjero por motivos laborales sean menos resilientes que los que viven en su país. Concretamente, un 46% de los expatriados ha declarado serlo frente al 57% de los empleados que trabajan en su país natal.