Belenismo: una tradición navideña muy española y con mucho arte
Una de las tradiciones más populares de la Navidad son los belenes. No sólo en casa instalamos montajes que saben a infancia y castañas asadas. También iglesias e instituciones recrean el Nacimiento en escenarios repletos de arte.
El belenismo tiene su origen en Italia, en el Santuario de Greccio, donde se atribuye a San Francisco la creación del primer montaje simbólico para celebrar el nacimiento de Jesucristo en una cueva cercana a la ermita. Era la Nochebuena del año 1223. Según narra San Buenaventura de Bagnoregio, el santo de Asís celebró una misa usando un pesebre como altar. A partir de entonces se fue popularizando esta escenografía navideña en el interior de las iglesias hasta consolidarse en Italia de manera definitiva hacia el siglo XIV. En España, fue el rey Carlos VII de Nápoles -Carlos III de España- quien importó la costumbre y la expandió entre la aristocracia de la época.
Una de las muestras del arte belenista napolitano la encontramos en Madrid. El Salón de Alabarderos del Palacio Real acoge cada año el mítico Belén del Príncipe iniciado en 1735 por Carlos III para su hijo y heredero Carlos IV. Se trata de figuras con movimiento fabricadas a la usanza napolitana: cuerpo de alambre y estopa, cabezas de barro y extremidades de madera, todas ellas vestidas con lujosas sedas y ricas telas. También napolitano y del siglo XVIII es el belén del Museo de Historia de Madrid. Medio centenar de figuras articuladas conformas este magnífico conjunto, ejemplo de la escultura barroca de la época.
De estilo hebreo tradicional, el belén del Ayuntamiento de la capital se compone de 200 figuras y 20 edificaciones recién restauradas y modeladas para el consistorio por el maestro artesano José Luis Mayo Lebrija.
Es monumental el de Xátiva. El belén más grande de España, ubicado en la Albereda xativí, es fruto del trabajo de artesanos y artistas falleros que cada Navidad incrementan el número de escenas protagonizadas por figuras de tamaño real y animales vivos -patos, ocas, ovejas, pavos, etc.- que hacen las delicias del público infantil. Eso sí, bajo estricto control veterinario para garantizar su bienestar.
En Cáceres, la Asociación Belenista organiza este mes de diciembre una Ruta de Belenes por el centro de la ciudad. Entre los más bellos destaca el de la Diputación. Un clásico muy extremeño, con castillo, huerto y cochiqueras, que ocupa más de 75 metros cuadrados. Unas 200 figuras de barro y tela esperan a cacereños y visitantes en el claustro del Palacio de Carvajal durante las próximas fiestas.
Los adictos al chocolate encontrarán su icono en Rute (Córdoba) donde se instala la escena de Navidad más dulce y grande del mundo. Una tonelada y media de chocolate es necesaria para dar forma a las figuras bíblicas, paisajes y animalillos que conforman el belén andaluz. Detalles de caramelo, azúcar y mazapán rematan el tentador montaje pastelero ideado por la firma familiar Galleros Artesanos.